VICE LATAMRSS feed for https://www.vice.com/eshttps://www.vice.com/es%3Flocale%3Des_latamesWed, 22 Dec 2021 14:57:43 GMT<![CDATA[OnlyFans: ¿quién responde por tu dinero y tu imagen?]]>https://www.vice.com/es_latam/article/epxv7k/onlyfans-quien-responde-por-tu-dinero-y-tu-imagenWed, 22 Dec 2021 14:57:43 GMTEste artículo es producto del Bootcamp en derechos digitales realizado en alianza con TEDIC y el Surtidor.

Sebastián entró a OnlyFans en junio de 2020, durante la pandemia. Había regresado de Brasil a su natal Popayán en Colombia. Ante el futuro incierto de su carrera profesional como economista, decidió abrirse una cuenta como creador de contenido erótico en la plataforma para generar algo de dinero.

Carlos Daniel, por su parte, comenzó antes. Nativo de Monterrey, México, a finales de 2019, luego de publicar sus contenidos a través de Twitter, decidió abrir una cuenta de OnlyFans junto a su pareja. Antes del gran salto, una productora de pornografía en el Distrito Federal los contactó gracias a su buena acogida con los trinos. 

Sebastián y Carlos, son parte del 1.5% de los usuarios de OnlyFans que sostienen económicamente la plataforma: aquellos que crean y comparten contenidos para capturar suscripciones, según las estimaciones del portal Hubite que funciona como motor de búsqueda y genera estadísticas de OnlyFans. Ambos son también parte de otro grupo reducido: solo el 2.6% de quienes suben materiales en OnlyFans son hombres. Para este reportaje buscamos otros perfiles de personas LGBTIQ, pero solo fue posible hablar con ellos dos.

¿Cómo se mueve el dinero?

Para explicar cómo funciona el negocio a los potenciales creadores de contenido, OnlyFans ofrece una calculadora en la que promete entre 99 y 499 dólares por mes a los creadores que reúnan unos 2 mil seguidores (con base en una suscripción mensual de 4.99 dólares). Estos montos no incluyen los ingresos por propinas y mensajes pagados.

Los 499 dólares ofrecidos por OnlyFans se ubican por encima de la mayoría de los salarios mensuales mínimos establecidos para 2021 en varios países de América Latina. Por eso, aunque Sebastián tiene claro que no quiere vivir del contenido erótico, la plataforma le permitió una buena fuente de ingresos durante los primeros meses en los que subió contenido a la misma, porque pronto comprendió que para seguir generando dinero hay que dedicar mayor tiempo a la producción de contenido y publicidad. Es un trabajo.

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Imagen via El Surtidor

Sebastián calcula un aproximado y dice que, en promedio, durante los primeros meses ganó unos 2,500 dólares al mes.

De ese total, el 20% (cerca de 500 dólares) se lo quedó Fenix International Limited (la corporación detrás de OnlyFans), que cobra a los creadores este porcentaje por cada transacción que realicen en el sitio web.

Otro porcentaje, que Sebastián estima en unos 200 dólares (poco menos del 10%), se fue en las deducciones que realizan los intermediarios de pago, las pasarelas virtuales que median las transacciones económicas entre consumidores y comercios. Para el caso de los que funcionan en OnlyFans, controlan el tope máximo de retiro y por cada transacción cobran un monto.

En cifras generales, estos porcentajes no son despreciables. Según puede revisarse en la información corporativa más actualizada de OnlyFans, la plataforma tiene previsto realizar pagos anuales por más de 5 mil millones de dólares a sus creadores de contenido. Un monto equivalente a las reservas monetarias internacionales de Bolivia.

Haciendo números, con esa cantidad de depósitos a creadores, los réditos para OnlyFans se situaron sobre los 1.2 mil millones de dólares. Este cálculo coincide con las ganancias netas proyectadas por el newsletter Axios en abril de este año. En la misma lógica, los intermediarios podrían haber recibido alrededor de 600 millones.

“Sebastián calcula un aproximado y dice que, en promedio, durante los primeros meses ganó unos 2,500 dólares al mes”.

Sin embargo, contrario a la promesa con la que OnlyFans se vende a los creadores de contenido, Sebastián asegura que no eres tu propio jefe. 

Además de enfrentarte a las peticiones de los clientes (fans), hay toda una cadena de intermediarios cobrando dinero: desde Fenix International Limited, pasando por los monederos o intermediarios de pago tipo Paxum (Canadá) o Skrill (Reino Unido) , los bancos que reciben el dinero en el país de origen de los creadores de contenido  y finalmente los gobiernos que han comenzado a cobrar impuestos sobre las ganancias generadas en internet.

Una carrera en OnlyFans

A diferencia de Sebastián, Carlos Daniel sí se dedica, de manera profesional, a la producción de contenidos eróticos para OnlyFans a tiempo completo.

Comenzó su carrera en esta plataforma antes de la llegada de la pandemia. Es decir, antes del boom que tuvo la compañía gracias a las medidas de restricción que se impusieron durante 2020. 

Tiene 23 años y asegura que OnlyFans “ahorita sí se ha vuelto casi, casi, mi principal fuente de ingresos”. Su contenido es diverso. En él participan su novio y también otras personas. 

“Todo es un juego mercadológico. Tienes que aprender a vender, te tienes que aprender a portar de cierta manera, tienes que subir cierto tipo de videos, te tienes que ver de cierta manera para que la gente te siga consumiendo”, explica.

Carlos Daniel dice que durante los peores meses de la emergencia sanitaria sus ganancias se duplicaron. Su historia en OnlyFans parece ser una de las de éxito.

A excepción de algunos detalles sobre el “tedioso proceso de verificación de identidad”, Carlos Daniel no percibe mayores malestares hacia la plataforma.

Las historias de Sebastián y Carlos muestran dos rostros de una misma plataforma: los que por necesidad deciden tener un paso fugaz por OnlyFans y quienes hacen de la creación de contenido sexualmente explícito su principal oficio. O aquellos que no se sienten tranquilos por las frecuentes filtraciones de contenido versus quienes asumen los riesgos y los contrastan con el rédito económico y “publicitario”. O la de aquellos que consideran que el porcentaje que les cobra OnlyFans es demasiado alto y quienes saben que otros sitios llegan a quedarse con el 60% de las ganancias, como es el caso del popular sitio de contenido para adultos por cámara web, Bongacams,. 

Entre ellos parece existir un abismo en el que se debaten temas capitales de la era digital: la propiedad intelectual de los contenidos en la red, la censura y la moderación de contenidos en internet, la protección y uso de datos personales, o los nuevos modelos económicos controlados por plataformas corporativas.

¿A quién le pertenecen los contenidos y cómo se protegen?

Carlos Daniel conoce las condiciones de uso de OnlyFans. No parece molestarle que las producciones que realiza, apenas las cuelga en la plataforma, pasen a ser de propiedad compartida.

La sección 10 de los términos de servicio de OnyFans le otorgan a la compañía una licencia casi irrestricta, mundial y perpetúa sobre cualquier contenido que se publique en su plataforma. 

“En sus términos y condiciones dice: el contenido es mío y tuyo”, comenta Carlos Daniel. 

Sin embargo, más allá de que OnlyFans pueda usar el material como guste, el creador sí le reclama un mayor cuidado sobre las conocidas filtraciones de contenido que enfrentan.

“Nosotros creamos (contenido) para que no se filtre. (Porque) luego la gente ya lo vio y no lo quiere pagar”, dice y pide “un poquito de cuidado” con esa “exclusividad”.

El caso de Sebastián es diferente. Después de un año en la plataforma, decidió retirarse luego de un episodio en el que sus ganancias desaparecieron y su contenido íntimo quedó revelado a un usuario anónimo, sin que existiera una solución por parte de OnlyFans.

“La persona que me hizo la jugada, no lo culpo, es un ladrón de contenido; se registró con el nombre de N.G. (prefiere evitar mencionarlo en este artículo) y habló conmigo. Me dijo que quería el contenido, pagó la suscripción y luego por el PPV (contenido Pay Per View). No sé qué habrá dicho en el banco o en OnlyFans, algo del tipo ‘se hicieron pasar por mí’ y le devolvieron su dinero. Pero se quedó con mi contenido, ese es el punto. Lo puede reproducir de la manera que quiera. Esta persona se quedó con fotos, contenido íntimo, le devolvieron el dinero y a mí me dejaron una deuda”.

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Imagen vía El Surtidor

Luego de que su contenido fuera liberado para este suscriptor, Sebastián revisó su saldo en la plataforma y le apareció un negativo de -4,52 dólares, es decir, él asumió las deducciones que OnlyFans realiza por cada transacción. Aquí Sebastián encontró la primera barrera a la hora de hacer reclamaciones en la plataforma, “no tienen nada para la comunidad latina, ni una central de reclamos, todo está en inglés”.

La respuesta que recibió de la plataforma, por medio de una empleada de servicio con el nombre de Sally, fue: “Algunos usuarios reportaron que sus cuentas fueron hackeadas y/o sus tarjetas usadas por estafadores. Investigamos cada uno de los reportes y si la actividad fraudulenta es confirmada, nos vemos forzados a emitir un reembolso para devolver los fondos al propietario real de la tarjeta” (traducción nuestra).

“No tienen nada para la comunidad latina, ni una central de reclamos, todo está en inglés”.

Según los términos de servicio de OnlyFans, los usuarios-fans se comprometen a no realizar “solicitudes injustificadas de reembolso” a los creadores ni a sus proveedores de tarjeta de pago. Sin embargo, no especifica los casos de excepción para dicho trámite. En todo caso, el usuario-fan solo corre el riesgo de que le suspendan o eliminen la cuenta si OnlyFans sospecha de una petición “de mala fe” de este tipo.

El panorama para los usuarios-creadores es opuesto y mucho más específico. Si un fan “busca un reembolso con éxito o una devolución de cargo a su proveedor de tarjeta de crédito”, OnlyFans se toma la atribución de investigar y decidir sobre la deducción de las ganancias del creador. Entre los términos que especifica la plataforma para retener el dinero de los creadores, se encuentra: que las ganancias sean el resultado de una “actividad ilegal” (así esta sea ejecutada por el fan), si el creador ha infringido alguna norma de los Términos de Servicios, y en todo caso la página no se hace responsable por la retención o pérdida de las ganancias del creador. Ninguno de estos era el caso de Sebastián.

Sin embargo, entre los términos que aceptan los creadores al entrar a OnlyFans, se encuentra la Cláusula 13 inciso D de los términos de uso de creadores, que especifica: “Si una vez terminemos nuestra investigación determinamos que se perderán las ganancias del creador, haremos lo posible para devolver los pagos de los Fans que resultaron en las ganancias del creador”.

“Me cerraron el caso. Ya, esa fue la respuesta. Lo primero que pensé es ¿cómo es que nos hackearon? ¿Tarjetas piratas? ¡Son una plataforma de contenido! No importa que fuera erótico o no, que tal le pase a alguien que trabaje en algo de fotografía. No digo que el erótico no cueste, ¡cuesta! Pero como no eres ciudadano de Reino Unido, fin, hay leyes que te regulan, pero no que te defiendan. Y te pueden cobrar impuestos pero no te garantizan la defensa. Y a la persona que le devuelven el dinero, se lo devuelven después del 20%, porque ese 20% se lo sacan solo por el hecho de haber entrado a la aplicación. Seas tú o no, sea una tarjeta pirata o lo que sea. Es tenaz para el consumidor robado, al que de verdad le robaron, y para el creador, respecto al dinero. Pero ellos sí se están apropiando de ese 20%”.

A Sebastián le preocupa que su contenido sea filtrado por este usuario a otras plataformas, sin que para él haya existido una compensación económica. OnlyFans le dejó sólo en su caso, y afirma que el contenido subido a la plataforma no está seguro: “Si tu tomas un pantallazo mientras haces streaming en Netflix, en tu galería la imagen aparece en negro, se desaparece. Si tratas de hacer videocapturas: completamente en negro. En Only no, puedes ir tomando screenshots de todo”.

Vacíos en el diseño y diferencias entre usuarios

Para Sebastián existen una serie de vacíos en el diseño de la plataforma que se prestan a situaciones que ponen en riesgo tanto el dinero como el derecho a la privacidad de los creadores. 

En primer lugar, identifica grandes diferencias en el registro fans y creadores: mientras los primeros pueden acceder sólo con una cuenta de Twitter o Google más una tarjeta de crédito; los creadores pasan por un proceso de autenticación en el que revelan desde datos sensibles como el reconocimiento facial (dato biométrico), su pasaporte y su geolocalización exacta. 

Es decir, en caso de que quieras denunciar un uso indebido de tu imagen por fuera de OnlyFans, como en el caso de Sebastián, no es tan fácil identificar a tu agresor.

Por su parte, Carlos Daniel cuenta que portales como PornHub o Xvideos sí protegen los contenidos “exclusivos” que se publican en sus plataformas y que incluso consiguen que salgan de circulación si se trata de publicaciones no autorizadas. 

Para Amalia Toledo, investigadora independiente y becaria de tecnología, derecho y política de la fundación Wikimedia, “hay unas políticas que (estas plataformas) nos presentan que son enrevesadas, con un lenguaje legal o son demasiado largas y nunca les prestamos atención, o están escritas de forma que dan mucho espacio a la interpretación”.

