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Suecia odia tu pene

Quieren prohibir los mingitorios.

Una de las formas más ridículas de desperdiciar tu tarde es escuchando a un comunista y a un neoliberal discutiendo sobre las nociones de "justicia" y "equidad". Si son representantes típicos de sus ideologías, el comunista definirá la equidad como todo mundo recibiendo más o menos lo mismo, mientras que el neoliberal la definirá como la posibilidad de obtener tanto como te sea posible a través de tu talento y ambición. El comunista dirá que el neoliberal no tiene corazón, el neoliberal acusará al comunista de apoyar el totalitarismo, y es probable que el debate termine a golpes o en una sesión de intensas mentadas de madre.

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Esto viene a tema porque todo mundo quiere "equidad", y es una palabra más cargada de lo que creemos, en especial cuando dices cosas como: "estoy a favor de la equidad entre hombres y mujeres". Para la mayoría de las feministas estadunidenses, esto ha implicado defender el derecho de la mujer al voto, salarios iguales y dar a las mujeres las mismas oportunidades para asistir a la escuela y entrar a los mismos campos profesionales sin ser acosadas ni tratadas como objetos. (Cosas fáciles, ¿cierto? O al menos eso crees…) Para las feministas suecas, sin embargo, "equidad" implica "negarse a reconocer que, en general, algunas personas tienen pene y otras tienen vagina".

No estoy exagerando. Vänsterpartiet, un partido político reconocido por socialista y feminista, acaba de anunciar su apoyo a una medida que prohibiría los mingitorios. Las personas detrás de esta iniciativa argumentan que es más higiénico y saludable orinar sentado, pero es fácil ver que se trata de un intento por llevar la equidad de sexos y la erradicación de estereotipos nocivos, un paso más allá: erradicar la idea de género en sí, cueste lo que cueste, así sea por medios increíblemente estúpidos.

El año pasado, estuvo Egalia, la escuela prescolar que prohibió el uso de términos con género en un intento por convertir a los niños en "amigos" en lugar de niños y niñas. Después vino hen, un nuevo pronombre asexual que liberaría a los suecos de la (aparente) opresión de tener que elegir entre los dos géneros tradicionales. (Otros esfuerzos similares incluyen la introducción de baños asexuales). También está la campaña para hacer que los hombres cierren las piernas en el camión, porque es demasiado intimidante pedirles que se hagan a un lado cuando sea necesario.

Si eres uno de esos pendejos defensores de los "derechos de los hombres" (sí existen, y se juntan en Reddit), seguro podrías escribir una diatriba semicoherente de cinco mil palabras sobre cómo las feministas suecas intentan "castrar" a los hombres, pero dudo que Vänsterpartiet y los activistas por la equidad de género estén motivados por un odio patológico hacia los hombres. Les creo cuando dicen que luchan por la equidad de géneros: hombres, mujeres y cualquier otro género allá afuera, o próximo a surgir. Si quieres defender algunas de las partes más absurdas del movimiento feminista sueco, puedes decir que están viendo hacia el futuro, cuando habrá docenas, o cientos, de géneros; en ese mundo, será muy útil tener un pronombre que los abarque a todos.

Sólo que no estamos en ese mundo. El número de personas que no son hombres ni mujeres (hasta donde sé) es extremadamente pequeño, y mientras tanto hay peleas más mundanas que pelear. Por ejemplo, antes de atacar a esos bastardos que ocupan demasiado espacio en el transporte público, quizá quieras lidiar con lo loca que se pone la gente en tu país por un poco de vello en las axilas de una mujer. Y mientras estemos hablando de sensibilidad, quizá los progresistas suecos deban encontrar una forma de manifestarse en contra de la mutilación genital sin ser tan increíblemente racistas. Cuando hablamos con los suecos sobre la palabra hen, muchos dijeron que el debate era "estúpido", y en efecto, discutir literalmente sobre la semántica suena más estúpido que lidiar con los problemas más graves de la discriminación sexual.

Pero las preguntas no tan tontas que yacen en el corazón de la prohibición de pronombres o de los mingitorios, son que tanta libertad estamos dispuestos a sacrificar en nombre de la equidad, y si la verdadera equidad es posible entre grupos que SON diferentes. Y te guste o no, existen diferencias biológicas entre las mujeres y los hombres; incluso si prohibieran las faldas y otras prendas "sexuales", incluso si prohibieras el uso público de las palabras pene y vagina, habría personas con útero y otras sin. Pero no es fácil separar las diferencias nocivas creadas por la sociedad, y las diferencias que sólo se resuelven a través de la reconstrucción genética. Es mucho más fácil inventar palabras y obligar a los hombres a orinar sentados.

@HCheadle