FYI.

This story is over 5 years old.

Sexo

Escorts nos cuentan cómo es pagar la universidad mediante el trabajo sexual

“Si eres guapa y puedes fingir tus gemidos, ya la hiciste”.

Resulta que el trabajo sexual sigue siendo una forma muy popular de financiar tus estudios universitarios. Una encuesta a estudiantes británicos de 2016 encontró que una de cada 20 personas conoce a alguien que ha pagado sus clases mediante el trabajo de escort, mientras que uno de cada 25 estudiantes dijo que consideraría buscarse un sugar daddy para financiar sus vidas mientras terminan sus estudios.

Publicidad

Los estudiantes británicos quedarán endeudados hasta por 45,000 libras esterlinas (cerca de 1 millón 100 mil pesos) al salir de la universidad, por lo que no es de extrañar que los jóvenes quieran encontrar maneras de evitar pedir un préstamo.

El Proyecto del Trabajo Sexual Estudiantil, llevado a cabo el año pasado por investigadores de la Universidad de Swansea, descubrió que muchas estudiantes disfrutaban bastante el trabajo —gracias al horario flexible, al dinero decente y al hecho de que simplemente disfrutaban tener sexo—, pero que también existen inconvenientes de dedicarse a esto, como enfrentar el estigma y tener que ocultar la profesión a sus compañeros y padres.

El mismo estudio encontró que hay más estudiantes masculinos que femeninos que utilizan el trabajo sexual para poder pagar su universidad, pero para este artículo sólo pude hablar con tres mujeres jóvenes, así que les presentamos sus testimonios sobre cómo han complementado o incluso acabado de pagar sus préstamos mediante el trabajo sexual.

Tiffany, 25 años, estudia en Essex

Hay dos extremos en la escala: te tocan los tipos que conocen bien el juego y los perdedores que están probando su suerte. Uno de los chicos que conocí me hizo ordenar del menú de la hora feliz en un restaurante mexicano. Durante la mayor parte de la cita tenía guacamole alrededor de su boca y luego me dijo al final que estaba intentando conseguir empleo, pero que le encantaría llevarme a La Senza (una lujosa tienda de lencería). Tuve que decirle adiós.

Este otro chico me entregó 4,000 libras esterlinas (cerca de 100,000 pesos) en billetes de 50 en la esquina de un pub y me envió una tarjeta de crédito prepagada mientras estuvo fuera en un viaje de negocios unas semanas más tarde. Todavía no habíamos cogido.

Publicidad

Las ventajas son enormes: me compro ropa nueva cada dos meses y siempre gasto mi primer sueldo con un nuevo chico, o en un nuevo bolso o unos zapatos Louboutin, y la mitad del tiempo te compran todo lo que quieras de todos modos.

En cuanto a los viajes, he estado en todos lados: Londres, Barcelona, Dubai, pero nunca por mucho tiempo, o se aburren de ti. Puede ser muy agotador. Tienes que vestirte sexy durante el día, asegurarte de que tu maquillaje es impecable y estar de buen humor las 24 horas del día. No puedes eructar, tirarte un pedo, bostezar o no reírte de sus malas bromas. Tienes que estar dispuesta a probar cosas sexuales que le negarías a tu novio. Quiero decir, un minuto estás acostada boca arriba; al otro tienes un dildo en el culo, pretendiendo que te encanta cada minuto. He ganado alrededor de 42,000 libras esterlinas (cerca de 1 millón 28 mil pesos) este año, así que si eres guapa y puedes fingir tus gemidos, ya la hiciste.

Adrianne, 24 años, estudia en Manchester

Estudio en Manchester, pero, como soy estadounidense, no tenía idea de cuán caro iba a ser Europa. Mi situación financiera era bastante difícil; básicamente estaba contando monedas en un apartamento de tres dormitorios que compartía con seis personas, así que decidí darle una oportunidad a ser escort después de que mi compañera de clase me presentara un sitio web.

Creé mi perfil y recibí 25 mensajes en las primeras 24 horas. Las solicitudes variaban mucho, desde un masaje sensual hasta tomar un simple café. Decidí salir con este caballero que parecía realmente agradable y sonaba educado en los mensajes de texto. No era demasiado viejo, tenía treinta y tantos; no quería que mi primera vez fuera con alguien cercano a la edad de mi abuelo. Nos quedamos de ver en un bar local para tomar unos tragos. Me sentía muy incómoda, sentada allí esperando; no fue como esperar a que llegue tu cita normal. Sentí que todo el mundo a mi alrededor sabía lo que estaba haciendo.

Publicidad

Cuando finalmente llegó el tipo me puse paranoica de inmediato. No parecía el hombre encantador de las fotos. Definitivamente era él, pero estaba lejos de parecerse a su foto de perfil. Empezamos a hablar y mi voz no paraba de temblar. Se sentó muy cerca de mí y se la pasó posando sus manos en mi cuerpo: en mi mano, muslo u hombro. Eso me asustó. No apartaba sus ojos de mí y hablaba en acertijos, lo que me puso increíblemente incómoda. Sus respuestas a las preguntas más sencillas eran acertijos que estaban dirigidos hacia mí, mi cuerpo o lo que llevaba puesto.

Más tarde, el tipo tuvo que usar el baño. Fui a la barra y pregunté si había una manera de salir que no fuera la entrada principal. El bartender me preguntó si estaba teniendo una mala cita, y yo me reí del miedo y dije que sí. Amablemente me señaló el otro extremo de la habitación y salí corriendo de allí con mi abrigo en la mano. Comencé a caminar hacia mi autobús y, cuando me acerqué a la parada del autobús, oí que alguien gritaba mi nombre de escort. Me di la vuelta y vi que el hombre corría del bar hacia la parada, y me decía que no podía irme aún y que la cita no había acabado.

Me subí al primer autobús de la parada, sin siquiera mirar a dónde se dirigía. El autobús iba en la dirección opuesta a la que quería ir; y nunca más volví a ver a aquel hombre.

Annabelle, 22 años, estudia en Gales del Sur

La primera vez que supe del mundo de las escorts fue a través de una amiga mía que había oído hablar de cómo las estudiantes vendían su "compañía" como una manera de mejorar su situación financiera como estudiantes. Decidí darle una oportunidad.

Todavía estoy saliendo con el primer sugar daddy que conocí. Nos vimos para tomar  un café y congeniamos de inmediato. Tuvimos unas cuantas citas no sexuales, como cenas, fiestas y una ida a la ópera. La primera noche que dormimos juntos gané 1,200 libras esterlinas (cerca de 30 mil pesos). Tuve sexo vaginal regular, le hice sexo oral y él a mí. No se sintió diferente de los otros tipos con los que salía, además del hecho de que casi me doblaba la edad, estaba casado y tenía hijos.

Hasta ahora he hecho cerca de 30 mil libras esterlinas (734 mil pesos). Acompaño a mi sugar daddy a sus viajes de negocios. Normalmente me siento y espero en los cafés y restaurantes del hotel; pero a veces me deja salir de compras con su tarjeta de crédito. Nunca gasto en cosas súper caras, sólo porque me entrega una cuota mensual de 3,200 libras esterlinas (cerca de 78 mil pesos).

He hecho algunas cosas bastante atrevidas en la cama, simplemente porque es lo que a él le gusta hacer. Es sumiso, así que lo golpeo, lo ahogo, e incluso a veces le escupo; realmente disfruta eso.

No planeo dejar de ser una escort, pero a veces es un poco difícil cuando me empiezan a gustar otros chicos. Tengo que mantener mis finanzas, y me gusta más el estilo de vida lujoso que una relación sólida en este momento.