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Observaciones de Wushu: Desarmar a un atacante que no pone resistencia

Desde su creación, las artes marciales se han preocupado por defenderse de atacantes armados. Miles de años y experimentos después, las soluciones siguen siendo ridículamente disparatadas.
Vía YouTube

Hay un viejo dicho que va: enfrenta a alguien que tiene un arma, huye de alguien que porta un cuchillo. Con respecto a esa teoría es razonable pensar que tienes más probabilidades de derrotar a alguien que tiene un arma de fuego que un cuchillo. Después de todo, una pistola dispara hacia donde está apuntando y la idea es que si puedes saltar sobre el atacante cuando no está apuntándote, tienes buenas posibilidades. Al saltarle encima a un tipo que carga un cuchillo, tienes más probabilidades de que te corte y cualquier herida de arma blanca de una pulgada de profundidad en cualquier parte del abdomen puede causar la muerte, si es que no llegas pronto al hospital. Eso, además del hecho de que a menos que hayas conseguido un par de enemigos o termines en una parte muy mala del mundo, el acto de encajarte un cuchillo por lo general es para asegurar que no te resistirás a entregar tus pertenencias.

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La mayoría de las personas que están leyendo esto son lo suficientemente afortunadas para saber que cuando un hombre las amenaza con un cuchillo sólo significa que les quitarán su cartera, quedarán petrificados por un momento, y tendrán que ir a casa a cancelar todas tus tarjetas. Pero hay un gran grupo de artes marciales que dedican mucho tiempo a desarmar oponentes. Debería ser claro que ni siquiera los militares se preocupan por entrenar defensa contra cuchillos —casi la única profesión en el mundo donde en verdad podrías necesitar confrontar a alguien con un cuchillo es la suya y los oficiales de policía y militares han encontrado que las armas, chalecos salvavidas y equipos grandes funcionan mucho mejor que luchar por un cuchillo como Sylvester Stallone.

Lo diré ahora mismo, cualquier artista marcial que dedique mucho tiempo a desarmar a un tipo con un cuchillo o arma de fuego es esencialmente un personaje de acción. No puedes recrear un ataque de manera realista al decirle a tu compañero de entrenamiento que sostenga un cuchillo frente a ti. Puedes probar cómo te iría contra un compañero que carga un cuchillo. Pero no verás el mismo tipo de prueba porque no es muy cómodo averiguar cuantos cortes te puede causar el arma en tus brazos y abdomen mientras intentabas aplicar tu Americana o proyección kote-gaeshi. O podrías ver a uno de los mejores pesos wélter del mundo, Jon Fitch, peleando contra un compañero de entrenamiento que carga un cuchillo de goma y está resistiéndose un poco y ver que dos manos sobre el cuchillo no funcionan tan bien incluso para alguien que tiene la fuerza de Fitch y su formación en grappling. Noten que en un momento Fitch lo jala a la guardia y sostiene el cuchillo acercándolo peligrosamente a sus testículos.

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El mejor consejo que me he encontrado sobre la defensa contra cuchillos, además de "corre en cuanto tengas oportunidad", es ponerte algo sobre los brazos para que puedas lanzarlos por el cuchillo con menos probabilidad de sangrar durante la batalla. El mejor ejemplo es un abrigo o chamarra. Incluso entonces, no me encantan las opciones que se presentarían. Si saltas sobre alguien con un cuchillo y la persona se mueve, te cortará —no hay técnicas pretenciosas que te ayuden a superar eso y a menudo lo único que pasará es que te darán un falso sentido de confianza, mientras que el entrenamiento de Fitch te da una idea de lo difícil que es luchar contra alguien que carga un cuchillo y cuantas veces hubiera sido lastimado durante la lucha.

Así que las defensas contra las armas blancas son tontas, pero la mayoría de las defensas contra armas de fuego también son estúpidas. Han existido muchos casos en los que rehenes o personas atrapadas en robos se abalanzan contra el atacante y luchan con él en el suelo, pero la gran mayoría de los artistas marciales que dedican su tiempo a desarmar personas comienzan con un arma apuntándolos directamente a la cara. A menudo hablamos sobre acortar caminos y anunciar los ataques cuando nos referimos al golpeo —serías bastante ingenuo como para creer que puedes entrenar para ponerle las manos encima a un arma y realizar una acción compleja más rápido de lo que toma apretar el gatillo.

