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Una charla con el ex vocero de WikiLeaks

Quien fuera la mano derecha de Julian Assange abrirá OpenLeaks.

Julian Assange y Daniel Domscheit-Berg, antes de su disputa.

Cuando la Interpol comenzó a perseguir a Julian Assange en 2010, WikiLeaks subió un “archivo de seguridad” (el seguro de vida de Assange) encriptado de 1.4 gigas a internet. Desde entonces, miles de personas lo han descargado e intentado en vano romper la fuerte pared de seguridad que protege el contenido especulativo de los documentos. Según parece, el plan es publicar la contraseña del archivo, lo que dejaría los cables más serios de WikiLeaks en manos del mundo, si la organización se ve seriamente amenazada o sus miembros son encarcelados.

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Supuestamente, se trata de cables tan perjudiciales para Estados Unidos y otras potencias, que Assange está seguro que preferirán dejarlo en paz antes que enviarlo a la horca, por miedo a quedar expuestos. Tras la reciente petición de asilo a la embajada ecuatoriana en Londres por parte de Assange, y la posibilidad de ser extraditado a Suecia, donde se le acusa de abusos sexuales, algunos especulan que la contraseña podría estar a la vuelta de la esquina.

Aunque la idea del archivo de seguridad es en teoría un plan astuto, ésta va en contra de todo lo que el movimiento supuestamente representa. Al retener estos cables, posibles “pistolas humeantes”, están manteniendo al resto del mundo en la ignorancia para proteger a un solo hombre.

Y que quede claro: a pesar de su supuesto propósito como segurod de vida para proteger a WikiLeaks como una unidad, la contraseña del archivo de seguridad parece aplicar sólo para la protección de Assange, dado que Bradley Manning ha tenido que soportar 23 horas diarias de un tortuoso confinamiento solitario desde su arresto en mayo de 2010. Sin la filtración de cables de Manning, WikiLeaks seguiría siendo un grupo poco conocido de hacktivistas políticamente motivados. Assange le debe la publicación de la contraseña al archivo de seguridad, ¿pero será que ha sido cegado por su propio ego, o será todo una farsa? ¿Qué pasa si WikiLeaks tiene secuestrado al mundo con balas de salva y no hay nada de valor en el archivo de seguridad?

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Hablé con Daniel Domscheit-Berg, ex vocero de WikiLeaks, y según muchas personas, la mano derecha de Julian Assange, quien abandonó la organización en 2010, tras ver como ésta se transformaba en lo que él llama una jerarquía con puño de hierro en la que todo es orquestado desde arriba por Julian Assange. Le pregunté sobre el archivo de seguridad.

“Asumiría que cualquier contenido realmente serio ya ha sido publicado, en especial si Julian lo tenía en 2010”, me dice. “Habrá al menos estos documentos [en el archivo de seguridad] que no fueron publicados cuando distribuimos los cables, es decir las grandes publicaciones de 2010. Pero la pregunta principal es: ¿qué más hay ahí? Escuché muchos rumores sobre archivos de Rupert Murdoch y demás, sin embargo nada de eso suena a algo que WikiLeaks haya obtenido”.

Domscheit-Berg asegura que no tuvo nada que ver con el archivo de seguridad, pero que para el momento de ser encriptado y publicado, él supuestamente ya había visto todos los cables secretos que pasaron por las oficinas de WikiLeaks.

Según el antiguo número dos de WikiLeaks, la organización denunciante de Assange se ha vuelto hipócrita, en tanto que ya no es transparente con las personas que trabajan para ella. Tras desertar, publicó un libro llamado Inside WikiLeaks: My Time with Julian Assange at the World's Most Dangerous Website (Dentro de WikiLeaks: Mi tiempo con Julian Assange en la página más peligrosa del mundo), en el que llegó a decir: “La libertad de expresión tiene un número. Era la dirección IP de WikiLeaks”.

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En una entrevista con el New York Times, Domscheit-Berg también señaló que Assange era un tirano, y amenazaba con “cazar y matar” a cualquiera que se atreviera a revelar una fuente. Irónicamente, poner en riesgo la vida de los denunciantes es algo que Assange hizo tiempo después, cuando olvidó tachar los nombres de los informantes del ejército estadunidense en los reportes sobre la guerra afgana que se publicaron en la página de WikiLeaks en julio de 2010; dos meses antes de que Domscheit-Berg renunciara. Gracias a esto, algunos de los informantes afganos fueron ejecutados.

En su defensa, WikiLeaks asegura que Domscheit-Berg los estaba chantajeando con publicar tres mil cables inéditos donde se asegura que fueron robados de sus sistemas, en parte porque estaba celoso de la popularidad de Assange. También dicen que intentó sabotearlos, enviando comunicados internos de WikiLeaks a periodistas, con la finalidad de convertir a Assange en el villano.

A pesar de las riñas y amenazas de violencia entre ambas partes, Domscheit-Berg decidió abrir su propio servicio de denuncias, el cual siente que será mucho más efectivo que WikiLeaks. "OpenLeaks" debía empezar a funcionar en 2011, pero después de varios retrasos el servicio se encuentra ya en las últimas etapas de preparación.

“Se deben resolver dos aspectos cruciales [con las denuncias en línea]: la protección de las fuentes y el sano juicio para el proceso de publicación”, explica Domscheit-Berg. “WikiLeaks intenta resolver ambos ofreciendo un canal seguro, además de decidir cómo publicar la información y cuándo será compartida. OpenLeaks es diferente porque creemos que dicho canal seguro debe existir para todas las organizaciones que trabajan con fuentes”.

Domscheit-Berg explica que OpenLeaks no será sólo una página a la que las personas entregan sus documentos súper secretos y sus cables clasificados para su redistribución en masa a los medios, también será un servicio disponible para todas las organizaciones denunciantes, lo cual les permitirá ofrecer, de primera mano y de forma segura, información a los periodistas de investigación e investigadores. OpenLeaks elimina al intermediario. La decisión de entregar la información filtrada, y a quién, no dependerá de un solo hombre, sino que será procesada por todos los canales para ofrecer la información a los medios de forma justa y equitativa.

“OpenLeaks permitirá un flujo mucho más eficiente de información, dependerá de todos los recursos existentes como investigadores y periodistas calificados, y evitará la concentración de demasiado poder en una sola organización. En ese sentido, OpenLeaks no busca publicar, sino permitir que otros reciban información que ellos puedan publicar”.

No podemos negar que WikiLeaks ha ofrecido un gran servicio al exponer algunos de los más flagrantes crímenes de guerra en Afganistán e Irak, crímenes que habrían quedado fuera de todos los noticieros de no ser por Assange y sus fuentes. Pero la reciente cantidad de humo y espejismos, y las bizarras movidas publicitarias (pedir asilo en un país reconocido por reprimir la libertad de expresión), nos deja preguntándonos si se están cansando. ¿WikiLeaks intenta convencernos de que todavía queda mucho en la bolsa sólo para beneficio del circo mediático? Quién sabe, quizá Assange realmente tiene un último as bajo la manga. Pero parece que las organizaciones denunciantes se están obsesionando más con ellas mismas que con entregar la información que la gente se merece.