Cómo montar una rave ilegal

El 23 de mayo, VICE Reino Unido estrenó Locked Off, un documental sobre la escena rave ilegal en Gran Bretaña. Seguimos a adolescentes de todo el país en su odisea para montar las fiestas más salvajes, equipados con cizallas y valiéndose de enrevesados vacíos legales en la legislación que regula la ocupación de propiedades.

Uno de los protagonistas del documental es Jimmy Whyte, un chico de 22 años de Londres que se dedica a organizar raves buscando locales para los promotores, garantizando la seguridad y mediando con la policía y los seguratas. Charlamos con Jimmy para que nos hablara un poco más de cómo es eso de montar fiestas ilegales.

VICE: ¿Cómo explicarías lo que haces? Porque no eres un promotor al uso…
Jimmy: Bueno, antes lo era, organizaba mis propias fiestas. Ahora prefiero tener un papel más secundario y ayudar a otros a montar las suyas. Por lo general, me llaman pidiéndome que les consiga un local o algo, o para que sea yo quien hable con la policía cuando llega a la fiesta. Básicamente, me hacen saber lo que necesitan y yo les echo una mano.

Vayamos a lo específico. ¿Cómo encuentras una nave vacía y la preparas para una fiesta?
Si es un edificio que no está muy vigilado, entramos de día y lo organizamos, pero si es un sitio de cinco estrellas, de los que están en una zona pija, lo mejor es anunciar a la policía que estamos ahí, porque de esa forma ellos necesitan una orden judicial para sacarnos. Así que nos quedamos varias noches antes y así tenemos un poco más de tiempo. Depende mucho del tipo de edificio.

¿Cuáles han sido los mejores locales en los que has montado raves?
Montamos una en las oficinas de Burberry, en Picadilly Circus. Se dejaron una ventana abierta. Normalmente, cuando digo eso, quiero decir otra cosa, pero esta vez realmente se dejaron la ventana abierta. Y ¿conoces el SE1, el club que cerró? Pues también montamos una ahí, después de que cerraran.

Entonces, ¿la policía aparece casi siempre?
Sí. Han venido muchísimas veces, pero siempre los dejo sin saber qué decir o qué hacer. Se ponen a llamar a su inspector jefe para saber cómo actuar. Es la parte más divertida de la noche. A veces me lo paso mucho mejor hablando con la poli que en la fiesta.

Cuando llega la policía, ¿alguna vez os han dejado seguir la fiesta?
Bueno, es que no pueden llegar y cerrar todo sin más, porque nos negaríamos. Que me den un buen motivo. Hay un montón de vacíos legales en la legislación sobre ocupación. Para que sea ilegal, tiene que haber más de 500 personas en el edificio, y cuando se llega a esa cifra ya es muy difícil pararlo.

Y podría ser peligroso desalojar a 600 personas…
Mira lo que pasó en ScumTek en Halloween. Allí tanto policía como ravers se volvieron locos.

Entonces, ¿qué hace falta para poder llegar y cerrar el chiringuito?
Que haya violencia, una sobredosis o algo parecido. La Sección 63 [ de la Ley de Justicia Penal] básicamente dice que para poder entrar en un sitio, primero te tienen que invitar.

¿Como a los vampiros?
Ja, ja, sí.

¿Con esto corres algún riesgo desde el punto de vista penal?
Obviamente, lo que hacemos es ilegal, pero intento evitar meterme en follones graves. Por ejemplo, siempre busco la forma menos delictiva de entrar a un edificio.

¿Cuántas veces te han arrestado o imputado cargos?
Ninguna.

Y llevas haciendo esto seis años…
Sí, y en esos seis años, solo sé de una persona que haya ido a la cárcel y fue porque cometió una estupidez en la fiesta. Pero es el único caso. Nunca he visto que se presentaran cargos contra nadie, lo cual me extraña mucho, porque estamos hablando de muchos daños, costes, lavado de dinero, evasión fiscal, etc.

Y ¿por qué crees que no ha pasado nada aún?
Porque la policía no sabe a quién acudir. Si el promotor ha dado demasiada información sobre el responsable de la fiesta, la policía lo buscará y se limitará a decirle: "Te recomendamos que no hagas la fiesta". Nunca te dicen: "No celebres la fiesta o te empapelaremos". Hay demasiados vacíos. Si el Gobierno realmente no quisiera que estas cosas ocurrieran, tomaría medidas.

También se habla de que ocupar espacios sin utilizar es una forma de reivindicación política. ¿Estás de acuerdo con esa visión de las raves como una forma de resistencia?

Eso es lo que hago. Me gusta seguir la faceta política de las ocupaciones. Organicé una gran manifestación en Shoreditch, la protesta por la libertad de fiesta. Estoy muy orgulloso de eso. Todo lleno de policías ahí parados, sin poder hacer nada. Esas son las cosas que me gustan, más que la fiesta en sí misma. Por eso había una cultura de raves tan bestia en los 80, porque era un asunto más político, de reivindicar una postura.

Creo que lo que no entiendo es qué ganas tú con todo esto. Por qué te arriesgas a organizar estas fiestas para los demás?
Obviamente, aquí hay un poco de "yo te rasco a ti y tú me rascas a mí". Hay que cubrir ciertos costes porque me estoy jugando el cuello. Pero en serio, la principal razón por la que lo hago es que me gusta la anarquía. Me encanta, me flipa. Lo hago porque me mola poder decir: "Que le den al sistema".

¿Qué es para ti la anarquía?
Sentir que estoy por encima del sistema, que no soy un ciudadano sometido a las leyes a todas horas. Incluso cuando viene la poli, somos nosotros los que tenemos el control. Me encanta y es una de las razones por las que hago esto.

Al empezar a grabar el documental, te tapabas la cara porque decías que no quieres que te señalen por "cosas que has hecho", pero al final decidiste mostrarla porque quieres que la gente te reconozca. ¿Por qué?

Estoy orgulloso de lo que hago, pese a todo. Cuando tenga nietos, podré contarles mis batallitas. Me importa una mierda lo que pase después. La policía no puede usar ese vídeo para incriminarme porque no estoy haciendo nada ilegal. No soy un delincuente. Hago esto porque me encanta. Es como un alter ego.

Hemos intentado varias veces contactar con la policía para contar con su postura al hacer este documental, pero siempre hemos recibido negativas.

No te pierdas el documental Locked Off. Puedes verlo aquí.

Traducción por Mario Abad.