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Aún mejor, cuando te topas con la idea de "¿qué le impide dispararte?", algunos creyentes sobre las técnicas para desarmar personas discuten que si alguien te apunta tan de cerca probablemente no quiere dispararte y sólo quiere que le entregues tus pertenencias… y si ese es el caso, ¡¿entonces por qué hacer las cosas más grandes tratando de quitarle el arma?! Un canal popular de artes marciales en YouTube incluso sugirió que disparar a distanciaatrae mucha atención así que un atacante querrá acercarse antes de disparar, cosa que por supuesto es la razón por la que las balaceras desde un coche están disminuyendo y las ejecuciones a quemarropa están aumentando.

Estoy en el negocio de las artes marciales desde hace tiempo pero de vez en cuando encuentro algo que revoluciona la manera en la que veo un aspecto de las peleas. Hace un par de semanas fui lo suficientemente afortunado para conocer el trabajo de un hombre que lleva la delantera en la defensa contra armas de fuego. En cien años —para cuando estaremos usando armas de plasma pero los principios de su defensa serán los mismos— este hombre será recordado por sus artes combativos tan revolucionarios de la misma manera en la que Daniel Mendoza revolucionó el arte de lanzar puños. El hombre que llaman… o al menos se hace llamar… Master Rayllamm.

Muy influenciado por el trabajo de Bruce Lee, Rayllamm nunca viste otra cosa que no sea su traje de camuflaje azul porque siempre es "como agua". Lo que aprecio más sobre Rayllamm es que sus técnicas para desarmar casi siempre son para intervenir cuando alguien más es atacado. Tiene las intenciones correctas desde el inicio. También respetó la confianza que tiene en su grappling (ya que es séptimo dan —en "grappling", literalmente). Estos tipos con cintas negras y que temen trabajar desde su espalda en una pelea real son una vergüenza para su arte. No Rayllmann, él se lanza al piso incluso cuando puede caer de pie.

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Hasta cuando se lanza de hombros hacia la rodilla del que está salvando, como Triple H cuando está atacando la pierna, Rayllmann muestra compromiso y tiene estilo. Aunque es considerablemente más suave cuando está salvando chicas.

Y con los efectos de sonidos y movimientos cuando pretende apuntarle a sangre fría al hombre que acaba de desarmar Rayllamm pertenece a los escenarios. Mis favoritos son cuando el arma cae al suelo y Rayllamm empuja al atacante pasando por encima de la pistola, olvidando por completo que la otra persona sigue ahí.

O cuando atrapa a su atacante a quemarropa con el arma apuntando hacia abajo y sin manera de apretar el gatillo.

Puede ser razonable ser escéptico sobre las credenciales de grappling de Rayllam pero sospecho que tiene algo de experiencia con el arte Vietnamita del Vovinam, que considera el derribo de tijeras a la cabeza una especialidad. No reconozco la siguiente sumisión que realiza, así que esas técnicas podrían tener orígenes indochinos en lugar del jiu-jitsu brasileño, judo o lucha catch, técnicas con las que ahora todos estamos familiarizados.

Honestamente, si vas a confrontar a un atacante no hay mucho entrenamiento que te pueda ayudar. Abalanzarte sobre él cuando no está viéndote y mantener el cañón apuntando hacia otro lado es tan complicado como se escucha. Si tiene un arma apuntándote a la cabeza, vale la pena esperar a ver si encuentras una buena oportunidad mejor que esperar por el peor momento posible para intentar luchar y quitarle el arma. Si sigues preocupado por terminar con un arma blanca o de fuego apuntándote, te sugiero que te mudes a un lugar más tranquilo o te suscribas al canal de Mestre Rayllamm en YouTube. Quien sabe, tal vez te busque cuando su operación paramilitar se vuelva exitosa.