No puedo dejar de ver este Anime de temática culinaria sexual
Fotos vía Food Wars.

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No puedo dejar de ver este Anime de temática culinaria sexual

'Food Wars' trata sobre la cocina mundial, el elitismo vacío y un joven advenedizo y valiente que supera todas las expectativas.
LC
traducido por Laura Castro

Artículo publicado originalmente por Munchies Estados Unidos.

¿Alguna vez has comido algo que describirías como orgásmico? ¿Tú, como Marcel Proust o el crítico culinario de Ratatouille, ocasionalmente te has transportado a un recuerdo lejano con una cucharada de caldo de pollo o un bocado de tarta de manzana? Ahora imagina que, cada vez que eso sucediera, experimentaras una secuencia de sueños eufóricos en la que tu ropa se disolviera en el éter. O que, cuando comieras algo desagradable, un espeluznante monstruo con tentáculos se te uniera a la mesa.

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Estas extrañas metáforas gráficas visuales ocurren al menos una vez por episodio en Food Wars, un anime muy popular y bastante problemático sobre la cocina mundial, el elitismo vacío, y un advenedizo y valiente joven que supera todas las expectativas. Food Wars sigue a Soma Yukihira, un chico arrogante criado en un restaurante, que se traslada a la escuela culinaria más competitiva de Japón. Ahí, conoce a chefs consumados de todo el mundo, se sumerge en un bufet hipnótico de creatividad culinaria y coquetea con todas las chicas a su alrededor.

Para mi no tan grande horror, esta serie fue hecha para mí.

Crecí con Miyazaki y Julia Child. Para el final de la preparatoria, estaba completamente fascinada con Death Note, No Reservations, Cowboy Bebop, Good Eats, y con las versiones estadounidense y japonesa de Iron Chef. Pasaba mi tiempo libre haciendo cosplay cuando no estaba haciendo pasta al curry o focaccia desde cero.

Las cosas no han cambiado mucho para mí, excepto por todo lo que tiene que ver con el asunto de haber crecido. Como adulta, encuentro que la mayoría de los anime, incluso los que solía amar, son tan sexistas que se han vuelto casi insoportables. Así que cuando un amigo me sentó frente a Food Wars y me dijo: "Te voy a hacer algo terrible. Me disculpo de antemano", estaba preparada para odiarlo. Pensé que sería una basura sexista, y tenía razón en parte: las mujeres de Food Wars están dibujadas de manera hipersexualizada (hay más tetas y traseros ahí que en la mayoría de los animé que he visto) y responden a la comida exquisita con secuencias ensoñadoras donde su ropa sale volando por los aires, y aunque las secuencias sexuales nunca son coercitivas (que es más de lo que se puede decir de la mayoría de los anime), yo aún pensaba: vamos, chicos, ¿en serio?

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Sin embargo, el asunto problemático es este: no puedo dejar de ver esta estúpida serie sexista, llena de clichés. Ya estoy en la tercera temporada.

Si alguna vez viste Sailor Moon o Dragon Ball Z, entonces sabes que el anime usa por lo regular una estructura de trama formulista en la que cada episodio aumenta las apuestas. Food Wars aplica ese formato de competencia a la cocina mundial, y te juro que eso siempre funciona.

Las vidas de los estudiantes en la Academia Totsuki son estresantes. Al igual que los estudiantes de cocina reales, tienen horarios exhaustivos, pueden arruinar sus calificaciones con sólo perder una clase, y los errores aparentemente pequeños pueden destruir todas sus perspectivas a futuro. Además, Food Wars lleva todo esto un poco más lejos, enfrentando a los estudiantes en una batalla estilo Iron Chef. Estos enfrentamientos pueden conducir a cualquier cosa, desde a la expulsión de un estudiante hasta a asegurarle un lugar en el todopoderoso consejo estudiantil de Totsuki, The Elite Ten (el Consejo Élite Diez). Y ellos son la mejor parte del show.

Los personajes del anime tienden a tener especialidades. Así como los entrenadores de Pokémon se concentran en elementos específicos, los personajes de Food Wars tienen su gastronomía y su técnica.

Está Yuki, un experto en el juego despiadado. Está Shun, que fuma todo lo que hace. Está Akira, un huérfano hindú que es formidable con las especias. Está Nao, una especie de brujo experto en fermentación cuya sopa laksa de curry negro inspira secuencias de ensueños BDSM. Luego están los hermanos Aldini, quienes prometieron hacer de su restaurante familiar el mejor de toda Italia. Está Erina, The God Tongue (La lengua de Dios), cuyo paladar es tan refinado que los restaurantes más lujosos le pagan para destrozar sus platillos. Este programa incluso tiene una gastronomista molecular, Alice, quien se queja si no puede encontrar un toma corriente para su centrifugador. Soma, nuestro personaje principal, hace un poco de todo, como un buen y pequeño protagonista de anime.

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Hilarantemente, ver Food Wars te enseña más sobre la cocina mundial y la técnica culinaria que prácticamente cualquier cosa en Food Network. Estoy obsesionada con la comida, e incluso he podido descubrir en el programa cosas nuevas. Una vez, me quedé con la boca abierta cuando Megumi, la chica tranquila criada en un pueblo de pescadores, sacó un enorme pez rape suspendido en un anzuelo. Y entonces, procedió a partirlo sin esfuerzo mientras estaba suspendido en el aire, empequeñeciéndose. ¿Quién sabía que era así como funcionaba?

Estos personajes cocinan con todo, desde hojas de curry hasta crema de limón y granos de pimienta de Sichuan. Maduran la carne en seco y hacen salsa de pescado en sus dormitorios. En un episodio, la tejana experta en carne, Ikumi (quien usa un bikini con la bandera estadounidense en todo momento, por que ¿por qué no?), explica minuciosamente cómo madurar la carne de vaca al grado de calidad de wagyu A5. En otro, hay una gran competencia de desayunos, y Soma hace unos sabrosos omelettes soufflé mientras que otros personajes hacen huevos Benedictinos con bottarga y frittata servidas con ensalada, loco moco con vinagreta en lugar de salsa, un guiso japonés reinventado con huevos de codorniz, e incluso una serie de "huevos" hechos de cosas como huevas de salmón, mousse de espárragos blancos y salsa holandesa. Tan solo ese episodio nos traslada a Francia, Nueva York, Italia, Hawai y Japón.

Ver Food Wars puede convertirte en comensal más aventurero y curioso. Incluso puede volverte un mejor cocinero. En un episodio, puedes aprender sobre el antiguo epicúreo romano Apicio, y en el siguiente, Soma podría hacer un risotto con manzanas y tocino, y servirlo para el desayuno. Soma y sus amigos siempre superan las expectativas, yendo contra personas con más entrenamiento, dinero y poder. Sin embargo, casi todas las veces, los clientes y jueces de Soma quedan impresionados, porque cocina por el simple placer de alimentar a las personas. ¿Y quién sabe? Después de ver la serie, tal vez comiences a jugar con nuevos ingredientes y crees tú mismo algo delicioso. Sólo no pensemos en los monstruos con tentáculos..