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Cultură

Dejen de decirle ‘vagina’

Usar la palabra "vagina" de forma incorrecta hace que el placer sexual femenino sea más difícil de entender y que persista el misterio de la sexualidad femenina.

Ilustración por Brian Evans/Getty Images.

Hace unos días, mientras estaba en una clase de mi maestría que trataba sobre género y minorías sexuales, mi profesor dijo: "El pene y… [pausa] los genitales femeninos". De inmediato, uno de mis compañeros respondió "Los genitales femeninos tienen nombre", aunque no se atrevió a decirlo. Ya en privado, mi profesor (que por cierto tiene un doctorado y da un curso sobre feminismo y sexualidad) cometió el mismo error que la mayoría de la gente. Utilizó el término "vagina" en vez de "vulva".

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El problema es que la vagina no es lo mismo que la vulva.

La cavidad vaginal no es más que una parte de la vulva. La vulva es todo lo que se ve en el exterior: la parte visible del clítoris (que es sólo la punta del iceberg porque el resto del clítoris está dentro del cuerpo), los labios (menores y mayores), el orificio de la uretra y por último, la entrada (y salida) de la vagina.

El término "vagina" se utiliza de forma incorrecta con tanta frecuencia que no me sorprende que un profesor con un nivel de educación tan alto haya cometido ese error. Hasta los textos y las obras de arte feministas más reconocidas como Los monólogos de la vagina o El gran muro de la vagina cayeron en la trampa. Cada que vemos escrita la palabra "vagina" en los medios de comunicación, en realidad debería ser "vulva".

A pesar de que la anatomía sexual de la mujer se considera algo natural, en realidad es una construcción social. Algunos estudios muestran cómo el clítoris ha estado presente y otras veces ha desaparecido en la anatomía médica a lo largo de la historia en Occidente. En las ilustraciones de los "órganos de la lujuria" que hizo el anatomista danés Casper Bartholin en el siglo XVII, el tejido eréctil y el diafragma se ven muy similares a las ilustraciones de la actualidad. En la década de 1840, el anatomista alemán Georg Ludwig Kobelt dibujó una versión más larga del cuerpo del clítoris similar a la del pene, como lo conocemos hoy en día. En la edición de 1901 del libro Henry Gray: Anatomía del cuerpo humano (mejor conocida como Gray's Anatomy), el clítoris aparece en la ilustración e incluye una descripción exhaustiva. Sin embargo, en la edición de 1948, el libro no menciona ni una sola vez al clítoris ni lo incluye en las ilustraciones. El libro más importante sobre anatomía humana dejó de mencionar al órgano que juega un papel primordial en la excitación y el orgasmo femenino. Como el clítoris y el orgasmo femenino no son necesarios para la reproducción, a diferencia del pene, la ciencia decidió ignorarlos por completo.

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Foto vía el usuario Flickr jmawork.

Aunque no nos damos cuenta, cuando decimos "vagina", estamos omitiendo el aspecto visual de la anatomía femenina (el clítoris y los labios) con el habla. La vagina es la parte de la mujer que hace que los hombres tengan un orgasmo. Desde que Kinsey publicó su libro Comportamiento sexual de la mujer en 1953, se sabe que la mayoría de las mujeres necesita estimulación directa del clítoris (con la mano, la boca o cualquier otro objeto) para tener un orgasmo. Y aún así, ¿cuántas veces hemos visto que tanto en la tele como en las películas representan al orgasmo femenino como el resultado de la simple penetración? Decirle "vagina" a los genitales femeninos habla mucho sobre la política del sexo. La "vagina" se enfoca en el placer masculino.

Mithu Sanyal, autora de VULVA, la revelación del sexo invisible, sostiene que las palabras dicen mucho sobre lo que creemos acerca del cuerpo. "No puedes pensar o hablar sobre algo que no puedes nombrar", escribe. El psicólogo Harriet Lerner llama "mutilación genital psíquica" al fenómeno de menospreciar al clítoris y los labios genitales. Según Mithu, "El lenguaje puede ser tan rápido y poderoso como el bisturí de un cirujano. Lo que no tiene nombre, no existe".

Hoy en día, muchas mujeres (e incluso niñas de 16 años) han vuelto realidad el sueño de volver invisibles a sus genitales. En poco tiempo, la labioplastia (o reducción de los labios menores por medio de un corte) se ha convertido en una de las cirugías más solicitadas en EU y Reino Unido. La mutilación genital femenina es un ritual que consiste en quitar parcial o totalmente la parte exterior de los genitales femeninos. Se realiza en muchos países africanos y se cree que no tiene nada que ver con la cirugía plástica genital en Occidente. Curiosamente, la Organización Mundial de la Salud define la mutilación genital femenina como "todos los procedimientos que, de forma intencional y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos". Entonces, la definición de mutilación genital de la ONU abarca tanto al rejuvenecimiento vaginal como a la labioplastia.

Foto vía el usuario de Flickr Philippa Willitts.

Berlín es una ciudad famosa por sus valores sexuales progresistas y por su historia de campañas a favor de los derechos de los gays. En esta ocasión, sus pobladores están tratando de contrarrestar esta tendencia. La doctora Laura Méritt, dueña de la sex shop feminista más antigua de la capital de Alemania llamada Sexclusivitäten, tiene un proyecto que consiste en recopilar "perfiles de coños" para demostrar la diversidad de las vulvas y probar que no hay un modelo general. "¡Somos la envidia de cualquier universidad! Tenemos más de dos mil participantes y hemos hecho descubrimientos increíbles", dijo Méritt.

Los resultados se van a publicar en marzo como parte del Mösenmonat ("Mes del coño"), una celebración anual para celebrar a la vulva con exposiciones de arte, espectáculos, películas y talleres en Sexclusivitäten. El tema de este año es "La verdad del clítoris". Además, Méritt colaboró como editora en la versión del libro clásico de anatomía feminista llamado A New View of a Woman's Body. Las fotografías de este libro dejan claro que existe una gran variedad de formas, colores, texturas y tamaños de vulvas.

Al final de cuentas, es probable que la palabra "vulva" suene demasiado técnica. Pero no hay problema. También se puede usar la palabra "panocha", "concha", etcétera. Yo prefiero llamarle "coño" para evitar confusiones. La palabra "coño" viene del latín cunnus y significa "parte externa del aparato genital de la hembra". No entiendo por qué coño es una palabra tan ofensiva en español. ¡Los coños son geniales! Deberíamos adorarlos, no denigrarlos. Tratemos de decir "vagina" sólo para referirnos a la vagina. Usar la palabra "vagina" de forma incorrecta hace que el placer sexual femenino sea más difícil de entender y que persista el misterio de la sexualidad femenina. No se debe confundir al misticismo con la ignorancia o la censura. ¡Viva la vulva!