A esto se le suma que la toma de decisiones sobre la moderación del contenido y los inconvenientes que pueda tener un usuario dentro de las plataformas, suelen recaer sobre trabajadores tercerizados que deben atender un alto volumen de peticiones. Por ejemplo, para el caso de Sebastián, hablamos de “Sally”.

“Ha habido revelaciones de que existen otro tipo de documentos más internos, para una moderación centralizada y que al final también es una moderación súper permisiva”, explica Toledo. “Es ahí donde tienes a gente, a trabajadoras y trabajadores mal pagos, a los que se les exige responder muy rápido a un volumen de contenido muy grande y que puede ser muy perturbador para la salud psicológica y emocional. Personas trabajando en condiciones precarias, no sólo económicas. Esos manuales a veces, cuando se revelan, muestran que son muy distintos a lo que dicen sus políticas, lo que dicen sus discursos, lo que las plataformas presentan en sus narrativas al público”.

Ante la dependencia corporativa, resistencias cooperativas

Las plataformas corporativas han sido ineficaces a la hora de enfrentar las necesidades comunes, exacerbando las desigualdades. En el caso de OnlyFans y la producción de contenido erótico, ofrece una supuesta independencia a riesgo de exponer a los creadores a una inequidad similar a la de lxs trabajadores sexuales en calle. Solo que aquí la explotación, el estigma, la desprotección en derechos y las condiciones desiguales están codificadas. Ya no te regula el proxeneta, sino la corporación y los intermediarios de pago, quienes además tienen control sobre el monto que puedes retirar. Y los gobiernos están lejos de intervenir en las arbitrariedades del trabajo en internet. La lógica es extensiva a otros sectores de la economía como Uber para el transporte, Airbnb para el inmobiliario o Instagram para el publicitario, el diseño y la fotografía.

“Ya no te regula el proxeneta, sino la corporación y los intermediarios de pago, quienes además tienen control sobre el monto que puedes retirar”.

Como explica el activista académico en Cultura y Estudios de Medios Trebor Sholz en su texto Cooperativismo de Plataforma, “hay una masa de cuerpas sin nombre, escondidas tras la pantalla, expuestas a vigilancia laboral, el desplume colectivo, el robo de salarios y el software privativo”. Trebor en su análisis propone un viraje ‘desde abajo’ para dejar de depender de grandes corporaciones que diseñan los sitios que rigen nuestras vidas en internet. “Ya sea que estemos pensando en puestos de trabajo seguros, salarios mínimos, seguridad, cobertura médica o jubilación, ninguno de estos problemas puede abordarse radicalmente sin la reorganización del trabajo, sin cambios estructurales”.

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Distintas plataformas de base cooperativa, creadas por grupos organizados de trabajadores, han comenzado a abrir esta puerta. En São Paulo, Brasil, funciona Señoritas Courier, un emprendimiento digital de mujeres y personas disidentes sexuales que entrega domicilio en bicicleta y redistribuye sus ganancias entre su base de trabajadores.

Para el caso del trabajo sexual, Peep.me es una naciente plataforma cooperativa que busca posicionarse como una alternativa más democrática y segura al plantear un modelo de gobernanza que vincule a creadores de contenido para adultos, trabajadores sexuales, expertos tecnológicos y usuarios. Además, busca redistribuir el 10% de su ganancia a las organizaciones que luchan por la descriminalización del trabajo sexual y su deslinde de las formas de explotación; a quienes OnlyFans parecía cerrar sus puertas en agosto de este año. Cabe recordar que Fenix International Limited, la empresa británica matriz de OnlyFans, fue fundada en 2016 por Timothy Stokely (hijo de un banquero). En 2018, Stokely vendió el 75% de su emprendimiento al ucraniano-estadounidense Leonid Radvinsky, el ‘barón del porno’ que según Forbes le imprimió la identidad NSFW (contenido no apto para ver en el trabajo) al portal y cuyo pasado es una entreverada historia de publicidades engañosas, contraseñas pirateadas, spams, pornografía ilegal y uso indebido de imÁgenes. Ambos personajes han optado por un bajo perfil ante los medios de comunicación, pero no hay que ahondar mucho para prever los intereses de dos hombres blancos, ricos y heterosexuales.

Finalmente, como escribe Ixchel García, feminista, lesbiana y activista de la colectiva Luchadoras MX, “las prácticas de las plataformas reflejan sesgos pues cualquier ley o práctica de moderación de contenido que obstaculice el acceso de una persona a la tecnología y los recursos, solo agravará el daño. Es por eso que tenemos que cuestionar y señalar a estas compañías, gobiernos y plataformas. La tecnología no es neutral, es política e impacta en los derechos humanos en una variedad de formas interconectadas, y por eso es importante cuestionarla”.

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<![CDATA[Si eres mujer o una persona racializada, te están vigilando]]>https://www.vice.com/es_latam/article/3abk5b/si-eres-mujer-o-una-persona-racializada-te-estan-vigilandoMon, 20 Dec 2021 14:35:15 GMTEste artículo es producto del Bootcamp en derechos digitales realizado en alianza con TEDIC y el Surtidor.

Hace un par de años, en la capital argentina, el rostro de una empleada doméstica se convirtió en una amenaza. Era mayo de 2019 y, de pronto, se dispararon las alertas en la estación de metro subterráneo de Constitución, en Buenos Aires. Las cámaras de videovigilancia con reconocimiento facial del lugar “detectaron” a una sospechosa. Los agentes de la policía la sacaron del vagón, como a una criminal ranqueada. Mientras, los curiosos agitados gritaban "chorra", “chorra”, una jerga argentina para decir “ladrona”. 

Pudo ser el clímax de una operación policial exitosa. Excepto porque se trataba de una persona inocente. 

La instalación de cámaras de reconocimiento facial en varios países de Latinoamérica tiene derivaciones insospechadas que alertan a los defensores de derechos humanos. Existen estudios y numerosos ejemplos que evidencian que si eres una mujer o una persona marrón o afrodescendiente hay mayor probabilidad de terminar en una celda sin haber cometido ningún delito debido a los errores de esta tecnología. 

Además, sin prevenirlo: las cámaras de videovigilancia prácticamente funcionan en secreto. Casi no es posible saber cuándo están acechando nuestros rostros, o en qué momento pueden cometer una equivocación con nosotros, como ocurrió con la empleada doméstica.

El estudio “Gender Shades”, realizado en 2018 por investigadoras del MIT y la Universidad de Stanford, evaluó los softwares de reconocimiento facial de empresas como IBM, Microsoft y Facebook y encontró que los algoritmos suelen identificar mal a las mujeres afrodescendientes el 35% de las veces. Sin embargo, casi no cometen equivocaciones con hombres blancos: solo en 0.8% de las ocasiones. Otro estudio, realizado también por investigadores del MIT Media Lab, reveló que la tecnología de reconocimiento facial de Amazon incidía en ese mismo error. Las mujeres de piel oscura eran confundidas con hombres el 31% de las veces. 

La empleadora de la mujer detenida en Argentina contó a través de Twitter el minuto a minuto del caso, mientras recibía asistencia de algunos abogados. "Hace 2 horas me llamaron para avisarme que mi empleada doméstica estaba siendo detenida en el subte. En Constitución. Logra mandar algunos mensajes x celular. No le explican mucho", escribió.

“Los algoritmos suelen identificar mal a las mujeres afrodescendientes el 35% de las veces. Sin embargo, casi no cometen equivocaciones con hombres blancos: solo en 0.8% de las ocasiones”.

Llegó lo más rápido que pudo a la estación de subte. La policía le informó que se trataba de una causa de 2006, por estafa, pero que no tenían el expediente. Mientras tanto, a la trabajadora doméstica la tenían esposada en la estación y no dejaban que nadie se le acerque. Se sentía desconcertada.

No había cometido delito alguno, pero pasó casi doce horas detenida e incomunicada. Hasta que la policía la dejó libre tras percatarse de que se trató de un error. La detención fue por una causa prescrita hace siete años, en la que la detenida del subte no era siquiera imputada, sino testigo.

La tecnología se equivoca porque es humana

Los errores de las cámaras de vigilancia con reconocimiento facial son frecuentes. En Río de Janeiro una mujer fue confundida con una asesina que ya estaba en la cárcel, otro hombre fue arrestado por varios días hasta que lo soltaron cuando se dieron cuenta de que fue un error de la tecnología de imágenes. 

Hay más: en Buenos Aires, tras entrar en vigencia, en abril de 2019, un Sistema de Reconocimiento Facial para Prófugos (SRFP) para encontrar a personas con órdenes de detención, al menos hubo ocho identificaciones erróneas hasta 2020. Y en un caso extremo, un trabajador de una avícola estuvo detenido por equivocación durante casi una semana, hasta que la policía supo que no era el delicuente que estaban buscando.

Para comprender por qué las cámaras de videovigilancia caen en errores y en particular con personas racializadas y mujeres, primero hay que saber cómo funciona esta clase de tecnología. 

Estos aparatos permiten identificar a las personas a partir de los rasgos de su rostro. Para ello, se basan en el uso de tecnología biométrica o biometría, que utiliza datos únicos de las personas, como sus características físicas y fisiológicas: huellas dactilares, rasgos faciales o incluso el ADN. También puede basarse en ciertas características de comportamiento, como la voz, la firma, el modo de pararse o caminar.

La tecnología de reconocimiento facial funciona con un software que tiene un algoritmo entrenado para reconocer e individualizar los rasgos de un rostro. Cuando el software “escanea” el rostro de alguien, esta información es contrastada con una base de datos que contiene rostros y datos biométricos de miles de personas. La comparación sirve para determinar si el rostro “escaneado” está registrado en la base de datos. Una vez que el software encuentra una potencial coincidencia, arroja un porcentaje que marca cuán probable es que se trate de la misma persona.

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La discriminación también existe en el diseño de programas de reconocimiento facial

De acuerdo al grado de precisión del entrenamiento de los algoritmos, los sistemas de reconocimiento facial pueden ser más o menos discriminatorios. Y es un hecho que los algoritmos están diseñados por personas que, en su gran mayoría, son varones blancos cisgénero. Por ejemplo, en Silicon Valley, más codificadores e ingenieros son hombres blancos o asiáticos, una limitación que sigue sin mejorar en los últimos años. 

En el estudio “Gender Shades”, las investigadoras Joy Buolamwini y Timnit Gembru detectaron que los algoritmos de reconocimiento facial de tres de las empresas más importantes, como IBM, Microsoft y Facebook, tenían mejor funcionamiento al reconocer rostros de varones cis blancos. Rostros de un color de piel distinto, y mujeres, tienden a ser vulnerables a las fallas de estas tecnologías, con tasas de error de más del 20%, y hasta 34% en dos de los tres programas. 

La ONG Asociación por los Derechos Civiles de Argentina, que desde hace varios años investiga el uso de tecnología de reconocimiento facial, afirma que “la decisión sobre el entrenamiento del algoritmo y las tasas de error con la que contará el software biométrico es tanto una cuestión técnica como política”. 

Los softwares de las cámaras de videovigilancia incorporan los sesgos de sus diseñadores o desarrolladores. Por eso, es importante la diversidad en los equipos de trabajo para ampliar las visiones, identificar la existencia de posibles prejuicios y poder evitarlos. Según una encuesta realizada a 2030 trabajadores de empresas de tecnología de entre 18 y 28 años, el 50% respondió que había dejado o quería dejar su trabajo porque la cultura de la empresa lo hacía sentir incómodo. Un gran porcentaje de esas personas eran mujeres, latinos, afrodescendientes o asiáticos. 

“Los softwares de las cámaras de videovigilancia incorporan los sesgos de sus diseñadores o desarrolladores. Por eso, es importante la diversidad en los equipos de trabajo para ampliar las visiones, identificar la existencia de posibles prejuicios y poder evitarlos”.

Pero, aún si se alcanzara más diversidad en los equipos de trabajo podrían persistir otros problemas. Uno determinante: las bases de datos —también diseñadas por personas— a menudo son alimentadas por información de registros policiales. Y los sistemas de la policía también tienen sesgos racistas. En Estados Unidos, las personas afrodescendientes sufren arrestos en tasas más altas que las personas blancas. Cuando se trata de posesión de marihuana, las personas negras tienen casi cuatro veces más probabilidades de ser arrestadas en comparación a una persona de piel clara. 

Empresas cuestionadas detrás de las tecnologías de reconocimiento facial en América Latina

La tecnología de reconocimiento facial tiene cada vez más presencia en América Latina. En “Reconocimiento facial en América Latina: tendencias en la implementación de una tecnología perversa”, un informe de 2021 elaborado por Al Sur, un grupo de organizaciones de la región que trabajan para fortalecer los derechos humanos en el entorno digital, se identificaron 38 iniciativas de reconocimiento facial repartidas en nueve países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Panamá, Paraguay y Perú. Las mismas fueron implementadas en el marco de distintas políticas públicas. 

De acuerdo al informe de Al Sur, “ninguna de las normativas utilizadas para justificar la implementación de los sistemas de reconocimiento facial ofrece un tratamiento adecuado desde el punto de vista de los derechos humanos”. 

