Publicidad
Relacionado: Fui a un bar de mamadas en Bangkok, Tailandia
Malee Van Derburg, quien ha sido trabajadora sexual durante décadas, así como activista prolífica y defensora de los derechos de las trabajadoras sexuales, intervino. "En mi carrera, he construido cuatro casas, he ayudado a tres personas a cursar la universidad y tengo a mis dos hijos en una escuela privada en Tailandia", dice con orgullo. "He hecho más para contribuir a la infraestructura de mi pueblo y a las necesidades básicas de mi familia que lo que cualquier gobierno u ONG internacional ha hecho"."No es sólo el dinero", añade Janta, "también tienes un montón de tiempo libre, puedes estudiar durante el día, tienes más libertad que en otros trabajos. Y aprendemos sobre el comportamiento humano. Es muy interesante. Aprendemos otros idiomas, conocemos gente de todas partes del mundo".
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Relacionado: Fui a un bar de mamadas en Bangkok mejor que el 'bar de mamadas de Bangkok'
"Trabajamos de acuerdo con la legislación laboral tailandesa", explica Janta. "Sólo trabajamos un turno de ocho horas, nos pagan de acuerdo con la ley de trabajo, no hay recortes salariales, tenemos un lugar de trabajo seguro y saludable, tenemos cuatro días libres al mes. Y tenemos acceso al régimen de seguridad social".
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad