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Cultură

La gente completamente heterosexual no existe, según un estudio

La idea de orientaciones sexuales separadas, estáticas y perfectamente definidas es producto de las convenciones sociales y parte de nuestra concepción cultural del género.

Sonja Lekovic.

Este artículo fue publicado originalmente en Broadly, nuestra plataforma dedicada a las mujeres.

Una investigación publicada en el Journal of Personality and Social Psychology desafía las viejas creencias sobre la orientación sexual heteronormativa.

El estudio examina la manera en la que un grupo de mujeres se expresaba sobre su sexualidad y medía su respuesta fisiológica frente a material pornográfico. Se encontró que, independientemente de cómo las mujeres definían su sexualidad, sus cuerpos respondían de manera positiva al sexo hetero y al homosexual. Esto quiere decir que la sexualidad de la mujer es compleja y no se puede reducir estrictamente a una de las dos.

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Ritch C. Savin-Williams, director de Psicología Evolutiva y director del Laboratorio de Sexo y Género del Departamento de Desarrollo Humano de la Universidad de Cornell, me contó que el estudio fue hecho en su laboratorio, y que es parte de un proyecto de investigación mucho más grande que intenta descubrir la verdadera sexualidad humana a través de pistas fisiológicas.

"Se trata básicamente de un estudio que evalúa la orientación sexual a partir de la respuesta de los ojos: vemos si las pupilas se dilatan o no. La dilatación de los ojos es algo que no se puede controlar. En esencia, eso es a lo que apunta el proyecto: encontrar una forma de evaluar la sexualidad que no dependa de las declaraciones que hace la persona de sí misma. Otra manera de acceder a esto es, por supuesto, la excitación genital, pero eso ya es un poco invasivo".

La sexualidad tiende a pensarse popularmente en términos disyuntivos: o heterosexual o gay. Sólo hasta hace poco la bisexualidad ha empezado a ser tomada en serio. La idea de orientaciones sexuales separadas, estáticas y perfectamente definidas es producto de las convenciones sociales y parte de nuestra concepción cultural del género: "los hombres de verdad", se repite hasta el hartazgo, son masculinos y se sienten atraídos por las mujeres.


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A Savin-Williams no le sorprende haber descubierto que la sexualidad es compleja. "Estamos tratando de acceder a lo que es la gente, de verdad. A veces las personas son de una manera pero creen que tienen que definirse a sí mismas de otro modo, y eso no es bueno".

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Savin- Williams ha estado trabajando en una idea que llama el hombre principalmente hetero. "Siempre hemos reconocido a las mujeres principalmente hetero. Es decir, mujeres que son sobre todo hetero pero que si conocen a la mujer adecuada, tal vez lo intenten. Solíamos pensar que eso era un fenómeno únicamente femenino".

"Les mostramos a hombres heterosexuales una imagen de una mujer masturbándose y respondieron justo como lo haría un hombre heterosexual, pero luego también les mostramos a un chico masturbándose y sus ojos se dilataron un poco. Así que realmente somos capaces de demostrar fisiológicamente que los tipos no son o gays o heterosexuales o bisexuales". Las diferentes partes del estudio de Savin-Williams están orientadas a la sexualidad tanto en hombres como en mujeres. Esto demuestra que las ideas aburridas, como aquella de que las personas son 100 por ciento heterosexuales o gays, no se mantienen bajo un escrutinio científico totalmente objetivo.


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"Hay aspectos de la sexualidad masculina que están en expansión, tal como siempre lo hemos reconocido con las mujeres. Los hombres cargan con tanta basura cultural que, incluso si un hombre 'hetero' siente cierta atracción sexual hacia otros hombres, jamás lo dirá".

Desde los diversos movimientos de justicia social que surgieron a mediados del siglo 20, los activistas políticos han tratado de deshacer la desigualdad estructural. Incluso normas culturales que son aparentemente inofensivas pueden jugar un papel importante en mantener la inequidad de género. A través de este amplio estudio sobre la sexualidad humana, Savin-Williams y sus colegas investigadores intentan transformar la idea de que esas normas son hechos científicos.

"Yo sí veo que los límites se han difuminado", dice. "Creo que eso está sucediendo en el caso de los dos sexos. Probablemente es algo bueno, ya que eso le da a los niños que están creciendo más diversidad, más opciones para que no sientan que tienen que encajar a cualquier precio. Las mujeres y los hombres heterosexuales se sienten mucho más cómodos ahora al entrar en el reino del otro sexo en términos de los roles de género y de cómo actúan".

A pesar que un individuo con un género o una identidad sexual lésbica, gay, bisexual o transgénero, puede sufrir discriminación social indebida y ser víctima de prejuicios, desde la perspectiva de la "humanidad propia" ser queer podría volverse un beneficio: tienes motivos para cuestionar las normas que rigen la identidad.

"Si nos fijamos en las mujeres, la autoestima de las lesbianas tiende a ser mayor que la de las heterosexuales", apunta Savin-Williams. "Tal vez sienten que tienen más libertad para ser quienes realmente son. Por supuesto, a la sociedad no siempre le va a gustar, pero es tu yo auténtico y propio".