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Salud

Algunas personas conmemoran el día en que los amputaron

Nos adentramos en la moda que cada vez es más grande, los “ampuversarios”.

Era un día tranquilo para Jamie Kvamme. Leyó un libro, tomó una taza de café y se dirigió al muelle cerca de la casa del lago que ella y su marido habían rentado por unos días. Era una extraña yuxtaposición a lo que había ocurrido hace exactamente un año, cuando perdió la mayor parte de su pierna izquierda en un accidente de moto.

"Hoy no hubo accidentes", escribió Kvamme, de 31 años, en Instagram, debajo de una selfie en el muelle, con una caña de pescar encima de su prótesis. "Mi corazón está lleno, mi corazón está agradecido."

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Ella firmó la publicación con el hashtag #ampuversario.

Si buscas el hashtag en las redes sociales, encontrarás a muchos otros que conmemoran el día en que perdieron sus extremidades. Las historias son a la vez desgarradoras e inspiradoras, y muchos eligen recordar ese día como el día en que tuvieron una segunda oportunidad para vivir.

"Es un día nostálgico, para ver hasta dónde han llegado", dijo la Dra. Catherine Atkins, psicóloga del NYU Langone Medical Center de Nueva York, ella ayuda a los amputados a adaptarse mentalmente a su nuevo cuerpo y vida. "[El año pasado] sólo llegar al baño podría haber sido difícil y ahora están montando una bicicleta."

Hay cerca de dos millones de estadounidenses que viven con alguna extremidad amputada. Un poco más de la mitad de las amputaciones son resultado de una enfermedad vascular o de diabetes; más o menos el 45 por ciento son como Kvamme, que pedieron sus extremidades en un accidente. Y el otro 2 por ciento de las amputaciones son debido al cáncer. Mientras no está claro quién acuñó el término "ampuversario", la Coalición de Amputados le ha dado la bienvenida al término. La Coalición está planeando una campaña en Abril, el mes de la  Concientización de la Pérdida de Extremidades, para animar a la comunidad a compartir sus historias.

Para Saul Bosquez, de 32 años, que perdió parte de su pierna izquierda y dos dedos del pie derecho mientras ejercía en Irak, cada ampuversario es diferente. Como muchas personas en la milicia, para él es el "día de vivir", refiriéndose al hecho de que perdió una extremidad pero no la vida.

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Bosquez no estaba seguro de cómo quería conmemorar su primer aniversario. Todavía estaba en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed en Washington, DC. Tres meses después de que una bomba explotara al lado de su humvee, ya estaba corriendo con una prótesis de pierna, aunque todavía tenía problemas por el lado psicológico. Al final, decidió conmemorar su primer año como amputado, solo y disfrutando de una cena, póquer y unos puros.

En otros aniversarios como amputado, jugó una ronda de golf; este año, es su décimo, me dijo que su esposa está planeando algo especial.

Otros han llevado la celebración aún más lejos. Cuando Angela Wojtaszczyk, de 33 años, una panadera en Hampton, Virginia, recibió una orden de un pastel para un ampuversario en octubre del año pasado, asumió que era para Halloween. Después de enviarle un correo electrónico al cliente, descubrió que el propósito del pastel era muy diferente.

"Tenía curiosidad de saber si eso haría que [un amputado] se sintiera feliz o triste, ¿cómo se siente alguien por celebrar el día en que perdió su extremidad?", me dijo Wojtaszczyk. Se inspiró en una búsqueda de "piernas amputadas" en Google. el resultado fue un trabajo detallado con una sección transversal de una pierna que incluía la piel (fondant y chocolate), la carne (pastel de terciopelo rojo) y el hueso (más fondant y chocolate). Cinceló pequeñas líneas en el glaseado para dar la ilusión de pelo. "Me divertí mucho al hacerlo, pero no estoy segura de cómo me hubiera sentido al comerlo", dijo. Se sintió aliviada cuando la persona de honor, un amputado extremadamente optimista, vino a buscar el pastel de 175 dólares.

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Priscilla Sutton celebra su ampuversario cada año cenando con su mejor amiga. Hubo un año que alguien le hizo un broche decorado con una pierna. Foto cortesía de Priscilla Sutton.

No fue hasta el aniversario número 11 de Priscilla Sutton, que un colega le hizo un pastel en forma de la pierna que perdió. El pastel cubierto por Skittles refleja su colorida disposición.

"Básicamente, sentía dolor crónico desde que nací y la corté para empezar de nuevo. La decisión más grande de mi vida", dijo Sutton, de 38 años, que nació con múltiples defectos de salud, incluidos los dedos de los pies que estaban "unidos". Mientras hablaba por teléfono desde Brisbane, Australia, me dijo que todavía tenía su pierna: fue cremada en lugar de ser eliminada como desperdicio médico.

"Cada año, quiero rendirle homenaje a [mi pierna amputada], lo duro que trabajó durante 26 años", me dijo Sutton.

Una gran variedad de factores puede determinar cómo alguien lidia con la pérdida de alguna extremidad, según Atkins del centro médico en Nueva York. Si perdieron una extremidad debido a la diabetes, eso podría conducir al auto-odio por no ser diligentes en el manejo de su enfermedad para evitar la amputación. Si su amputación les costó su carrera o si tienen antecedentes de abuso de alcohol y drogas. Independientemente de los sentimientos, los ampuversarios deben tomar un enfoque medido.

"¿Cómo lo convertimos en una celebración y al mismo tiempo lo equilibramos con la realidad de la pérdida?" Dijo Atkins.

Los mensajes en redes sociales que son extremadamente positivos pueden ser engañosos para la forma en que la comunidad amputada se enfrenta en conjunto. Numerosos estudios muestran que la depresión y la ansiedad afectan de manera desproporcionada a esa comunidad.

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Durante muchos años, Peggy Chenoweth representó esas estadísticas. Justo después de terminar la universidad, una computadora aplastó su pie (era 1998 y antes de la era de MacBook). Pasó casi cinco años y 20 cirugías tratando de salvarlo. El día de su amputación, me dijo, "fue uno de los días más difíciles de mi vida. Recuerdo despertar por la mañana y mirar hacia abajo y saber que era la última vez que veía mis dedos biológicos".

Durante años, sentía como si su cuerpo no fuera suyo. Chenoweth, de 42 años, que ahora tiene un podcast basado en la vida de los amputados, trató de relacionar sus primeros ampuversarios con la celebración. "Lo fingí durante muchos años", dijo. "Era una espada de doble filo: mucha gente me decía que era fuerte, pero me sentía como un fraude porque sabía que no me sentía bien".

Un amigo eventualmente la confrontó entre lo que decía que sentía y su verdadera salud mental. Ahora, el 3 de julio, su ampuversario, lo conmemora con mucha reflexión, quizás trotar un poco, y a veces un pastel.

"No vas a olvidar la fecha", dijo. No tienes esa opción.

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