Solo en 14 de los 38 casos documentados, alrededor del 40%, existe una normativa que regula el despliegue de este tipo de tecnología. Además, la mayoría de los sistemas de reconocimiento facial fueron implementados sin ningún tipo de consulta o participación pública, con excepción de un sistema de vigilancia en Chile, en cuya discusión participaron los Consejos Regionales.

Muchas de estas compañías, que en gran parte son extranjeras, tienen cuestionamientos internacionales por presunto involucramiento en la vulneración de derechos humanos. Por ejemplo, las empresas chinas Dahua y Hikvision, a las que Estados Unidos prohibió operar en su territorio, pero cuentan -en el caso de Dahua- con contrataciones millonarias en México

Otro caso es la inglesa FaceWatch, cuyo software es utilizado en una de las iniciativas identificadas en Brasil, que fue señalada por mantener acuerdos secretos con la Policía Metropolitana de Londres para acceder a los datos biométricos sobre criminales. Estos son algunos de los ejemplos que se detallan en la investigación de Al Sur.

En el informe “Tecnología de vigilancia en América Latina: hecha en el exterior, utilizada en casa”, realizado por Access Now, organización internacional que defiende los derechos digitales, se da a conocer cómo la mayor parte de la tecnología de vigilancia que se usa en la región proviene de Asia, Europa y Estados Unidos. El documento denuncia que estas empresas extranjeras se caracterizan por la falta de transparencia y escasa rendición de cuentas cuando hacen acuerdos con los gobiernos. 

Por ejemplo, en 2019, cuando en la localidad argentina de Tigre se anunció la ampliación del sistema de reconocimiento facial a través de la firma japonesa NEC, la Asociación por los Derechos Civiles presentó una solicitud de acceso a la información para obtener datos sobre cómo se estaba usando la tecnología y cuáles eran los marcos legales. Sin embargo, tras varios intentos por parte de la Asociación, el gobierno local demoró el proceso y nunca respondió.

Tras el análisis de los casos de Argentina, Brasil y Ecuador, tres de los países latinoamericanos donde más se han desplegado estos sistemas, la investigación concluye que se necesita una discusión más profunda sobre sus alcances: “Los gobiernos deberían llevar a cabo evaluaciones de impacto de derechos humanos antes de tomar una decisión o desplegar un sistema, y negarse a adquirir o usar tecnología de empresas con malos antecedentes de derechos humanos”.

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Imágenes vía El Surtidor


Derechos humanos en riesgo

Los sistemas de reconocimiento facial, cuando son implementados en espacios públicos, se convierten en una tecnología de vigilancia masiva encubierta que afecta a todas las personas que circulan por los alrededores, sin que ellas sepan que están siendo monitoreadas. De pronto, las calles, las estaciones de tren, los restaurantes, los centros comerciales se vuelven una suerte de emboscada. El informe elaborado por Al Sur advierte que cuando esto ocurre se atacan los derechos a la libre circulación, a la privacidad, a la protección de datos personales. 

Al respecto, Joana Varon, directora ejecutiva de Coding Rights, organización brasileña que promueve derechos digitales, dice: “En Coding Rights somos críticas de las tecnologías de vigilancia en masa. Cuando está implementado como instrumento en la narrativa de seguridad pública está vigilando e identificando a cualquiera que pase por delante de las cámaras, constituye un instrumento de vigilancia masiva con potencial de privarnos de nuestra privacidad, la libertad de protesta, la libertad de expresión, entre otros derechos humanos”. 

Como lo explica Varon, el monitoreo y el intento de predicción de comportamientos restringen el derecho a la libre asociación, expresión y reunión pacífica, pues dan lugar al perfilamiento de activistas o manifestantes y vulneran su anonimato. También, facilitan la criminalización o persecución de expresiones legítimas. 

El esfuerzo por mayor control se agudiza cuando se trata de protestantes racializados. En Estados Unidos se ha empleado el reconocimiento facial para vigilar a los manifestantes de Black Lives Matter. También es sabido que el FBI tiene una larga historia de seguimiento de reconocidos activistas y líderes negros.

Además, las tecnologías de identificación que emplean la biométrica procesan información sensible que tiene que ver con los cuerpos de las personas. Por ello son altamente intrusivas. En Brasil, una empresa concesionaria del metro de Sao Paulo recibió una cuantiosa multa debido a que, sin aviso ni consentimiento, recolectaba con su sistema de cámaras las reacciones de los usuarios frente a avisos publicitarios. 

Varios grupos de la sociedad civil en la Unión Europea, EE.UU, India, Rusia se manifiestan en contra del uso de tecnologías de reconocimiento facial y otras tecnologías de vigilancia biométrica. Pero la resistencia también está presente en América Latina. Joana Varon mencionó el proyecto de ley que impulsa la municipalidad de Río de Janeiro y que intenta conseguir la prohibición de esta tecnología. “Es el primer proyecto de ley de este tipo en Brasil”, dijo Varon. 

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La mirada patriarcal extiende su dominio con las cámaras en espacios públicos

Bajo una perspectiva de género, la videovigilancia, a través de cámaras de reconocimiento facial, puede ser una forma de perpetuar el desequilibrio existente en las relaciones de género, en lugar de instalar la confianza o la seguridad para las personas expuestas a la mirada escrutadora de las tecnologías de vigilancia.

En general, los lugares elegidos para su instalación suelen ser los centros comerciales y áreas de transporte urbano público, como estaciones de metro, ferrocarril y estaciones de ómnibus. Por otro lado, quienes negocian su incorporación son directores de estos centros comerciales o políticos y alcaldes de las ciudades. También están aquellos que mantienen la vigilancia: la policía y los guardias privados.

Quienes se encargan de decidir dónde opera la vigilancia son en su mayoría varones, mientras que las mujeres son quienes pasan más tiempo en el espacio público realizando tareas vinculadas a los cuidados, como las compras diarias o llevando a niñas y niños a la escuela. Además, en ciudades latinoamericanas, se estima que más de la mitad de las usuarias de los sistemas de transporte público son mujeres. Y la mayoría de las personas "detrás" de las cámaras son varones, mientras que la mayoría de las personas "bajo" vigilancia son mujeres.

Además, la tecnología, la policía y la seguridad son áreas de trabajo masculinizadas y eso se refleja en los equipos que desarrollan esas tareas, en donde los puestos de trabajo son ocupados por varones más a menudo, como se ha documentado en Estados Unidos. Es decir que, en su rutina diaria, la vigilancia también reproduce formas patriarcales de poder.

“Quienes se encargan de decidir dónde opera la vigilancia son en su mayoría varones, mientras que las mujeres son quienes pasan más tiempo en el espacio público realizando tareas vinculadas a los cuidados”.

Pero la tecnología de reconocimiento facial no solo atenta contra las mujeres, también representa una amenaza más para mujeres, personas trans y no binaries. Según una investigación de Coding Rights sobre tecnologías de reconocimiento facial como herramienta para autenticar identificaciones para acceder a servicios públicos en Brasil, la percepción del 90,5 % de las personas trans entrevistadas es que esta tecnología puede funcionar desde una perspectiva transfóbica. Mientras que un 95,2 % tiene la impresión de que esta implementación puede dejarlas vulnerables a situaciones de vergüenza y así reforzar el estigma hacia las personas trans. 

Las personas trans y no binaries se ven expuestas a otro tipo de sesgos por parte de los softwares de reconocimiento facial: la construcción de una clasificación binaria de la identidad. El estudio “The Misgendering Machines” de Os Keyes, publicado en 2018, analizó treinta años de investigación sobre reconocimiento facial y descubrió que los investigadores siguieron un modelo binario de género más del 90% de las veces. Y en investigaciones centradas en género lo vieron como una construcción fisiológica en más del 80% de los casos. 

La investigadora Marianne Díaz señala la importancia de visibilizar los potenciales efectos de discriminación de poblaciones minoritarias que, por la misma naturaleza de los sistemas biométricos, “buscan clasificar al individuo como parte de una taxonomía predefinida, dejando fuera a todo aquel que no encaje correctamente en las categorías establecidas”. En otras palabras, si no perteneces al molde hegemónico de raza y género, te estarán vigilando más.

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<![CDATA[Trópico 2021: De vuelta al paraíso en Acapulco]]>https://www.vice.com/es_latam/article/3abd55/tropico-2021-de-vuelta-al-paraiso-en-acapulcoThu, 09 Dec 2021 17:18:58 GMTDespués de casi dos años de recesión en los conciertos y festivales en México, desde el pasado noviembre la industria nacional se ha reactivado con la celebración de eventos masivos como el Corona Capital y el Coca-Cola Flow Fest. Para continuar con la buena racha, recibir diciembre y saciar la sed de aquellas personas que estaban urgentes de fiesta, playa y música, qué mejor opción que Trópico, el festival en la costa de Acapulco que nos ha regalado tantos grandes momentos rodeadxs de sol, arena, y mar.

Clubz
Clubz @ Festival Trópico 2021 - Fotografía de Luis Avilés

Para su regreso a los escenarios, en Trópico 2021 pudimos disfrutar actos internacionales como Caribou, Kerala Dust, Kraak & Smaak, Sen Senra, y L'Impératrice, a la par de shows comandados por el talento de casa, desde Mi Banda el Mexicano y Lost Acapulco, hasta Ed Maverick y Clubz. Entre otrxs invitadxs al festival, estuvieron por la parte electrónica John Talabot, Mezerg, DJ Tennis y Roman Flügel, y representado el lado del reggaetón y el sabor latino, DJ Playero fue el encargado de hacer lo propio.

No podríamos encontrar palabras suficientes para describir lo genial que fue regresar a este icónico festival en el corazón de Acapulco, y que en cada edición se hace cargo de mezclar diferentes géneros de música, repasando desde la fiesta y el atasque por las madrugadas, hasta los momentos más íntimos y emotivos al calor del atardecer.

 Para darles una breve idea de cómo estuvo la edición 2021, les dejamos una galería con los mejores momentos que vivimos y les invitamos a no perderse Trópico en 2022. Es una experiencia musical y festiva que vivirá contigo para siempre.

Clubz
Clubz @ Festival Trópico 2021 - Fotografía de Luis Avilés
KERALA DUST
Kerala Dust @ Festival Trópico 2021 - Fotografía de Luis Avilés
KERALA DUST
Kerala Dust @ Festival Trópico 2021 - Fotografía de Luis Avilés
KERALA DUST
Kerala Dust @ Festival Trópico 2021 - Fotografía de Luis Avilés
Mi Banda el Mexicano
Mi Banda el Mexicano @ Festival Trópico 2021 - Fotografía de Luis Avilés
MI BANDA EL MEXICANO
Mi Banda el Mexicano @ Festival Trópico 2021 - Fotografía de Luis Avilés
LOST ACAPULCO
Lost Acapulco @ Festival Trópico 2021 - Fotografía de Luis Avilés
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Lost Acapulco @ Festival Trópico 2021 - Fotografía de Luis Avilés
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Ed Maverick @ Festival Trópico 2021 - Fotografía de Luis Avilés
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Ed Maverick @ Festival Trópico 2021 - Fotografía de Luis Avilés
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Sen Senra @ Festival Trópico 2021 - Fotografía de Luis Avilés
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Sen Senra @ Festival Trópico 2021 - Fotografía de Luis Avilés
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L'Imperatrice @ Festival Trópico 2021 - Fotografía de Luis Avilés
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L'Imperatrice @ Festival Trópico 2021 - Fotografía de Luis Avilés
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Caribou @ Festival Trópico 2021 - Fotografía de Luis Avilés
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Caribou @ Festival Trópico 2021 - Fotografía de Luis Avilés
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3abd55Cynthia SalazarStaff de VICELuis AvilésMúsicaFestival Trópico
<![CDATA[Un futuro sin cigarrillos en México]]>https://www.vice.com/es_latam/article/akvdv8/un-futuro-sin-cigarrillos-en-mexicoSun, 05 Dec 2021 19:07:46 GMTEl cigarro pasó de ser un producto que se consumía incluso dentro de los aviones, a un vicio que ahora se practica a la orilla de la calle para no molestar a nadie. Esto se debe en gran medida a que fumar cigarro daña nuestra salud y la de quienes respiran el humo.

El Instituto Nacional de Cáncer en Italia, hizo un estudio en el que demostró lo dañino que puede ser el cigarro para nosotros y los que nos rodean. Para el experimento prendieron tres cigarros en un cuarto de 63 metros cúbicos con poca ventilación para medir la contaminación de partículas que dejaban en el ambiente.

Hicieron el mismo experimento con un motor de diesel, solo para comprobar que las partículas de contaminación que dejan 3 cigarros es 10 veces más que la del motor de un carro Ford Mondeo año 2002. Si eso sucede en un cuarto de 63 metros cúbicos en 40 minutos de exposición, imagina el daño que hacemos a nuestros amigos en una peda o al medio ambiente con cada cajetilla que terminamos.

Por más que los fumadores queramos hacernos los de la vista gorda, la problemática de prender cigarros con frecuencia ya nos alcanzó. El daño se ve reflejado en el entorno y afecta a quienes nos rodean.

¿Qué nos queda entonces a los que disfrutamos de un buen tabaco a mitad de la tarde? Bueno, pues buscar alternativas que nos permitan regular nuestro consumo lejos de la combustión. Aquí un par de opciones para empezar a cambiar tus hábitos de consumo, hacia un futuro sin cigarros.

