Nuestros autobuses de la Congregación Beth Simchat Torah (la sinagoga LGBTQ más grande del mundo) circularon entre neblina todo el camino de Nueva York hasta DC. En el autobús, la gente compartió historias personales de marchas anteriores y acciones por la justicia social y el por qué estaban haciendo este viaje a la Marcha de las Mujeres en Washington. Luego llegamos a la sede de la Federación Americana de Maestros (AFT, por sus siglas en inglés), y pronto nos sumergimos en un mar de gente caminando deliberadamente por la niebla. La ruta designada se desbordó a todas las calles circundantes. El Washington Mall, que al principio estaba fuera de los límites de los manifestantes, estaba lleno.
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Los pancartas hechas a mano estaban por todas partes. Creativas, mordaces y humorísticas, la gente de todas partes quería que se viera y se escuchara la urgencia de sus preocupaciones. Las gorras rosas fosforescentes con el lema"pussy cat" estaban por todas partes; las agrupaciones se identificaban por sus distintos colores, texturas y patrones de hilo. Si no podías entrar en el área de los altavoces, no importaba, una energía increíble estaba por todas partes. Porras y gritos resonaron entre las multitudes.Me di cuenta de un grupo pequeño que estaba en una zona de pasto lejos de todas las multitudes. Eran los "Bikers for Trump", habían aproximadamente de dos docenas de ellos, dando vueltas alrededor de un músico haciendo covers en un escenario. Hubo un momento en el que los motociclistas corearon "USA! USA!" En respuesta a las voces de los marchistas que gritaban, "¡Así se ve la democracia!"Al subir por la Avenida Pensilvania, los manifestantes se pusieron cada vez más furiosos cuando pasamos por el Trump International Hotel. Más adelante, vi a tres hombres jóvenes vestidos con gorras de Trump; les tomé fotos y nos deseamos un buen día. Me podría haber quedado todo el día, la multitud parecía interminable, pero era hora de tomar el autobús. Todo el mundo en el viaje de vuelta estaba encantado y energizado por nuestros esfuerzos en Washington, y por la noticia de los millones que asistieron a las 673 marchas en todo el mundo. Esto es un comienzo.
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A continuación las fotos de Meryl Meisler.
Meryl Meisler vive y trabaja en la ciudad de Nueva York. Puedes seguir su trabajo aquí.