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Sexo

¿Por qué a algunas mujeres les gusta ver porno entre hombres?

Casi el 40 por ciento de las mujeres que ven porno de hombres gais son heterosexuales.
LC
traducido por Laura Castro
VeaVea/Stocksy

Artículo publicado originalmente por Tonic Estados Unidos. Leer en inglés.

Sólo he estado en clubs de striptease, tanto de hombres como de mujeres, un par de veces, pero hubo grandes diferencias en cuanto al género. En el lugar con strippers masculinos, la mayoría de las mujeres en la audiencia estaban riendo y platicando. La experiencia fue diseñada más bien como algo cómico, una forma en que las mujeres pueden disfrutar de estar juntas, pero que no tiene realmente la intención de que se exciten. Los bailarines ni siquiera se desnudaron por completo. En cambio, en el club sexual donde las mujeres bailaban sobre el escenario, la desnudez claramente tenía la intención de que fuera tomada en serio. El espectáculo estaba diseñado como algo erótico en lugar de algo tonto o divertido.

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Es evidente que las mujeres por lo común se sienten incómodas, o las hacen sentir incómodas, con el atractivo de los cuerpos masculinos. Tenemos, por ejemplo, el episodio de Seinfeld, donde Elaine dice que mientras que el cuerpo de una mujer es una obra de arte, el cuerpo de un hombre es más funcional, como un Jeep, para moverse.

"Existe la arraigada idea de que las mujeres no deberían dedicarse al porno y los hombres no son muy atractivos cuando están desnudos", dice Lucy Neville, profesora de criminología en la Universidad de Leicester en el Reino Unido, quien se dedica a la investigación sobre el sexo, la violencia y la psicología investigativa. Neville ha estado escribiendo erótica desde los 9 años, y recuerda vívidamente que cuando tenía 17 años descubrió una historia slash ficciónal donde dos personajes masculinos de la película The Usual Suspects tienen sexo.

Al igual que Neville, muchas otras mujeres se sienten cómodas con la objetivación de los cuerpos masculinos, como lo demuestra la popularidad de la pornografía masculina entre las mujeres de todas las sexualidades. Pornhub, el sitio web porno más popular del mundo, reporta que el 37 por ciento de los usuarios que ven pornografía masculina gay son mujeres. Y de las más de 500 mujeres que Neville entrevistó o encuestó para su nuevo libro, Girls Who Like Boys Who Like Boys, el 45 por ciento se identificó como heterosexual. Entonces, ¿por qué a todas estas mujeres, tanto heterosexuales como queer, les gusta ver sexo entre hombres? Aquí hay algunas de las razones.

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Hay más para disfrutar
Comencemos con lo obvio. "Cuando pensamos en la cantidad de pornografía lésbica hecha para hombres heterosexuales, pocas veces nos preguntamos por qué hay tanta", dice Ruth Neustifter, profesora asistente y educadora sexual de la Universidad de Guelph en Ontario. Para las mujeres a las que les gusta ver a los hombres en la pantalla, el sexo entre hombres redobla el placer para la vista. "Las mujeres heterosexuales y bisexuales en mis talleres de placer que disfrutan del porno gay a menudo me dicen que las excita la sexualidad y el cuerpo masculino", dice Neustifter, "así que la pornografía con más hombres es aún más ardiente".

Los hombres son más atractivos
Un tropo común del porno heterosexual es poner a una mujer que se ajusta a un estándar de belleza ideal con un hombre que parece un ogro, o tal vez una criatura del bosque. (No en vano, la leyenda del porno Ron Jeremy fue apodada "The Hedgehog" [El erizo). En el porno entre hombres, se presta más atención a la figura masculina, y a más partes de su figura. Compara esto con lo que Neville llama "el pito sin cuerpo", que es la parte de un actor porno en que se enfoca la cámara (y que por lo regular es parte del problema con las dick pics convencionales).

"Muchas mujeres hablaron sobre eso, sobre cómo les encantan los antebrazos, los traseros y la línea, la cresta ilíaca que se extiende por encima del hueso de la cadera", dice Neustifter. "Ciertamente, creo que en el porno entre hombres se pone mucha más atención a que la cámara recorra todo el cuerpo masculino y que de alguna manera le haga el amor a la estrella porno".

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Cuando D.Fantastic, una comediante de 27 años del Área de la Bahía, solía ver porno heterosexual, a menudo se sentía decepcionada. O, como ella dice: "Sentía que mi clítoris se encogía". No fue hasta que encontró kink.com y el porno gay masculino que ver sexo en la pantalla se convirtió en algo excitante para ella. "Personalmente, como mujer heterosexual, puedo ver el porno masculino a través de la mirada gay masculina. Físicamente tiene sentido para mí". Pero no es tan sencillo como simplemente expandir las tomas. La preferencia por el porno entre hombres también puede estar relacionada con las creencias y valores transversales.