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Mascar tabaco

La goma de mascar con nicotina es una de las alternativas más old fashion que hay en el mercado. El problema es que no se recomienda su uso regular pues puede dañar tu dentadura y alterar para siempre tus papilas gustativas.

Por lo general se utiliza como un apoyo para dejar de fumar, más que como un reemplazo al cigarro. Esto se debe a que las liberaciones de nicotina son difíciles de controlar. Si cambias a este método, trata de llevar un buen control de cuánto tabaco estás mascando a diario.

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Hipnosis

Hay varios estudios que sugieren que en pruebas controladas aleatorias, la hipnósis resulta un tratamiento aleatorio que funciona casi en un 95% para dejar de fumar. Y no es coincidencia que existen miles de blogs en Reddit y videos en YouTube que hablan de la eficiencia del tratamiento.

La data que arrojan sitios como Tripdatabase, Cochrane Library Evidence Based Review y PubMed demuestran que para que este método funcione se necesitan mínimo seis meses de tratamiento.

Si bien no se duda de su eficacia, se necesita por lo menos medio año para dejar de fumar del todo.

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Hierbas alternativas

La manzanilla, mate, valeriana y el lúpulo son hierbas que puedes vaporizar con un vaporizador especial o ingerir en tés para reducir tus niveles de ansiedad. Esto puede ayudar a tu cuerpo a necesitar menos la nicotina y así reducir tu consumo de cigarros.

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Masajes

Darte un masaje en la palma de la mano en  movimientos circulares desde los nudillos hasta la punta de los dedos te ayudará a controlar la ansiedad. Si bien no existen estudios que nos hablen de si este método funciona, los masajes sirven para relajar el cuerpo.

Si en vez de prender un cigarro, ese tiempo se destina a liberar la tensión de tus dedos probablemente tu consumo baje. Aquí un video para que veas las zonas en tu cuerpo que puedes tocar mientras te haces un masaje, para así aliviar la tensión de no fumar.

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Vaporizador

Los vaporizadores son una opción si quieres mantener una liberación de nicotina controlada. Así tu transición a dejar los cigarros será mucho más sencilla. Por lo general los cartuchos son de sabores dulces, así que tal vez el único problema será acostumbrar a tus sentidos a reemplazar el sabor del tabaco, por sabor “frambuesa tropical”.

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Cigarro electrónico

Dentro de la categoría de cigarrillo electrónico hay diferentes tipos de dispositivos disponibles. Los dispositivos "Vape" atomizan una solución de líquido en vapor. Los dispositivos de tabaco calentados calientan el tabaco en aerosol sin quemarlo.

Ambas opciones son una mejor alternativa a la quema de tabaco que se produce en un cigarrillo tradicional. Esta es una gran opción para los fumadores habituales. El sabor y el olor del tabaco permanecen intactos.

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Acupuntura

La teoría médica china señala que el humano tiene 14 meridianos importantes que forman parte de una red invisible que conecta al cuerpo. Le llaman ‘Qi’ a la energía que transportan los meridianos para hacer que nuestro cuerpo fluya en equilibrio. Y a pesar de que es una práctica común de la medicina, no existen pruebas suficientes para decir que es efectiva. Por otro lado, si tanta gente lo practica es porque seguro es un buen efecto placebo. Para reducir tu consumo de cigarros, se recomiendan mínimo seis sesiones para regular tu ‘Qi’.

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Terapia conductual

Retrasar el próximo cigarro, poner un límite diario de cigarros, llevar un diario en el que cuentes lo que experimentas cada que fumas o empezar a relacionar el hábito con algo que te parezca desagradable son algunas de las técnicas que se usan en este tipo de tratamiento. Definitivamente un método agresivo para dejar el cigarro.

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CBD

El CBD es capaz de activar los receptores de histamina que hay en nuestro cuerpo. La histamina reduce ansiedad, estrés e irritabilidad. Lo que te ayudará con el síndrome de abstinencia.

Yoga

El yoga es un ejercicio físico que sirve en gran medida para reducir el estrés y puede ser una buena opción para saltar el cigarro mañanero. La posición de cobra, sirve para estimular los pulmones pues permite que se expandan. Otra muy famosa es la pose de Arco, que ayuda a expandir tu caja torácica y permite mejor circulación de sangre a tu corazón y pulmones. Aquí puedes ver cómo hacerlas.

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<![CDATA[La censura del siglo XXI: secuestro de la diversidad LGBTIQ+]]>https://www.vice.com/es_latam/article/wxddqz/la-censura-del-siglo-xxi-secuestro-de-la-diversidad-lgbtiqFri, 26 Nov 2021 17:04:05 GMTEl término censura suena a épocas pasadas. A esos años en que la gente escondía libros en sus casas, la Iglesia hacía quema de documentos en las plazas o las dictaduras de cualquier momento histórico prohibían leer determinados libros. Si piensas que en el año 2021 la palabra censura no tiene cabida, estás muy equivocada o equivocado. 

Hace unas semanas, una jueza en Castellón (España) ordenó retirar de las estanterías de una biblioteca de un centro educativo un total de 32 libros de temática LGTBI. Esto sucedió mediante una petición de la Asociación de Abogados Cristianos y se aplicó en 11 institutos públicos de secundaria y centro de menores. Según la asociación, esta lectura causa "perjuicios irreparables" a los alumnos. 

"Me sorprendió mucho lo de la censura. Mi primera reacción fue no creérmelo, no porque no me espere que haya sentencias judiciales equivocadas o asociaciones fundamentalistas que quieren censurar, sino por el hecho de que algo escrito por mí estuviese en la lista", explica Ignacio Elpidio, autor de Cuando muera Chueca: origen, evolución y final(es) de los espacios LGTBI y Bifobia: etnografía de la bisexualidad en el activismo LGTB. Dos libros que fueron retirados del centro educativo. En el 2019 publicó Vagos y maleantes: nuevas voces maricas

Ignacio tiene una larga trayectoria en el ámbito de la antropología, es activista LGTBI y escribió el primer libro sobre bisexualidad en el Estado español. "Es importante que haya lecturas de todos los temas posibles en los centros educativos, para que los estudiantes piensen en la posibilidad de personas diversas", señala y explica que mediante la lectura LGTBI "pueden ver sus propios casos reflejados en la lectura, o la de otras personas de su entorno. Es importante para que piensen los estudiantes en más mundos posibles". 

En Castellón se secuestraron más libros y autores como son los siguientes: No estamos tan bien: Nacer, crecer y vivir fuera de la norma en España de Rubén Serrano; Después de los trans de Elizabeth Duval; El fin del armario de Bruno Bimbi o Lgtb para principiantes de Daniel Valero. Fueron muchos más autores con sus libros, escritos con un fin: difundir la diversidad e igualdad a través de las letras. 

Bruno Bimbi me comentó que la noticia le llegó justamente cuando estaba hablando con una periodista sobre el pin parental: "Lo que está haciendo Vox en España es lo mismo que ocurrió en Brasil. Todo comenzó con el pin parental, discursos muy parecidos y ahora la censura", afirmó y continuó explicando que "desde el 2011 se han duplicado estos discursos con acciones muy parecidas y sobre todo con mentiras. En uno de mis libros, relato lo que sucedió con el antiguo alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella. Este hombre, retiró de la feria del libro un cómic de Marvel en el que aparecían dos hombres besándose y ordenó a un equipo de fiscales de su municipalidad a buscar textos con temática homosexual que contuvieran material ‘inadecuado’ para menores de edad, utilizando, como escudo, el Estatuto del Niño y el Adolescente (ECA)."

El escritor nació en Argentina y estudió en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro. "Mi libro trata justamente de la vida de las personas LGBTI en el siglo XX y cómo durante estas décadas sus vidas han cambiado y qué cosas nos faltan por cambiar", describió los puntos principales del libro Bruno e hizo hincapié que con El fin del armario "el lector puede conocer cómo en países hay medidas de igualdad y en otros todavía viven en épocas medievales". 

En América Latina solamente está aprobado el matrimonio homosexual en: Argentina (2010), Brasil (2013), Uruguay (2013), México (2015), Colombia (2016) y Ecuador (2019). En España la ley del matrimonio igualitario fue aprobada en el 2005, de esta manera se convirtió en el tercer país del mundo en legalizar este derecho. El primero fue los Países Bajos y después Bélgica. 

La situación cambia si viajamos a África, donde alrededor de 30 países han prohibido la homosexualidad. Sudáfrica es una excepción, ya que legalizó el matrimonio gay en 2006. Siguiendo la línea en la falta de derechos, en Hungría, el partido ultranacionalista de Viktor Orban y el de extrema derecha Jobbik, han prohibido la lectura y visualización de las películas de Harry Potter en las escuelas y las clases de sexualidad se ofrecen hasta los 18 años. ¿Hungría pertenece a la Unión Europea donde se desarrollan leyes LGTBI a nivel europeo? Sí, y no pasó nada por las medidas que se aplicó en dicho país.

Ya lo dijo Miguel de Cervantes Saavedra, escritor español: "El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Fer García, responsable de lectura y cultura LGBTIQ+ en la Federación Arco Iris me explica que es necesaria la lectura de este género porque "hay que conocer las historias y realidades que conforman nuestra sociedad, de esta manera somos más visibles y nos enriquecemos como personas", cita y continúa defendiendo esta causa: "Contando historias LGTBIQ+, pero con perspectivas de otros colectivos como son las personas racializadas, las personas neuro-diversas o desde el propio feminismo. Son herramientas para educar en la diversidad y desarrollar una empatía desde la infancia". 

La Federación Arco Iris cumple muchas funciones, pero entre sus logros está el asesoramiento para inmigrantes LGTBIQ+, ayuda sobre VIH, guía para padres con hijos menores trans o planes de inclusión y diversidad para ayuntamientos, diputaciones o empresas. "Es importante que el ámbito de actuación para una sociedad más diversa y tolerante empiece en la infancia y se desarrolle hasta la tercera edad", señala Fer. 

Rubén Serrano también fue censurado en Castellón. El escritor del libro No estamos tan bien: Nacer, crecer y vivir fuera de la norma en España, mediante la escritura dibuja a la perfección la situación del colectivo en diferentes ámbitos de la vida como el sanitario, laboral e incluso institucional. 

"Me sentí enojado y confuso, pero después ya lo veo como una victoria. Porque nuestros libros han molestado en una fundación cristiana e incluso al poder judicial de este país", argumenta Rubén y prosigue afirmando que "la literatura nueva y desde diferentes puntos culturales estamos removiendo los cimientos del patriarcado. Estas lecturas son referentes positivos que consiguen contar las vidas de la sociedad". 

Al igual que Fer, Rubén piensa que es bueno que los centro educativos tengan lectura LGTBIQ+ y "narrativas donde estén representados personajes basados en la diversidad, porque la historia es diversa y no solo única, en otras palabras es incluir referentes positivos y que alumnado conozca que ser gay, lesbiana o trans no es un problema, castigo o vergüenza". 

Rubén, al igual que yo, recuerda que durante su época escolar no había lectura LGTBIQ+: "Me hubiera encantado leer un libro sobre realidades diversas porque siempre me han lanzando el mensaje de que no pasa nada por las risas o golpes que recibía. La educación es educar en igualdad y en la diversidad". 

En este reportaje no podía faltar la opinión de personas que están en colegios o institutos. "Este año he podido leer libros donde había historias de amor de dos chicas y me gustó conocer otras formas de amar", explica Celia. Ella tiene 14 años y vive en Buenos Aires. Contacté con ella mediante Twitter, ya que puso un tweet sobre el colectivo y un caso de homofobia en su colegio. 

Celia me pide que no enlace el tweet: "No quiero que mis compañeros me pregunten, pero estoy contenta que compañeros que insultan a otras personas puedan leer lectura de este género". 

La censura en Castellón acabó bien y al final la justicia anuló la retirada de los libros. El juez indicó que no hay pruebas de que el contenido de esos libros no atenta contra los derechos humanos. Al final el suceso tuvo un final feliz, pero no podemos olvidar que durante unos días muchos escritores que mediante las palabras hablan de la diversidad y de la igualdad. 

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wxddqzMiriam Martínez Mireya GonzalezLGBT+censura
<![CDATA[Prejuicios e ignorancia: Gordofobia en la salud]]>https://www.vice.com/es_latam/article/epxnme/prejuicios-e-ignorancia-gordofobia-en-la-saludFri, 19 Nov 2021 18:35:08 GMTUsar gorda o gordo como un descalificativo es gordofobia. Piénsalo bien y recuerda cuándo has utilizado estos términos y en qué modo los has usado.

La Real Academia de España define insulto como una acción que ofende o humilla a una persona, es decir, referirse a una persona diciendo “mira qué gorda o gordo” y después reírse o “con unos kilos menos estarías mucho más guapa o guapo” es gordofobia. El racismo, la xenofobia, el clasismo, el machismo o la gordofobia son difíciles de admitir y por eso ya es hora de hablar de la gordofobia en la sanidad, y aunque existe en otros terrenos (como el ámbito laboral o sentimental) por ahora nos enfocaremos en este aspecto.

