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Con la implementación de Programa Frontera Sur, un proyecto creado por el gobierno mexicano y respaldado por Estados Unidos para prevenir que los emigrantes de Centroamérica crucen a México y a países más al norte, cambiaron las cosas. Hoy en día nuevos retenes móviles cubren el sur de México y casi ningún migrante viaja en el tren. Para evitar encontrarse con agentes de migración, los migrantes caminan varios días sobre las colinas y entre pueblos pequeños.Siguen las carrileras como los marineros siguieron alguna vez la Estrella del Norte; las vías férreas son su único punto de referencia en un país que desconocen. Eso los convierte en presas fáciles para los ladrones y violadores que se esconden en el espeso follaje del sudeste de Oaxaca.El presidente de México, Enrique Peña Nieto, anunció el Programa Frontera Sur como un plan que garantizaría la seguridad de los migrantes. Durante el despliegue del programa en julio de 2014, afirmó: "Podemos asegurar el trato digno y humano de los inmigrantes". Pero los detractores del programa señalan que el momento en que lo crearon demuestra que sus intenciones no son tan puras. En junio de ese año la crisis de migración infantil alcanzó su pico, cuando un número sin precedentes de niños migrantes no acompañados llegó a Estados Unidos sin papeles. Los críticos también señalan la falta de transparencia del programa: el gobierno de Peña Nieto no ha dado detalles sobre la implementación del Programa Frontera Sur o sobre cómo este protege a los migrantes. De julio de 2014 a junio de 2015, la intensificación de las medidas de migración en México resultó en un aumento del 71% en aprehensiones de emigrantes centroamericanos y refugiados potenciales.
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