Es más fácil enfocarse sólo en el sexo

Las mujeres a menudo tienen sentimientos confusos sobre su lugar dentro del porno convencional. Una de las líneas de batalla generalizadas en el feminismo moderno es si el porno que involucra mujeres es inherentemente explotador o nocivo para ellas. Una mujer puede escuchar muchas voces diferentes en su cabeza cuando ve una escena heterosexual o una entre dos mujeres: "¿Soy una mala feminista?", "¿Debería sentirme mal por no verme así?", "¿Están dañando a las mujeres?". Cuando no hay mujeres en la escena, ella puede olvidar los temas espinosos como el consentimiento de género, el abuso y la vergüenza corporal, y sólo enfocarse en el sexo.

Esto es especialmente cierto en el caso de las mujeres y las personas no binarias a quienes les gusta ver sexo rudo, y se sienten incómodas cuando las mujeres son filmadas en situaciones donde las tratan agresivamente. "Casi siempre prefiero ver porno queer independiente y porno entre hombres en las plataformas populares o independiente también", dice Neustifter. Cuando veo porno gay o queer, por lo regular busco escenas donde los involucrados sean físicamente agresivos y rudos entre ellos. Incluso si uno de los actores está a cargo, la dinámica de poder parece ser diferente y me puedo sentir más involucrada".

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Algunas de las asistentes a los talleres sexuales de Neustifter expresaron sentimientos similares: "Las lesbianas en estos talleres que me hablan sobre su gusto por el porno gay, suelen decir que les gusta el porno más rudo y obsceno, sin representaciones poco realistas o degradantes de las mujeres, o que les gusta la masculinidad en general y que hay pocas mujeres masculinas en la pornografía convencional".

Parece ser más auténtico
Las mujeres saben que las representaciones de las mujeres en la pornografía convencional son poco realistas; a veces bastante ridículas, con uñas increíblemente largas y falsas voces chillonas parecidas a los gritos de las banshees.

D.Fantastic es sensible a los sonidos en el porno. Cuando está a solas con un vibrador, me dice con una sonrisa: "Juras que están haciendo un exorcismo en la habitación". Como ella sabe bien cómo suena cuando uno realmente llega al orgasmo, los sonidos que hacen las estrellas femeninas del porno le resultan artificiales y poco sexys. "Realmente disfruto escuchar el placer masculino", dice. Y debido a que se espera que los actores masculinos en la pornografía heterosexual sean estoicos y silenciosos, el porno gay es un mejor lugar para escuchar a los hombres gemir y quejarse.

Los actores del porno gay no necesariamente se están divirtiendo más, pero muchas mujeres creen que ése es el caso. Las personas entrevistadas por Neville dijeron, por ejemplo, que los hombres en el porno gay expresan más vulnerabilidad y emoción que los hombres en el porno heterosexual. Algunas estrellas porno masculinas se están inclinando hacia esta audiencia de mujeres, como la compañía de chicos CockyBoys. En general, a algunos hombres homosexuales les molesta que las mujeres los fetichicen de esta manera, a lo cual Neville llama "apropiación gay", mientras que otros se muestran perplejos o indiferentes.

La sexualidad femenina es multifactorial
Neville tiene una relación complicada con el uso de la palabra "complicada" para describir la sexualidad femenina, lo cual puede promover la idea de que la sexualidad de las mujeres es insondable y, por lo tanto, no vale la pena explorarla. Pero admite que, para las mujeres, "la forma en que estamos condicionadas a tener una relación menos directa entre nuestros cuerpos y nuestras mentes a la hora de excitarnos puede complicar el proceso".

Esta complejidad también hace que sea particularmente difícil estudiar científicamente el deseo femenino. La investigación sexual inicial básicamente aplicó las mismas herramientas y técnicas al estudio de la excitación femenina que al de la excitación masculina. La fotopletismografía vaginal, por ejemplo, implica la inserción de tubos en la vagina para medir el flujo sanguíneo y la humedad, y luego compara los datos con el flujo sanguíneo del pene. Investigadores como Neville han argumentado que el flujo sanguíneo del clítoris es un indicador más confiable de la excitación femenina que el flujo sanguíneo vaginal; por una razón, la lubricación vaginal puede ser una respuesta fisiológica automática, incluso para las relaciones sexuales no consensuadas, pues es una forma de proteger al cuerpo. Al mismo tiempo, dice Neville, "no es posible ignorar las experiencias subjetivas de las personas". Por lo tanto, simplemente preguntarles a las mujeres qué es lo que las excita es una de las muchas herramientas en el arsenal del investigador sexual.

La sexualidad femenina es compleja, pero también lo es la sexualidad en general. Neville, por ejemplo, se ha imaginado a sí misma como un hombre en algunas situaciones sexuales, aunque se identifica como cisgénero. Se sorprendió de la frecuencia con que las mujeres en sus entrevistas dijeron algo similar; más de la mitad, queer y heterosexuales por igual, han fantaseado también con habitar cuerpos masculinos mientras tienen sexo.

Muchas otras sorpresas se encuentran probablemente en lo que respecta a los hombres y el sexo. Lo que sucede es que simplemente damos por hecho varias cosas, como que por supuesto a los hombres heterosexuales les gusta la pornografía lésbica. Pero Neville señala que ha habido muy pocos estudios que realmente intenten comprender qué piensan y sienten los hombres cuando ven pornografía entre mujeres, destacando la necesidad de una investigación simultánea acerca de por qué, cómo y en qué forma los hombres se relacionan con ella. Las respuestas podrían sorprendernos.