Desde hace un tiempo no paro de leer casos que me llaman la atención en Twitter y me detuve en uno que me resultó muy familiar. “Voy al ginecólogo porque tengo una regla loca el último año. Ginecólogo: es porque estás gorda. Me hace una ecografía. Ginecólogo: ah pos es que tienes el útero raro… Pero baja de peso”, fue la situación que vivió María Dolores Sánchez. Ella tiene 26 años, vive en Albacete, España y es @warholgrrl en Twitter.

“Nunca me había sucedido, pero sí que había escuchado experiencias de otras personas”, así comienza María a contarme el suceso que le provocó ansiedad y miedo a acudir a consultas de doctores desconocidos. “Mi experiencia de gordofobia en el ámbito sanitario ocurrió en el febrero o marzo del 2021 en una consulta sobre mi regla, ya que debido a la pandemia no tenía la menstruación regular y mi médico de cabecera me derivó al especialista”, explicó María y continuó contando que al sentarse en la consulta el doctor, sin hacer una ecografía anteriormente, “vinculó todos mis problemas a mi peso. En ningún momento me había realizado ninguna auscultación”.

En la revisión de María faltó empatía y, sobre todo, medicina con perspectiva de género. “En el momento de la ecografía me comentó que tenía el útero grueso y que eso puede derivar a endometriosis”, describió e hizo hincapié en la conversación en la que el doctor solo estaba enfocado en su peso. “Cuando salí de ese despacho ya no pensé en mi regla, solamente estaba pensando en cómo perder peso y en comer menos”.

El suceso que tuvo que vivir María no es el único. Magdalena Piñeyro, cofundadora de la plataforma Stop Gordofobia, elaboró una guía para el Instituto Canario de Igualdad (ICI) con el fin de detener la gordofobia en todos los ámbitos, incluido el sanitario. En la guía se habla con claridad de dónde podemos encontrarnos con actos gordofóbicos, como es el caso del bullying escolar, en una entrevista de trabajo o en una consulta médica.

“La idea principal de la guía es conseguir un acercamiento a la población de qué es la gordofobia y la violencia estética, siempre usando un lenguaje sencillo y fácil de entender”, explicó Magdalena Piñeyro, autora de la guía. Esta herramienta se elaboró en el 2020 y fue repartida a inicios de 2021 en las segundas jornadas de gordofobia realizadas con el Instituto Canario de Igualdad. “La guía es totalmente gratuita y está pensada para identificar una violencia normalizada en cualquier ámbito de la vida”, describió Magdalena.

Tal y como se recalca en dicha guía, el prejuicio de creer que las personas gordas lo son porque quieren serlo o por falta de voluntad, no tiene que implicar que sus consultas médicas estén dirigidas a recomendaciones de dietas sin saber qué les ocurre o cuáles son sus posibles patologías.

En relación con la violencia de la gordofobia en los centros de salud, Magdalena solicita a todas las víctimas que “denuncien y que pongan reclamaciones en sus centros médicos”, y me recuerda que no se puede olvidar “la violencia sanitaria dentro del marco de la salud mental y la obstétrica. Estamos ante discriminaciones que han estado siempre, pero que se han dado voz hace muy poco tiempo y por ese motivo, no son delitos de odio”.

Dalia León es wedding planner y vive actualmente en León, México. Ella tiene un diario basado en la gordofobia establecida en la sociedad en Spotify y a raíz de escuchar su podcast tuve la ocasión de hablar con ella y preguntarle cómo surgió dicha idea. Me contó: “Desde el primer episodio que subí recibí muchos comentarios de amigas y familiares porque no tenía ni idea de que padecía bulimia. Puedo decir que fue el principal motivo, el inicio de este diario fue para aceptar que sufría de bulimia, pues la sociedad, al ver que tienes un cuerpo grande, no piensa que te puede suceder”.

“Muchas mujeres me han escrito para decirme que se han sentido identificadas conmigo, que sus madres fomentaban dichos comportamientos de gordofobia, que sus parejas las menosprecian, que los médicos les niegan la atención médica o que les dicen que no son dignas de amor ni tienen derecho a vivir libres”, describió Dalia los múltiples mensajes que recibe y añadió: “Ningún hombre me ha escrito”. ¿La gordofobia también tiene tintes machistas? Piensa en las mujeres presentadoras, cómo son; y luego mira los cuerpos de los hombres que están en televisión. Esto es definido por la guía de Magdalena como violencia estética.

También hablamos con dos expertos en relación a la situación de la gordofobia. Estefanía Fernández es nutricionista y lo primero que me argumenta es que “la alimentación sin duda alguna es un pilar importante para poder mejorar nuestra salud y cuidarnos, sin embargo, hay otros pilares igual de importantes y a veces hasta más, como la salud mental”. Estefanía cuenta con 218 mil seguidores en Instagram y los mensajes que proyecta desde su cuenta están basados en una nutrición libre de dieta. La experta me indica que muchos de los casos de obesidad no están basados en la alimentación: “Hay más factores que pueden estar afectando a esa persona, como el socioeconómico, la estabilidad laboral, la falta de educación nutricional, la disponibilidad de tiempo, el costo más elevado de alimentos frescos, la discriminación y la estigmatización, y es aquí donde entra la gordofobia”.

Cuando pregunto a Estefanía sobre las rutas que tienen que seguir los médicos cuando atienden a las personas me indicó las siguientes pautas: “Hablar sobre comportamientos modificables, gestión del estrés, autocuidado, no caer en la importancia del peso corporal, no generar necesidad de miedo o vergüenza para que haya un cambio de comportamientos, empatía y escuchar las experiencias vividas”.

Estefanía finalizó con la siguiente afirmación: “El paciente está para que lo escuches y podamos acompañarlo o guiarlo, siempre que no se haga desde la imposición y obligación”.

Rubén Moreno es médico general en Barcelona y piensa todo lo contrario que Estefanía: “No podemos obviar la obesidad o el peso de un paciente cuando viene a consulta”. Eso sí, Rubén está en contra de cómo en algunas consultas se realiza la gestión del peso corporal debido a que ha “encontrado muchos pacientes que vienen con miedo por vivencias pasadas. La mayoría son mujeres y me cuentan que han sentido desprecio y humillación”.

Los dos sentimientos que describe Rubén, también los vivió Dalia. En el diario de gordofobia trata dicho tema y me cuenta que sufrió gordofobia en el ginecólogo. “Fui para recibir asesoría sobre métodos anticonceptivos y me explicó vagamente tres opciones. El doctor se quedó mirándome y su primera pregunta fue cuánto pesaba. Yo respondí lo que pesaba en ese momento y sin mirarme me contestó que tenía que perder peso”. Aunque no tenga mucho que ver, esta duda que me surge sobre la gordofobia, la quiero plantear: ¿Por qué las mujeres sufrimos experiencias negativas en las salas de ginecología? Es una buena reflexión para la sanidad actual y la falta de perspectiva de género, ya que es mucha casualidad que tanto María y Dalia, dos mujeres de diferentes edades y países, hayan pasado por lo mismo.

Al igual que con temas que afectan en la mayoría de los casos a las mujeres, pregunté a Dalia si la gordofobia se habla sin miedo y ella me contestó que es un tema tabú. “Nos han vendido la idea que la salud es equivalente a cierto peso”, y en relación con esta afirmación Dalia me cuenta que vio una publicación sobre una persona que estaba buscando trabajo, pero necesitaba un sitio donde no sufriera discriminación por su peso y añadió los siguientes ejemplos de gordofobia en la vida real: “En la moda no hay ropa bonita a partir de ciertas tallas, los asientos en los aviones son estrechos e incluso las sillas de los restaurantes”.

En España ocurrió un caso viral que fue protagonizado por Alba Nevado. Ella denunció a través de redes sociales cómo llegó a su puesto de trabajo (primer día) y al no tener pantalones de su talla, la despidieron. A partir de ese momento salieron muchas personas a dar su testimonios y a protestar sobre esta normalización en las empresas.

Este reportaje tengo que acabarlo con la experiencia y consecuencias de María, que fue la causante de investigar sobre la gordofobia. Ella lo denunció en Twitter con el fin de desahogarse y conocer otros casos de mujeres que han vivido su caso. “No solo me hablaron mujeres que les habían dicho de bajar de peso, sino que también he recibido mensajes de mujeres que les han dicho de subir”. ¡Qué obsesión existe con el peso de las mujeres!

Durante semanas, María sufrió de miedo, y actualmente pregunta a amigos que son estudiantes o hacen prácticas en hospitales sobre quiénes son sus futuros médicos. “Todo es consecuencia de lo que viví y del miedo causado a que una persona que no me conozca de nada me juzgue por mi físico”, sentenció.

Le pedí a Magdalena que me diera una serie de trucos para luchar contra la gordofobia y me dijo con mucha claridad que “a todos los niveles se tiene que trabajar con la cultura de la dieta, la obsesión por el cuerpo perfecto que venden las redes sociales o la publicidad, dejar de seguir cuentas que provocan daño, conseguir una buena relación con el cuerpo, dejar de hacer comentarios de cuerpos ajenos y también de recomendar dietas a personas que no las han pedido o señalar chistes o comentarios gordofóbicos, al igual que se hacen con los machistas o racistas”.

Dentro de los comentarios que me dio Magdalena me quedé con el siguiente: “Nuestra relación con el cuerpo actualmente está basada en el odio por culpa de la sociedad”. Cuántas veces he tenido que escuchar hacia mí los típicos comentarios de que si adelgazara estaría más guapa, que esos ojos tan bonitos que tengo quedan mejor con una cara más fina o que no encontraré nunca pareja si estoy con unos kilos de más. Este último tiene machismo y gordofobia, la combinación perfecta.

Actualmente he adelgazado unos 30 kilos (por decisión propia) y ahora los comentarios que recibo son sobre mi relación con la comida; si descanso bien, si tengo depresión o que debo cuidarme. Está claro que la sociedad siempre tiene algún comentario que hacer y ya es hora de no callarse y responder.

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<![CDATA[Libertad de expresión, una utopía que debería ser un derecho]]>https://www.vice.com/es_latam/article/88gnq5/libertad-de-expresion-una-utopia-que-deberia-ser-un-derechoWed, 17 Nov 2021 21:45:19 GMTLibertad de expresión: Estas tres palabras representan un derecho humano. Se trata de una facultad fundamental para el desarrollo personal y social, pues gracias a esta podremos desarrollarnos en un ambiente sano en donde podremos decir lo que pensamos o sentimos sin ningún miedo. Hablando jurídicamente la libertad de expresión es reconocida “desde hace poco más de medio siglo como una garantía fundamental en la mayoría de instrumentos de los sistemas internacionales de derechos humanos de los que tenemos noticia” y esta nos permite buscar, recibir y difundir información de forma libre. De igual forma prohíbe la censura de recibir y de dar información, y es aquí donde el problema empieza.

La libertad de expresión siempre ha sido un reto en América Latina, y un lugar en donde se puede ver de una forma clara actualmente es en Cuba. En los últimos meses ha habido una crisis sanitaria y económica, y un desgaste político por un régimen que lleva en pie 60 años. “Estamos hablando literalmente de un país en donde no hay libertades políticas de ningún tipo, no hay libertad de prensa, de asociación, de movimiento”, nos dice Carlos Manuel Alvarez, periodista cubano. Todo esto unido a la escasez material y la crisis sanitaria hizo que se llevara a cabo una de las protestas más impresionantes en contra del castrismo en mucho tiempo.

Desde un punto de vista exterior nos damos cuenta de que la mayoría de artistas activistas son sancionadxs por usar su libertad de expresión. Pero también vemos cómo desde el arte se empiezan a exigir los derechos de la comunidad, que comienzan a tomar mucha importancia. Hace un año el campo artístico tomó un papel muy importante en las protestas, “puntualmente hablando del movimiento San Isidro, en donde se empezó a reclamar la falta de libertades en este mismo campo, no solo se trataba de que abrieran ciertas galerías de arte o espacios para debate sino que ya se pedían medidas políticas duras”, nos dice Carlos. En Cuba se ha empezado un movimiento artístico que comienza a mover, de alguna forma, el área política. Es increíble cómo a partir de la creación y la libertad de esta se regenera un tejido social que, finalmente, une personas que se creían completamente diferentes pero luchan por lo mismo.

El Internet también ha sido clave en las protestas artísticas de Cuba hoy en día, Carlos nos dice que “el Internet no entra a jugar en esto, el Internet es el terreno de todo” en las protestas y exigencias. Es un mapa en donde se puede ver de forma definida todo el discurso político que está sucediendo en este país, ya que es uno de los pocos lugares en donde la información no se puede manipular por el Estado. “Tengo derecho a crear mi propia patria”, nos dice Anamely Ramos, curadora de arte cubana, “esto es lo que el Estado nos quita”. Al parecer las únicas personas que ayudan a la difusión de las noticias de Cuba son las personas exiliadas, aunque estas siguen siendo vistas como enemigas.

