FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

Consejos para los que están considerando entrarle al poliamor

'Antes de estar en una, me resistía a la idea de las relaciones poliamorosas. Pero cuando conocí a Jon, mi perspectiva cambió'.

El autor con su novio y su esposo. Foto cortesía del autor.

Llevo cuatro años y medio con mi esposo, Alex. Y llevamos un año y medio con nuestro novio, Jon.

Antes de estar en una, me resistía a la idea de las relaciones poliamorosas. Siempre me burlaba de mis amigos que tenían "triadas". Pensaba que el concepto era ridículo. Pero cuando conocí a Jon, mi perspectiva cambió.

Cuando Jon entró a nuestra vida, Alex y yo tratamos de controlar la situación de la mejor forma posible. Quedamos en que solo podíamos enviarle mensajes en grupo para que todos pudiéramos ver todo lo que hablábamos con él, mientras que Alex y yo podíamos tener nuestra propia conversación. Alex y yo tomábamos juntos las decisiones importantes de nuestra relación y después anunciábamos el resultado a Jon.

Publicidad

Básicamente, tratamos de formar una relación entre tres personas como si fuera entre dos, con Alex y yo como una parte y Jon como la otra. Esto, por supuesto, es insostenible. La equidad es esencial para que una relación funciona. Si realmente queríamos hacer esto con Jon, Alex y yo teníamos que cambiar la forma en que operaba nuestra relación. Pero no tenía ningún modelo que me enseñara cómo hacer que esto funcionara, un problema que me gustaría abordar escribiendo públicamente acerca de nuestra relación.

La gente me busca todo el tiempo para preguntarme cosas sobre las relaciones abiertas y poliamorosas por los artículos que he escrito. Casi todas las preguntas son en torno a los celos y las inseguridades: ¿Cómo es posible no sentir celos si tu pareja duerme con otros hombres?


Relacionados: Cómo logramos que funcionara nuestra relación de tres


Descubrí que cuando me dan celos, lo que origina ese sentimiento casi siempre es que, en el fondo, no siento que soy lo suficientemente bueno para Jon o Alex. Para mí, los celos son sinónimo de inseguridad.

Es normal sentir celos; pasa todo el tiempo, sin importar qué tipo de relación tengas. Es parte de ser humano. Pero a fin de cuentas, lo que importa es la forma en que reaccionamos. Cuando me entra la paranoia, que es algo constante, trato de calmarme y analizar mi situación: ¿Qué es lo que realmente me da miedo? ¿Por qué no creo que merezco todo este amor?

Publicidad

Enamorarme de Jon — y ver a Alex enamorarse de Jon— me enseñó que hay mucho más amor allá afuera de lo que imaginaba. Pero el proceso fue difícil. Coger entre tres es increíble; pelear entre tres es una pesadilla.

Una vez, me llegó un email de un lector que estaba empezando a salir con una persona nueva junto con su pareja. Los tres acababan de tener su primera pelea y él sentía que su pareja y su novio estaban confabulando en su contra. Al final, me preguntaba si alguna vez había sentido lo mismo.

Por supuesto que sí. En una relación de tres, es casi imposible que uno no sienta que es el mal tercio.

Recuerdo una pelea que tuvimos Jon, Alex y yo en Vancouver. Alex estaba a punto de irse por seis meses a trabajar en un programa de televisión y queríamos pasar unos días juntos, solo los tres. Estábamos en la Isla Grandville y recuerdo un momento en el que los vi tomados de la mano. Era una imagen romántica y hermosa pero, por alguna razón, me hizo sentir celoso, inseguro y temeroso de que se estuvieran enamorando más ellos dos y se estuvieran olvidando de mí. Ahí fue cuando empezamos a pelear y, aunque no recuerdo exactamente cuál fue el motivo, estoy seguro que yo empecé. A pesar de que lo único que necesitaba para sentirme incluido era acercarme y tomar su mano, me encerré en mi burbuja y provoqué lo que temía que pasara.

Esa noche, más tarde, fingí que me caía de la cama (en realidad, me aventé al piso). Salí del departamento que rentamos azotando los pies y la puerta y me quedé esperando en el elevador a que uno saliera a detenerme para demostrar que me amaban.

Publicidad

Relacionados: Crecí en una familia poliamorosa


La gente con frecuencia me pregunta cómo le confesamos a nuestros amigos y familiares que teníamos una relación poliamorosa. No hay respuesta fácil para eso.

Alex y yo presentamos a Jon con nuestros amigos y familiares durante nuestra boda. En ese entonces, parecía una buena idea: todos iban a estar juntos al mismo tiempo en el mismo lugar y queríamos que Jon estuviera ahí y que fuera parte de esa experiencia.

Ahora que lo analizo, no me imagino lo difícil que debió haber sido para Jon y para las personas más cercanas a Alex y a mí. Y hoy, mi consejo es que tengas cuidado y no te abras tan rápido al escrutinio de tus seres queridos. Aunque las relaciones poliamorosas parecen normales cuando tienes una, están muy por fuera de la norma y no puedes esperar que todos acepten lo que nosotros sabemos: que el amor es vasto y que hay muchas formas de vivirlo y expresarlo. El poliamor asusta a la gente. Para algunos, cambia todo lo que creen sobre el amor.

Una vez, alguien me dijo que estaba demostrando que todos los temores de los religiosos conservadores sobre los gays eran ciertos, que todos somos unas zorras, incapaces de comprometernos o de ser monógamos y que no tomábamos en serio al matrimonio. Y la persona que me lo dijo era gay. Mi respuesta fue: ¿Y qué? ¿Por qué no puedo vivir bajo mis propios términos? ¿Qué no se supone que para eso estamos luchando, para tener derecho a vivir como queramos? ¿Por qué una estructura social arbitraria quiere decirnos cómo amar y tener sexo? ¿Por qué habría de permitir que alguien me diga cómo amar y a quién amar?

Publicidad

Después viene la pregunta más importante: ¿Si es tan complicado y problemático, para qué hacerlo?

No tengo una respuesta sencilla. Me han tachado de envidioso y egoísta, incluso de sicótico y monstruoso. Pero yo no me considero así. Tal vez es solo parte de mi naturaleza.

No creo que este tipo de relación sea apta para cualquiera y no creo que el poliamor es mejor que la monogamia o viceversa. Solo creo que encontramos lo que nos funciona mejor.

Y así soy más feliz. Soy feliz con Alex y Jon, y soy más feliz porque tenemos una relación abierta y puedo conocer y pasar tiempo con otras personas. Y soy todavía más feliz porque sé que Jon y Alex también pueden explorar, jugar y enamorarse.

Practicar el poliamor no va a salvar tu relación. Tampoco va a resolver tus problemas. Todo lo que te asusta podría hacerse realidad. Pero también abre puertas dentro de ti que no tenía idea de que existían e incluso puede ser una oportunidad para crecer.

Sigue a Jeff Leavell en Twitter y en Instagram.