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Este San Valentín recuerda que el queso nunca te abandonará

Si te sientes deprimido en este día comercial de corazones y chocolates, sólo recuerda que el queso es el alimento del amor. Incluso si estás solo.
Foto de Janelle Jones

El día de San Valentín guarda muchos misterios y destrucción para la mayoría de la gente.

Hay una cantidad de presión increíble para: 1) Deslumbra a tu amorcito con artefactos de color rojo y una combinación de dulces, 2) Dejarte deslumbrar por un amor que intentará cortejarte con las tarjetas de siempre y una enorme caja de chocolates, o 3) Odiar el hecho de que muchos se creen la exhibición mercantilizada del amor y el afecto que representan con corazones dibujados y un querubín rechoncho lanzando flechas con un arco.

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Independientemente de tu punto de vista personal sobre el Día del Amor y la Amistad, o el amor en todo caso, algo con lo que siempre puedes contar es el queso. Ya sea que lo ingieras para evitar el sentimiento de rechazo y la falta de amor que inundan tus momentos de soledad, o si lo vas a servir para meterte en los pantalones de alguna otra persona, el queso nunca te va a decepcionar.

El queso es el alimento del amor. Existen historias amorosas de cómo ciertos quesos surgieron, como la concepción de este queso azul y el hecho de que el queso está repleto de elementos para fortalecer el cuerpo como el calcio, la vitamina D, proteínas y éxtasis. El queso se elabora con leche; la leche se crea en el cuerpo femenino después de que un round exitoso haciendo el amor haya bendecido el útero con una descendencia. Por lo tanto, si la leche es el líquido que surge por hacer el amor, el queso es la forma sólida del amor. ¿Ves a dónde voy con todo esto?


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Yo tampoco, pero el punto es que el queso es un verdadero afrodisiaco. Los ostiones son un ser vivo y para consumirlos, deben morir. Mórbido, pero cierto. Este es el mundo real, cariño, y si tenemos que ver cosas como Sally Field rogándole a los penes que salven niños, entonces debemos abrir los ojos a las verdades del mundo real.

Muchas cosas suceden en el cuidado y crianza de los vacunos. Los pocos dedicados a la tarea del pastor se levantan al amanecer para hacer la primera ordeña. Durante toda la noche, los úteros de las vacas se inflaman para producir el líquido que mantiene la vida. Se vacían suavemente y luego les ofrecen un sustancioso desayuno de heno y avena, o pasto y margaritas, o cualquier cosa que pueda resultarles rico y llenador. Luego los queseros se ponen a trabajar, batiendo y cortando, transformando líquido en sólido, gracias a algo que sacia la sed y el hambre a la vez. Estos magos limpian la lechería, hacen que los animales regresen y luego los ordeñan de nuevo. Eso es compromiso.

Este es un trabajo físico extenuante y lento. Los antebrazos se hinchan, los músculos duelen y en las lecherías calientes y húmedas de todo el mundo, la gente está hundida hasta los codos en recipientes de leche calientes, sorbiendo y chapoteando, los gemidos resuenan en las baldosas del suelo.

Entonces, todo el asunto del queso es un poco pornográfico, pero en parte por eso es tan especial. Nosotros los humanos somos criaturas muy extrañas y únicas. Somos la única especie que consume la lactancia de otra especie; también somos el único ser viviente que convierte el amor en una empresa comprable y los únicos que creen en un querubín gordo que vuela con un arma, disparándole a la gente al azar.

Y aún así nos parece todo muy romántico. Imagínate. Por si acaso, sólo recuerda que el queso es maravilloso y tú eres especial.

Este artículo se publicó en febrero de 2015.