Sabemos que alrededor de toda Latinoamérica la censura es algo del diario, la pregunta es qué medidas de seguridad podemos tomar para estar seguros y seguras ante el Estado que no nos deja de observar. Melanio Escobar, activista, periodista y tecnólogo venezolano, nos cuenta cómo sobrevivir a la censura en los regímenes totalitarios. Cuando se cierran las puertas hacia la libertad de expresión hay que buscar ciertas ventanas que nos permitan seguir con nuestro activismo de una forma segura. Es muy importante entender que un régimen totalitario siempre va a tratar de tener una buena imagen para su exterior e interior, “el Gobierno autoritario no solo busca ser visto como una víctima sino que todas sus acciones represivas o cualquier acto que limite los derechos tiene que verse como una acción legítima del Gobierno y no como una defensiva, sino como una ofensiva ante los ataques”.

Las censuras pueden comenzar gradualmente en los espacios de comunicación; desde prohibir ciertos contenidos por horarios hasta hacerse leyes que hacen que los activistas queden indefensos. Un ejemplo de este tipo de leyes y medidas es la Ley del odio en Venezuela, la cual es un espacio gris del Partido Socialista Unido de Venezuela en donde se decide qué promueve el odio y qué no. Aunque haya artículos y todo lo que una ley debe tener, la concepción de odio es muy ambigua, haciendo que realmente la decisión de juzgar qué es odio y qué no queda en ciertas personas que pueden mandar a activistas a la cárcel hasta por treinta años, como nos cuenta Melanio.

¿Pero, realmente qué es un discurso de odio? Según la UNESCO son expresiones a favor de la incitación a hacer daño, particularmente discriminación, hostilidad y violencia, con base en la identificación de la víctima como perteneciente a cierto grupo social o demográfico. Es decir que es cualquier tipo de expresión que incita al prejuicio o a la intolerancia y que motive a actos de violencia contra ciertos grupos sociales vulnerables. Emmanuel Vargas nos habló un poco de esto: “Realmente no hay un tratado internacional que nos diga qué es un discurso de odio. Lo que sí es que es una problemática que plantea una tensión entre el derecho a la igualdad, o sea, a no ser discriminado, y el derecho a la libre expresión”.

Es importante resaltar que en cada país de Latinoamérica las leyes que dicen qué es un discurso de odio y cómo puede ser castigado son muy diferentes. Es por esto que es tan sencillo caer preso por el Estado, pues no hay nada claro sobre este tema.

La libertad de expresión parece más una ilusión que un derecho palpable. Día a día nos encontramos con problemas para acceder a ella, desde el silencio que nos impone el Estado hasta nuestra propia seguridad llega a influir para que este derecho no se haga real. El arte parece ser uno de los mejores aliados en el presente para poder expresarnos de manera libre y protestar sobre las injusticias que pasan a diario en nuestro continente. Al mismo tiempo, el Internet es una herramienta útil en este camino, pues los espacios virtuales nos permiten tener mucha libertad que necesitamos para expresarnos, pero debemos seguirnos cuidando para no caer en ciertas trampas por el simple hecho de decir lo que pensamos.

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<![CDATA[Blue Rojo viene a refrescar la música en español con su pop vanguardista]]>https://www.vice.com/es_latam/article/epx49m/blue-rojo-viene-a-refrescar-la-musica-en-espanol-con-su-pop-vanguardistaWed, 17 Nov 2021 20:54:08 GMTSantiago Ogarrio es Blue Rojo, un cantante, compositor y productor mexicano que nació en Chula Vista, un barrio chicano de San Diego, en California, pero creció en Tijuana. A temprana edad se mudó a la Ciudad de México, donde comenzó a forjar su carrera musical y obra artística. Después de trabajar de manera independiente por algunos años, actualmente es el primer exponente que forma parte de Void Records, un nuevo sello discográfico fundado por Olympia de la Macorra y Diego Urdaneta, bajo la firma de Universal Music México.

Con el respaldo de Void Records, Blue Rojo trabajó en Solitario, su álbum debut, que contó con Diego Urdaneta en la producción ejecutiva, y Diego Raposo, Ulises Hadjis, Diego Urdaneta, v1fro, y Mano AM, también en la producción musical. El resultado es una obra hyperpop refrescante que pasea por la electrónica y el trance noventero, hasta rozar con el reggaetón, el emo, el happy punk, el trap, el hip hop, y el R&B.

Para adentrarnos en el universo de Blue Rojo y Solitario, hablamos con Santiago sobre sus orígenes, cómo es pasar de la autonomía e independencia como artista a trabajar en equipo; la música y el arte detrás de su proyecto; y hasta de su participación en La Voz México.

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Fotos: Ariel Fish. Styling: Víctor Barragán.

VICE: Antes de empezar a hablar de lleno sobre Solitario, dame más noción de tu background. Cuéntame de ti, de dónde vienes, quién eres.

Blue Rojo: Nací en en Chula Vista (en California) y crecí en Tijuana, pero siempre he vivido en la Ciudad de México. Creo que la influencia de Tijuana fue muy importante para mí, todo el ambiente, estas cosas de la frontera, todo este arte, el mundo cholo y lo multicultural de la conexión Estados Unidos-Tijuana. Siempre escuché música con mis papás, ponían de todo: salsa, trova, Maná, no sé, cosas así, pero a mí la neta lo que más me gustó fue Britney. Cuando la escuché, conocí el pop y veía MTV todo el tiempo, me volvía loco. Siempre me volvió loco este show y performance, era demasiado emocionante. De esos artistas, el sonido electrónico fue lo que más me llegó y lo que me encantaba, como ese pop y ese sentimiento de amor. Siento que a veces no es fácil entrar al pop, porque es muy emocional, y es tan emocional que mucha gente prefiere más el rock o sonidos más secos, por eso el pop es lo que más me llamó.

Cuando me vine a la CDMX a los 10 ya cantaba, siempre canté; pero en un momento de mi vida me iba a volver cura, era súper católico. Después de eso empecé a cantar más, muchas canciones de iglesia, por eso mi relación con la música de iglesia se me hace muy chida, porque es muy espiritual y a mí me gusta. Después seguí cantando y buscando qué quería hacer, empecé a componer y luego estuve en La Voz México. Me deprimí un buen saliendo porque perdí y no sabía quién era, la neta no sabía qué hacer y me fui encontrando. Después me tatué la cara y rompí con todos esos miedos pasados que tenía y ahí fue cuando empecé a crear Blue Rojo. Necesitaba hacer algo súper creativo. Me encantaba Lady Gaga en su momento, me encanta Britney, Rosalía, en general estxs artistas que son muy visuales y muy exageradxs y emocionales y al mismo tiempo showseros; por eso quise hacer algo así sin negar mi parte de que me encanta la música en inglés y también la música en español, amo esta mezcla entre pop noventero en español y en inglés.

También me influyó vivir en la Ciudad de México. Amo esta ciudad y quería hacer algo que a mi manera representara o estuviera conectado a lo que es esta ciudad. Así creé Blue Rojo y empecé a darle, saqué una canción, y como que todo hizo sentido en mi vida; de ahí poco a poco saqué el EP (Mi Rey, 2020) , conocí a Diego Urdaneta, e hicimos Solitario.

La primera vez que escuché a Blue me voló la cabeza. Jamás estaba esperando que existiese algo por ahí que nadie hubiese descubierto y eso fue lo que más me atrajo de trabajar con él. Es un proyecto que despertó todas las ganas en mí de dar lo mejor que tengo y como productor ejecutivo buscar al mejor equipo posible para colaborar produciendo, y que la visión de Santiago la lleváramos al mejor y más honesto lugar posible. Entre todos los involucrados hicimos un disco que siento que busca mucho más la relevancia cultural y que sea una pieza de arte y que represente bien lo que es Santiago, que personalmente es mi artista favorito. Es increíble para mí poder trabajar con mi artista favorito hoy en día y soltar una obra que estoy seguro que se va a escuchar por muchísimo tiempo. — Diego Urdaneta

VICE: Me llama la atención tu paso por La Voz México (en el equipo de Wisin y Yandel) y lo que mencionas sobre que en ese momento no sabías quién eras tú, solamente que querías cantar. ¿Con qué mentalidad llegaste ahí y qué cambió en ti a partir de esa experiencia?

Blue Rojo: En ese momento realmente no sabía qué quería, solo que me encantaba cantar. Veía The X Factor y American Idol desde muy chico y decía “wow”. Audicioné tres veces para entrar a La Voz y en la tercera me quedé, pero justo nada más era como “ah, quiero cantar”. Pero hoy mi voz es mucho mejor que en ese momento. He mejorado mucho porque me he encontrado a mí mismo y en ese tiempo no sabía quién era realmente.

VICE: Tiene sentido que hayas estado en La Voz porque verdaderamente cantas muy bien. Cuando empezaste en esto, ¿lo hiciste porque sabías que tienes talento o cómo decidiste que a esto te querías dedicar?

Blue Rojo: No sé…, a veces siento que desde muy chico empecé a escuchar la música y de ahí dije “voy a cantar” y entonces lo empecé a hacer y me salió bien, fue algo natural y puedo ver que de antes a ahora he mejorado. Antes cantaba bien pero ahora ha sido muy cañón todo este proceso de encontrar esa voz, mi voz. Y sí, también he tomado muchas clases de canto, pero creo que es algo que naturalmente se me ha dado.

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Fotos: Ariel Fish. Styling: Víctor Barragán.

VICE: Me parece que el proceso de firmar con Void Records, grabar el disco y lanzarlo fue súper rápido, ¿cómo ha sido la aventura para ti?

Blue Rojo: Una locura, literal, pero también hay una parte que ha sido muy genuina. Siento que cuando me conecté y empecé a hacer más cosas, a conocer gente y a creer en la música y en que “si lo hago bien, me irá bien” , todo se empezó a dar.

Ha sido muy cabrón todo, el proceso de hacer el disco fue neta una locura. A Diego Urdaneta no lo conocía y de la nada fue “haz un disco con estas personas que nunca has visto en tu vida”. Fue adaptarme a todo eso, pero confié porque sabía que ya tenía las herramientas para hacer algo chido y que me puedo transformar a lograr algo mejor. Todos le entramos con mucha pasión, nos peleamos muchísimo, nos gritamos, pero al final salió algo muy cabrón. Luego Diego presentó el disco a Universal y según él nadie nos iba a firmar, pero yo la neta sí sentía que alguien nos iba a firmar, porque todo estaba muy bien hecho, muy original, y pues sí, pasó.

VICE: Wow. Esto de pasar de ser un artista independiente y underground a estar firmado por un subsello de Universal Music, ¿alguna vez te lo imaginaste, era una meta que tenías en mente?

Blue Rojo: Fue increíble, me cuesta bastante ceder porque soy Capricornio y también de repente soltar ¡agh!, pero lo solté. En un punto pensé “no sé a dónde vaya con este disco pero siento que evolucioné mucho como persona en el proceso”. También me reconecté con mi canto, con el piano, con la guitarra, con la música, y aunque solía trabajar por mi cuenta, ahora obviamente quiero meter más gente y seguir colaborando. Aunque después me gustaría hacer un disco más personal y crear un concepto más pensado y específico sobre esta visión que yo tengo de mí, pero también sé que si en ese mismo proceso me toca colaborar con más personas y ese disco cambia y se vuelve otra cosa, estoy totalmente abierto a ello.

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Fotos: Ariel Fish. Styling: Víctor Barragán.

VICE: Cuéntame más sobre cómo fue abrirte a trabajar con otros productores como Diego Raposo, Ulises Hadjis, vfro, Mano AM y el propio Diego Urdaneta en la producción ejecutiva.

Blue Rojo: Cada uno aportó a su forma. El sonido del disco es muy Blue Rojo pero la combinación que surgía de todos era algo muy chido. Ulises es muy relajado y yo estaba como todo nervioso y esto logró al final que él me diera una seguridad enorme en el estudio y que trabajáramos muy bien juntos. Diego Raposo fue una pieza clave en el disco porque fue el más pacifico, el más abierto a cualquier cosa; como que nadie buscaba forzar al otro a hacer otra cosa ni a buscar protagonismo, todos sabíamos de qué iba.

Hubo muchas cosas que se quedaron tal cual desde mi laptop y nadie las cambió porque sabían que funcionaba así. También fue un aprendizaje para todos porque salimos completamente de nuestra zona de confort al trabajar en un proyecto así. Diego (Urdaneta) era la primera vez que hacía una producción ejecutiva, Ulises nunca había trabajado con alguien así… más moderno, Diego Raposo estaba más acostumbrado por el lado del reggaetón… entonces siento que la vida siempre te pone en situaciones que no son las expectativas que tenías y cuando las aceptas, todo fluye. Creo que fue un gran equipo, dejamos fluir las cosas, y todo se acomodó.

VICE: A diferencia de la música alternativa/under que suelo escuchar de México, tu propuesta me parece súper diferente, tanto así que Universal Music México confió en ti y en Void Records. ¿Crees ser el pionero de una nueva corriente? ¿Consideras que es necesario que más artistas comiencen a alejarse de lo que ya conocemos?

Blue Rojo: Qué difícil decir eso, creo que no me puedo dar ese crédito. Yo amo el pop, en serio es lo que más me gusta, por eso creo que este disco es muy fresco, muy chido, muy cool, está en español y logra conectar con los proyectos y artistas mundiales que para mí hoy están siendo relevantes. Creo que México es un país complejo porque culturalmente es demasiado profundo, entonces por ese lado sí siento que mi proyecto intenta abrazar eso y obviamente me encantaría que eso diera pauta a que hubiera nuevos proyectos que también pudieran ser libres.

