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el barrio antiguo

Con los excluidos del Congreso de Nuevo León

El fotógrafo Víctor Hugo Valdivia visitó un campamento permanente de la comunidad lésbico-gay instalado frente a la sede legislativa estatal y retrató con su cámara y su pluma un inesperado e inspirador otoño en resistencia.

El Barrio Antiguo es un periódico semanal que se fundó en mayo de 2013 para servir al Barrio Antiguo y sus alrededores en Monterrey, Nuevo Leon. Fundado por el periodista y colaborador de VICE México, Diego Enrique Osorno, El Barrio Antiguo se une como una publicación colaboradora de esta página. Cada martes compartimos con nuestros lectores una nota publicada originalmente en El Barrio Antiguo.

A Mario Rodríguez Platas le encabrona que los ciudadanos de Nuevo León no estén en la agenda de los diputados locales. Por esa razón montó un plantón frente al Congreso del Estado este frío otoño de 2013.

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El defensor de los derechos de la comunidad Lesbiana Gay Bisexual Transexual y Travesti (LGBTT) decidió manifestarse luego de unas declaraciones hechas por el coordinador de los diputados de la bancada del Partido Acción Nacional (PAN), Alfredo Rodríguez Dávila.

Una pareja de lesbianas ganó un amparo federal para casarse en Nuevo León. El gobernador Rodrigo Medina comentó que su administración acataría la orden, pero sólo en este caso. Para cambiar la ley, dijo, habría que acudir al Congreso.

Ante el debate mediático, el diputado panista Rodríguez Dávila comentó que en la agenda legislativa del PAN y en su agenda personal no estaba contemplada la discusión del matrimonio entre personas del mismo sexo.

Una semana antes de iniciar el plantón, asistieron al Congreso para comentarle a los legisladores que ya no querían que los agarraran como juego y les pidieron que se pusieran las pilas y que comenzaran a legislar, porque ya existen tres iniciativas de ley sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo. Rodríguez Dávila les dijo que lo platicaría con su grupo y vería qué ocurriría.

Pasaron siete días, y al no obtener ninguna respuesta, Mario Rodríguez Platas y sus entonces compañeros de causa se plantaron frente al Congreso desde el 30 de septiembre para exigir que las nueve iniciativas de ley contra la discriminación, más las tres sobre el matrimonio civil igualitario que ya hay en el Congreso, se discutan y que todos los argumentos que tengan en contra se hagan públicos, no en corridas de pasillos ni presiones fácticas.

El plantón que encabeza Mario Rodríguez Platas está instalado sobre la Macroplaza, entre el Teatro de la Ciudad y el Congreso del Estado, en el centro de Monterrey. Lo conforman dos carpas de lona blanca sostenidas por estructuras de metal. Una de las carpas es utilizada como una especie de oficina móvil en donde han colocado un escritorio, y encima de éste, carteles y papeles con información sobre las demandas de los manifestantes. También hay dos sillas replegables para que las personas interesadas en el tema o los curiosos que caminan por la zona turística puedan sentarse y escuchar cómodamente lo que Mario tiene que contar. Además, quien lo desee puede firmar las hojas en donde están contenidas las exigencias que serán entregadas a los diputados. La otra carpa sirve como dormitorio. Debajo de ésta han levantado una casa de campaña donde caben, a lo mucho, dos personas, con un sleeping bag y algunas cobijas desplegadas dentro. Frente a la casa de campaña hay una mesa cuadrada y pequeña, algunas frutas, dos sillas de campo, una lámpara fija de luz blanca y un televisor noventero.

—Mario no está, pero, ¿en qué puedo servirte? Mi nombre es Juan Túnel.

Lee el texto completo en El Barrio Antiguo y checa su columna en VICE.com.