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Laboratorio de Inmersión, el nuevo proyecto del Centro de Cultura Digital de la CDMX

Los artistas participantes serán Julián Bonequi, Anni Garza Lau, Flaminguettes, Roberto Canizas.

Ayer fuimos invitados a la presentación del Laboratorio de Inmersión, una iniciativa colectiva en el Centro de Cultura Digital. La invitación indicaba que la primer parada sería en el piso 50 de una torre. Estoy seguro que desde que la construyeron, varios chilangos hemos soñado con el día en que podríamos subirla. En un ecosistema urbano, subir una de las torres más altas de la ciudad es de alguna forma análogo a escalar una montaña.

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Llegando al piso 12, cambiamos de elevador. Este segundo elevador estaba mucho más acelerado que el primero. Mis oídos se taparon por un instante, pero pude platicar un poco con César, uno de los integrantes del equipo detrás del Laboratorio de Inmersión. Me contó que entró a trabajar al CCD al mismo tiempo que Ary Ehrenberg y que desde que llegaron habían estado preparando el Laboratorio, cuya presentación pública estaba a punto de suceder.

Por fin estábamos en el piso 50 y aunque no he ido a muchas ruedas de prensa, ésta debe de ser la más fina a la que he asistido. Llegué sin conocer a nadie, por lo que mi instinto natural fue acercarme a la ventana para ver la ciudad y esperar a que el evento comenzara. Ary Ehrenberg, el director del Laboratorio de Inmersión, se acercó a saludarme y me contó que después de comer, iríamos a ver al artista Mocre pintar tridimensionalmente en un entorno de realidad virtual acompañado de la música de CNDSD/Malitzin Cortes. Así se veía la ciudad desde arriba:

La rueda de prensa comenzó. Mientras bebía una limonada, Mariana Delgado, subdirectora del CCD, nos introdujo a las generalidades del proyecto y mencionó que una de sus metas era “realizar el sueño de la cibernética”, me hubiera gustado preguntarle a qué se refería con eso. Después Gabriela Velásquez de la Fundación Bancomer nos habló sobre el compromiso de dicha institución por impulsar el arte en México. Grace Quintanilla, directora del CCD, habló sobre la necesidad de experimentación con estas tecnologías, que si bien no son nuevas, ahora son mucho más accesibles. Para finalizar Ary Ehrenberg habló del funcionamiento del Laboratorio de Inmersión y nos presentó a los artistas y mentores que formarán parte de esta primer etapa.

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Los artistas participantes serán Julián Bonequi, Anni Garza Lau, Flaminguettes, Roberto Canizas. Los mentores serán Iván Abreu, Minerva Hernández, Mónica Nepote y Doreen Ríos. También se anunció que en septiembre habrá un festival de tres días de duración en el que podremos experimentar todas las piezas que se desarrollen durante los siguientes meses.

La bajada produjo el mismo efecto de extrañamiento. Mis oídos se taparon de nuevo. Mis compañeros de elevador hacían bromas acerca de estar en el piso 50 y la posibilidad de un temblor. Supongo al estar en tal altura es imposible para un habitante de la Ciudad de México evitar dichos pensamientos.

Al sentarme en uno de los asientos verde limón, en la ya clásica sala de cine del CCD, no podía entender lo que estaba pasando del todo. De pronto, las luces se apagaron y un humano con cabeza de ajolote se puso al frente de la pantalla. Este era Mocre, quién se especializa en concebir animales mutados por su interacción con la tecnología. CNDSD empezó a sonar con su audio generado con código que presentación tras presentación, sigue hipnotizándonos.

Alguien retiró la máscara de ajolote de Mocre para develar un pasamontañas. El artista se puso un dispositivo de realidad virtual y tomó los controles. Empezó a navegar y esculpir en la cuadrícula tridimensional, cambió el color del cielo y dio inicio a su creación.

Recordé un cuento de Julio Cortázar, en el que un hombre en París se obsesiona por mirar un ajolote en un acuario. Lo visita periódicamente, entra en un procesos intra-subjetivo con el animal. Al final, el hombre existe en el cuerpo del ajolote, y ve su cuerpo humano partir. Tal vez la narrativa no es exactamente así, pero en relación con el ajolote virtual de Mocre, me pongo a pensar en las posibilidades de la realidad virtual para dejarnos mirar desde subjetividades distintas a las que poseemos.

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Después de una sesión cuya duración no puedo recordar, el ajolote estaba listo, acompañado de dos amigos de la misma especie y algunas plantas alrededor. El público general pudo experimentar la imaginación de Mocre desde un espacio de inmersión virtual. Y ahora no podemos esperar al siguiente evento del Laboratorio de Inmersión. Un espacio en el que se explorarán las posibilidades de la Realidad Virtual, Realidad Mixta y Realidad Aumentada. Y que promete llevar el arte digital en México hacia fronteras inexploradas.

Alberto N. Manzano se graduó del Centro de Capacitación Cinematográfica con especialización en dirección y obtuvo su maestría en guionismo multimedia por parte de Columbia University. Se encuentra realizando su largometraje de realidad virtual apoyo del IMCINE.

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