Sí creo que en un siguiente proyecto podría llegar a hacer algo que tal vez sea como una nueva rama del pop en español, algo que casi no hay.

Blue Rojo es uno de los proyectos más interesantes que he escuchado en estos años. Definitivamente con el álbum afuera es un turning point sobre lo que es hacer música en el 2021. Me gusta mucho de Blue que él tiene bien sharp y honestas sus ideas y eso se traduce en sus canciones y es bueno porque eso es algo que está faltando en la música, la honestidad y el pureness. Me parece que todos los que colaboramos en la producción tratamos de traducir y no modificar la visión de Blue, respetando el álbum y que nosotros en unísono pudiéramos beneficiar la obra en su totalidad y que al final saliera como una pieza de arte, no como un álbum.Diego Raposo

Fotos: Ariel Fish. Styling: Víctor Barragán.

VICE: Algo que me encanta de ti es que siento que en tus letras y sonido expresas el dolor de una forma casi operística, lo combinas con elementos gospel y para mí eso es valioso porque a veces estamos muy negadxs a sentir, más en esta época en la que mucha música es puro pa’rriba, y a veces hacen falta estos momentos de introspección. Supongo que para ti no es fácil hablar de estos temas… o tal vez sí, por eso quiero preguntarte: ¿De dónde viene la profundidad de Blue Rojo?

Blue Rojo: Siento que en un tiempo sí fui libre como persona, me valió todo ,pero no en un sentido de “me vale madres”, sino que dije “soy esto y quiero ser libre y quiero ser libre para poder pasármela muy bien con mis amigos y poder cagarme de risa con ellos y poder estar contento o triste pero ser y ya”. Y me sigue costando esa aceptación conmigo mismo. Era súper inseguro de niño, escondía este lado emocional y me he ido aceptando y te juro que hasta físicamente me he visto mejor. Todo mejoró a partir de que comencé a abrazarme a mí mismo. La introspección para mí siempre ha sido algo muy natural, es algo que me encanta y ahí encuentro el poder conmigo mismo. Vivo para los momentos de la vida, esos momentos de clímax que de repente pueden suceder.

Siento que el humano busca avanzar, no sé si mejorar pero busca avanzar, entonces cada momento de introspección para mí crea algo dentro de mí que me hace poder moverme y tener una nueva perspectiva, cambiar un poco, evolucionar. Me encanta todo eso, la tragedia, el drama, me divierto haciendo estas cosas y me encanta jugar con eso. También sé que soy una persona que está más en la melancolía y eso me hace desconectarme a veces de los demás, porque soy esta persona que habla de los sentimientos y en ocasiones veo que los demás están en otras ondas, y siento que me falta un poco de eso porque a veces soy demasiado emocional, pero me gusta ser así.

VICE: Finalmente, ¿a quién quieres llegar con Solitario? ¿Qué esperas que pase en el disco y con Blue Rojo a futuro?

Blue Rojo: Quiero consolidarme como artista, que al proyecto le vaya bien, poder vivir de la música y por ende llegar a tener el presupuesto necesario para montar un show muy padre, eso es lo que más me gustaría. Poder tener los recursos para tener un show con libertad creativa, algo súper teatral. Un nuevo disco con más recursos, un disco mucho más loco, fuerte y conciso. Ojalá lo pueda lograr.

Trabajar con Santiago fue una experiencia única. Santiago es una persona con una sensibilidad excepcional, su visión del mundo es una que tienen los grandes artistas, siempre puede tomar cualquier cosa del mundo por muy simple que parezca y darle un giro extra cotidiano. Es un vocalista impresionante y su obra es el producto de un montón de contingencias en su vida que él ha logrado resignificar y reintegrar en una obra, en un grupo de canciones que son únicas. Ulises Hadjis 

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Dirección creativa: Santiago Martínez Alberú y Blue Rojo Diseño: S.M.A., Estudio (Santiago Martínez Alberú, Blue Rojo y Johann Freitas)

Escucha Solitario en tu plataforma de streaming preferida.

Sigue a Blue Rojo y Void Records en Instagram.

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<![CDATA[La banda callejera que aterrorizó Madrid en los años 60]]>https://www.vice.com/es_latam/article/m7vean/la-banda-callejera-que-aterrorizo-madrid-en-los-anos-60Tue, 16 Nov 2021 18:32:44 GMTLa película consiguió despertar a una juventud marginada que vivía aislada del mundo exterior tras la Guerra Civil Española.

West Side Story se estrenó en España el 7 de diciembre de 1962, en una sala de cine mítica que milagrosamente todavía sigue abierta, el Cine Aribau de Barcelona. La película, llena de color, bailes acrobáticos, estética rock and roll y emocionantes historias de amor, contrasta bastante con la idea que en la actualidad tenemos de la España de finales de los años 50 y principios de los 60: un país grisáceo, bajo el yugo de la dictadura del general Franco y en donde las heridas abiertas por la Guerra Civil Española (no habían pasado ni veinte años desde su inicio) estaban muy lejos de cerrarse, si es que lo han hecho alguna vez.

La película de Robert Wise, protagonizada por Natalie Wood y Richard Beymer, contaba una historia de amor inspirada libremente en Romeo y Julieta, cuyo telón de fondo era el submundo de las pandillas callejeras que abundaban en aquella época en la ciudad de Nueva York. Tupés, camisas desabrochadas, navajas brillantes y bailes en lugar de peleas, que hicieron soñar a la juventud española con una forma de vivir muy diferente a la que les ofrecía el rancio poder establecido.

En Madrid, West Side Story se estrenó en marzo de 1963, en el Cine Paz. El filme fue también un éxito en la capital: los jóvenes enloquecieron con ella y agotaban las entradas sesión tras sesión, envueltos en un frenesí que les hacía ponerse en pie en medio de la proyección, gritar y bailar en los pasillos y sobre las butacas.

Esta locura ya habría sido por sí misma motivo de alarma para las autoridades franquistas, pero es que la película tuvo otro efecto que resultó todavía más aterrador para el régimen y contra el que se empleó a fondo con el fin de aplastarlo.

Los olvidados de los suburbios

Los protagonistas de esta parte de la historia son los jóvenes que habitaban los nuevos barrios periféricos de Madrid construidos a finales de los años 50 por el Instituto Nacional de la Vivienda de Franco. Suburbios como Usera, Orcasur, La Elipa o San Blas, que pretendían ser una solución para acabar con el chabolismo de la capital, que afeaba la imagen del país y representaba un obstáculo para la campaña de lavado de cara que Franco estaba poniendo en marcha. Con ella, trataba de conseguir el apoyo económico de los Estados Unidos y poder así perpetuar su mandato.

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Barrio de Orcasur en 1979 Fotografía Javier Manzano, cedida por Editorial La Felguera

Eran vecindarios marginales, levantados a toda prisa y utilizando materiales baratos, sin colegios, consultorios médicos ni servicios de ningún tipo, calles sin asfaltar y en medio de barrizales aislados. Hasta allí, fueron a parar muchas familias con escasos recursos que habían emigrado a la capital tras la guerra; huyendo así de la miseria de un mundo rural devastado.

Una de las pocas distracciones que sí se podían encontrar en aquellos lugares eran pequeños y humildes cines, en los que se proyectaban películas que se habían estrenado meses antes en las salas del centro. A lo largo de 1963 y 1964, a algunos de estos cines llegó West Side Story y aunque las calles de estas barriadas olvidadas bien poco tenían que ver con las estilizadas calles de Nueva York, los jóvenes que las habitaban se sintieron identificados con los problemas y las frustraciones de los protagonistas. Y en un inesperado giro de los acontecimientos, decidieron formar sus propias bandas callejeras.

Todo el odio que tenía dentro

Esta increíble carambola cultural e histórica es el punto de partida del libro Todo el odio que tenía dentro (La Felguera, 2021) escrito por Servando Rocha, donde el autor relata el proceso y los resultados de una amplísima investigación sobre este fenómeno que realizó en primera persona a lo largo de seis años, buceando en hemerotecas y archivos policiales, y entrevistando a los pocos supervivientes de toda esta historia.

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Diario Pueblo diciembre de 1963, cedida por Editorial La Felguera

Sus indagaciones permitieron a Rocha descubrir una página oculta de la historia de España totalmente desconocida para el gran público: que en España, al igual que en Inglaterra con los Teddy Boys, los bloisons noirs en Francia, los nozems en Holanda o los halbstarken de Alemania, también habían existido grupos de jóvenes cabreados y rabiosos, peleones y durísimos, que trataron de vivir según sus propias reglas y que, con el tiempo, se convirtieron en un serio problema de orden público.

Según cuenta Rocha, las primeras bandas surgieron en el barrio de Usera, al sur de Madrid, y estaban formadas por chicos del barrio, muchos de ellos hijos de inmigrantes que provenían de Andalucía o Extremadura, y que solían reunirse en los típicos lugares donde los jóvenes pasaban su tiempo libre entonces: discotecas, bares o salas de billar. La mayoría no eran peligrosos, solo querían bailar, ligar un poco y pasar un buen rato.

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Marcelo Usera en 1965 Archivo del autor, cedida por La Felguera

Se hacían llamar los Comilleros, los Chonis, los Yess, los Gatos Negros, los Pepsi Colas, los Látigos, los Boni, la Banda del Ratón Blanco, los Deans o los Vikingos. La lista de nombres citados en el libro es casi interminable. Cada uno de estos grupos controlaba una zona concreta de la ciudad; a veces solo una calle o incluso un bar, y solían quedar los fines de semana para pelearse a puñetazos (pocas veces aparecía algún arma) hasta que, a lo lejos, se escuchaban las sirenas de los coches patrulla de la policía.

Los Ojos Negros

Pero uno de estos grupos comenzó a destacar sobre los demás. Eran los más duros, los que más fuerte pegaban y los que llevaban las pintas más impresionantes. Además, imponían respeto y terror sobre todos los demás: eran los Ojos Negros. Una banda tan mítica como fascinante y cuyos miembros estaban destinados, casi sin excepción, a tener una vida marcada por la violencia, la tragedia y la cárcel.

En su libro, Rocha cita un artículo del escritor Moncho Alpuente, quien en 2007 en el diario El País, recordaba así a la banda madrileña: “En Madrid, a mediados de los años sesenta, la misteriosa banda suburbial de los Ojos Negros, de la que todos hablaban y a la que casi nadie había visto en acción, ocupaba el primer puesto de la lista de chicos malos, admirados y temidos por los adolescentes urbanos que glosaban, con más imaginación que datos, sus presuntas hazañas en los recreos escolares. Cualquier informe policial de la época hubiera concluido que en la capital no existían bandas organizadas y su conclusión hubiera sido razonable, lo que existían eran pandillas”.

Pero a pesar de que el régimen franquista estuviera empeñado en quitarles importancia, a mediados de la década de los 60, los Ojos Negros eran temibles: formaban un ejército que, en lugar de uniformes, llevaban pelos largos, gruesas cazadoras de cuero, ropa negra y botines. Además, iban armados con cadenas de moto, navajas, cuchillos y cuchillas de afeitar escondidas en las costuras de la ropa, que no dudaban en utilizar si las cosas se ponían feas.

La banda estaba formada por cuarenta chicos fuertes y espabilados a los que la vida no los había tratado nada bien, con infancias marcadas por la miseria y la violencia. Su jefe indiscutible era Ángel Luis, apodado “Cheroqui” por su parecido con los nativos americanos, y que ocasionalmente participaba como extra y actor de escenas peligrosas en el rodaje de alguno de los westerns que se rodaban en España.

Ángel Luis era un poco mayor que los demás, un tipo elegante y con unos ojos de mirada fija y penetrante que taladraba al que los miraba. Son precisamente esos ojos los que dieron nombre a la banda. Ángel Luis, impasible y duro como una piedra, tenía siempre a su lado a otro chico, su lugarteniente, de nombre José Luis Pacheco, que con el tiempo y tras pasar por la cárcel y la Legión (uno de los grupos más duros del Ejército Español), llegaría ser uno de los boxeadores más famosos de los 70 bajo el nombre de Dum Dum Pacheco y cuyo origen, ascenso y caída funcionan como hilo conductor del libro de Rocha.

PRESOS DE LA CÁRCEL DE CARABANCHEL CON SUS HIJOS (1962) FOTOGRAFÍA MEMORIA DE MADRID.jpg
Presos de la cárcel de Carabanchel con sus hijos (1962), fotografía Memoria de Madrid, cedida por Editorial La Felguera

Aparte de hacerse respetar entre las otras bandas, los Ojos Negros se dedicaban a cometer robos en farmacias y billares; a “mover de sitio” decenas de coches y motos (que estaban muy de moda en la época) y fueron pioneros en España de una forma de hurto que se haría muy popular en los 60 y los 70, los llamados “tirones”. Estos consistían en arrebatar a una persona su bolso o cualquier otro objeto de valor pasando a su lado en una moto o en un coche. La técnica les funcionó de maravilla, nunca habían tenido tanto dinero como entonces, y aquella nueva situación les permitió llevar una vida que nunca habían soñado.

Además, todo el mundo los temía y los respetaba. Los dueños de las discotecas y salas de fiestas preferían pagarles para evitar problemas y que la noche acabara bien en sus locales. Si se les pagaba bien, actuaban como una especie de vigilantes de seguridad: eran los mejores sacando a patadas de un garito a un borracho o a cualquiera que anduviera buscando pelea. Un negocio que les resultaba tan rentable que llegaron a repartir tarjetas entre los empresarios de la noche: “Si tienes problemas, llámanos”, les proponían. Lo cierto es que, en muchas ocasiones, eran ellos quienes armaban la bronca.

Camilo

A pesar de los frecuentes altercados con la policía, los Ojos Negros se dejaban ver todo el tiempo por Madrid, especialmente en las discotecas y salas de conciertos. La música les encantaba y se declaraban fans de bandas como Los Diablos Negros o Los Íberos. También de grupos extranjeros míticos como The Kinks o The Beatles, que tocaron en Madrid en aquella época y a cuyos conciertos no faltaban.

En los años 60, España vivía una pequeña revolución musical, pálido reflejo de la que se estaba viviendo en el resto del mundo. En las grandes ciudades no dejaban de surgir grupos que, con mayor o menor suerte, intentaban salir adelante. Ese fue el caso de Los Dayson, en los que cantaba Camilo Blanes Cortés, un chaval que con el tiempo será conocido como Camilo Sesto y venderá millones de discos. Pero en 1965, el cantante solo tenía 18 años, acababa de llegar a la capital desde su Valencia natal y vivía en un piso compartido situado en una humilde barriada. El futuro protagonista de Jesucristo Superstar sobrevivía copiando cuadros de paisajes y bodegones que firmaba bajo el nombre de “Campillo”.

A Los Dayson no les resultaba nada fácil conseguir conciertos en aquella época, así que decidieron dejar de preguntar solo en salas del centro y consiguieron una prueba en un local de Usera llamado “The Boys”, en homenaje a la canción de The Shadows. Aquel día entre el público, como casi siempre que había concierto, estaba Ángel Luis, el líder de los Ojos Negros. Cuando empezó la música, rompió su habitual impasibilidad y se puso a bailar como un loco mientras le hacía muecas al cantante. El desafío acabó con Camilo bajándose del escenario y protagonizando un duelo de baile con Ángel que al acabar, mientras el cantante recuperaba la respiración, se le acercó. Camilo se temía lo peor, pero entonces el hombre con cara de cheroqui le dijo al oído que, a partir de entonces, los Ojos Negros serían sus protectores, consiguiéndoles así actuaciones en locales de la ciudad y ejerciendo como sus mánagers y guardaespaldas.

El fin casi antes de empezar

Pero los Ojos Negros representaban una pesadilla demasiado insoportable para el franquismo; un foco de descontrol que resultaba inasumible por un régimen que presumía de haber establecido la paz y la prosperidad en el país. Así que a partir de un determinado momento, la policía empezó a vigilarlos muy de cerca, esperando a que cometieran cualquier fallo que les diera una excusa para dejar caer sobre ellos todo el peso de una policía brutal y de una justicia corrupta.

En 1966, solo tres años después del estreno en Madrid de West Side Story, Ángel Luis y Pacheco fueron detenidos por la policía y conducidos a la temible Dirección General de Seguridad, tristemente célebre por sus calabozos, así como por las torturas y asesinatos que se cometieron allí durante años, al amparo de la dictadura. No era la primera vez que acababan en aquel horrible edificio, pero esta vez la cosa fue muy en serio.

En los calabozos se encontraron con uno de los policías más sanguinarios de la historia de la dictadura, Antonio González Pacheco, a quien todo el mundo llamaba “Billy el Niño”. Después de torturarlos durante días, les hizo confesar multitud de delitos y robos, y los envió directamente a la cárcel.

Con su cabecilla y uno de los miembros más destacados entre rejas, los Ojos Negros comenzaron a diluirse. La mayoría acabaría también pasando por la cárcel y muchos de ellos sufrieron muertes prematuras. En realidad, solo Pacheco consiguió salir adelante, abriéndose paso a puñetazos encima del cuadrilátero. Tras su detención, y después de pasar tres años en prisión y hacer el servicio militar en la Legión, se convirtió en boxeador profesional y llegó a ser campeón de España de peso wélter, número uno de Europa y décimo en el ranking mundial.

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<![CDATA[¿Saludar de beso a las mujeres en el trabajo es machista?]]>https://www.vice.com/es_latam/article/akvdap/saludar-de-beso-a-las-mujeres-en-el-trabajo-es-machistaThu, 11 Nov 2021 18:57:00 GMTUn gesto cotidiano puede contener matices o, mejor dicho, efectos machistas y provocar ambientes de desigualdad en diferentes áreas como en el trabajo. El reto que tenemos que romper (no hay mejor forma de describir la situación) es el techo de cristal, y con actitudes como el mansplaining o dar dos besos (o uno) en reuniones o en trabajos de equipo, la meta final está alejada y me refiero a la igualdad laboral.

Laura Alzola Kirschgens, quien recientemente publicó su primer libro llamado No os recuerdo, escribió el siguiente tweet que se hizo viral al momento: Que no vuelvan los dos besos a las mujeres en el ámbito profesional, por favor. Te imaginarás que a los segundos centenares de personas contestaron al tweet, y entre esas repuestas, para mi sorpresa, fueron testimonios de mujeres de diferentes edades contando vivencias o simplemente cómo se sienten. Por cierto, no podían faltar esos tweets haciendo referencia a que a las feministas nos molesta todo y queremos cambiar costumbres o tradiciones.

Me quedo con los siguientes tweets: “Yo lo he llegado a pedir por escrito en la universidad, para que se incorpore como protocolo el trato igualitario, no tener que estar las mujeres besando a todo el mundo mientras los hombres con estrechar la mano cumplen el protocolo!”, de la usuaria @mariangel_pe o “Completamente de acuerdo. Ya hace tiempo que empecé la práctica de alargar la mano para que ya desde lejos me vieran venir. Y si alguno me agarraba la mano para darme los dos besos le soltaba es que yo no doy besos en el ámbito profesional. Y luego era "la borde", pero compensa!” de @MarinmaD.

Dar dos besos, dejar pasar antes a la mujer cuando se entra a un local, apartar la silla o preguntar si estás segura de lo que está diciendo, son actitudes que hemos sufrido todas las mujeres, e incluso esas mujeres que ni son feministas ni son machistas.

La comunicación tanto verbal como no verbal es necesaria para vivir un cambio, y me refiero a un giro radical y que se sitúe en la igualdad y diversidad. Muchos de los gestos que habíamos eliminado en el inicio de la pandemia por miedo al contagio (hay que seguir manteniendo la distancia, la pandemia no acabó) como un abrazo o un beso, están volviendo, por ese motivo es buena ocasión para replantearnos esas actitudes que se hacían como tradición machista y que ya es hora de cambiarlas.

Rebeca Marín, periodista, escritora y autora del libro Este libro es un COÑAZO me contó en relación con la importancia de una comunicación igualitaria que “el lenguaje es la herramienta más poderosa que tenemos, tan poderosa que se puede usar para hacer el bien y también el mal. Tiene el poder de ocultar, cuando se habla de niños y no de niños y de niñas, es decir, se está tapando a la mitad de la población”.

En el libro Este libro es un COÑAZO, Rebeca refleja mediante acertijos o frases hechas cómo el lenguaje es machista. “La comunicación es esencial y el lenguaje no verbal igual. Dejar pasar a una mujer es un gesto que podría parecer tan solo de educación básica, pero la realidad es que proviene de costumbres patriarcales desactualizadas. Yo dejo pasar a alguien o sentarse en el metro si es una persona mayor, por ejemplo, pero al margen de si es hombre o mujer, eso es igualdad. Que el hombre sea el que lo haga únicamente establece dos roles diferentes y dos posiciones desiguales”.

El machismo está en situaciones cotidianas y mucho más en el ámbito laboral. Volviendo al tweet de Laura, las mujeres hemos tenido que aguantar tantas situaciones en el trabajo, ya que es el espacio donde la conquista de la igualdad es más complicada. Normalmente esos besos de los que habla Laura se dan en salas de reuniones que, supuestamente, están intentando un equilibrio de género, pero cada día que pasan ponen nuevas excusas las empresas.

“Soy directora de un equipo de 20 personas y todos los días me encuentro nuevos retos machistas”, argumenta Carmen. Ella tiene 50 años, es madre, vive en Madrid y desde hace cinco años está dirigiendo un equipo de social media en una agencia de marketing (me pidió que no nombrará la empresa por miedo a consecuencias). “Aunque soy la directora, en ocasiones algunos empleados en reuniones me cortan cuando estoy hablando y no aportan ningún dato, sino que vuelven a reafirmar mis órdenes o las ponen en duda. Antes no me daba cuenta, pero desde que mi hija me empezó hablar sobre el mansplaining, me di cuenta de que sufría de desigualdad en mi trabajo”.

Carmen reconoció que vivía situaciones de machismo en un espacio en el que pasa casi todo el día gracias a su hija. “Gracias a la educación igualitaria que reciben mis hijos en el colegio voy conociendo poco a poco cuáles son mis derechos y qué micromachismos en el lenguaje verbal y no verbal tengo que esquivar”, y enfatizó en la importancia de crear ambientes de trabajo seguro para las mujeres: “A mí me costó mucho llegar a donde estoy ahora y no quiero que mi hija cuando sea mayor se encuentre la misma situación que yo viví”. Carmen no tolera dos besos de clientes o personas con las que se reúne, siempre se adelanta y da la mano con firmeza.

Con el fin de comprender mejor qué consecuencias tiene dar dos besos en reuniones, hablé con Nuria Coronado Sopeña, periodista especializada en feminismo y autora de libros como Hombres por la igualdad o Mujeres de frente y me respondió con claridad que “el saludo es un acto de comunicación que nos conecta y aproxima hacia la otra personas, en otras palabras, es una forma de marcar poder y territorio”, prosiguió describiendo que en el momento del saludo “curiosamente, mientras los hombres siempre guardan las distancias, con las mujeres cuando se las saludan o nos saludan, se saltan e incluso se invaden las distancias sociales. No hay un trato de igual a igual”.

Nuria me hace reflexionar a través de esta opinión: “Las mujeres hemos agradecido esa distancia, y por lo tanto igualar el saludo a los hombres. Dejar de saludar como se espera de un sexo frente a otro no es una falta de educación sino un gesto de igualdad y además mucho más rápido de zanjarse que con dos besos”.

Como periodista me pregunté qué herramientas tienen que usar los medios de comunicación para establecer un lenguaje verbal y no verbal, y Nuria me puso un ejemplo que todas las personas encargadas de dirección tienen que aplicar: ¿Cuántos nombres de presentadoras de televisión puedes decirme que tienen más de 40 años o un físico alejado de la delgadez? ¿Cuántas aparecen con canas o son bajitas? Lo que no se ve no existe. Sin embargo, si nos preguntamos cuántos hombres aparecen sin problema luciendo barriga, canas, alopecia la respuesta de nombres que nos vienen a la cabeza es amplia. Los hombres tienen profesión y nadie se la discute. A las mujeres se nos exige un canon de belleza y luego después currículum.

En los casos que expone Nuria se introduce el machismo, el techo de cristal y los cánones de belleza que al día de hoy las mujeres sufren. Olga Viza, periodista de deportes durante 20 años estuvo presentando la sección de deporte en España, y con la llegada de mujeres con una belleza aprobada por las revistas de la moda y la sociedad, desapareció de antena. ¿Qué pasó? Te lo puedes imaginar, aunque ella habló de forma sutil del suceso, en el programa de Salvados de Jordi Évole. El programa se emitió en el 2007 y en ese año no se pensaba cuáles eran los factores, pero al día de hoy son muy claros.

Si has dialogado con alguien sobre el tema de dar dos besos y te han dicho que son costumbres, argumenta como me respondió a mí Rebeca: “Las costumbres son de las cosas más complicadas de corregir, parece que porque se han repetido en el tiempo se les otorgó una legitimidad supina”, describió y continúa indicando que aunque “el lenguaje es de lo más flexible que existe, antes no existía la palabra alunizar porque no habíamos llegado a la luna y posteriormente se usa con normalidad. Creo que deberíamos tomar nota y aprovechar la coyuntura de esta pandemia para corregir comportamientos, que insisto, porque sean tradición o costumbre no quedan validados. Antes también se tiraba una cabra del campanario y hoy afortunadamente no. Podemos aprender y corregirnos, pero solo si queremos”.

En este reportaje sobre los gestos machistas en un ámbito laboral no pueden faltar datos reales de cómo es la situación actual de la mujer. La Organización Mundial del Trabajo publicó en el 2018 su informe más actualizado sobre qué porcentaje de brecha de género hay en cada país y nos quedamos con los siguientes datos: Argentina cuenta con un 26 %, Chile se sitúa en un 23 %, México un total de 34.9 % y en España en 11.6 %.

Aunque en España tenga un dato bajo, el objetivo es llegar al número cero. Países que son referente en temas de igualdad como Islandia tienen un 9 % de brecha de género o Noruega con un 6.8 %. Ambos países cuentan con mayor presencia de mujeres en sus Gobiernos.

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