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Una expatriada venezolana compiló 365 razones para sonreír en un libro

"Lejos de caer en el cliché de la auto-ayuda, este proyecto se convirtió en un catálogo que explora la relación entre los impulsos emocionales y la sonrisa"
Todas las imágenes cortesía de la artista.

No es fácil ser un expatriado, mucho menos cuando dejas a tu país en condiciones lejanas de ser óptimas en prácticamente todos los ámbitos. Pero aún así, y con más importancia que nunca, fue necesario para la venezolana radicada en París, Juli Estrada, comenzar un proyecto artístico para relevar y recordar que son, en realidad, las cosas simples que hacen de vivir un viaje lleno de esperanza y felicidad.

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Así nació The 365 Smiles, un libro convertido en una multiplicidad de medios que con inocencia, sutileza y elegancia pone en contexto las más simples razones para sonreír. Platicamos con Estrada y nos contó un poco más sobre su proyecto y ambiciones artísticas, puedes conocer más, abajo:

¿Cómo nació el proyecto?

Tras pasar mis primeros meses en Francia como Fille Au Pair: sin dinero, sin contactos, y sintiendo todo el peso de lo que significa migrar, sentí la necesidad de enfocarme en la felicidad que emana de las cosas simples. Pero lejos de caer en el cliché de la auto-ayuda, este proyecto se convirtió en un catálogo que explora la relación entre los impulsos emocionales y la sonrisa como respuesta física, la sinestesia entre la naturaleza del sentimiento motivador y su efecto, y en un nivel formal es también un ejercicio sobre la palabra como imagen y significado. Después de haber culminado, impreso y editado la compilación, que puede entenderse como un catálogo de motivos para sonreír durante todo un año, decidí extender el proyecto a una segunda etapa virtual, que consiste en la publicación de una postal al día por 365 días, para explorar las reacciones de los lectores (que los hace sonreír, qué hay de universal en una compilación personal).

¿Es posible contabilizar lo que nos hace sonreír? ¿Clasificar las causas emocionales a una respuesta física?

Puede parecer un gesto superficial, pero en realidad, la traducción de los estímulos emocionales en gesto público (porque la sonrisa es una forma de comunicación) incluyó, para mí, la reflexión vinculada a mi experiencia personal sobre una cierta ética (se supone que no debemos sonreír frente a ciertas cosas), una escala de intensidad y el proceso iterativo entre estímulo y respuesta. Me encontré sonriendo ante la evocación de un recuerdo feliz: La memoria, la selectividad del recuerdo y la recreación de experiencias a través de la sonrisa son elementos presentes en la compilación. El color también está presente, pues me encontré atribuyendo colores a distintos tipos de sonrisas. Para mí, en este libro, hay sonrisas rojas, verdes, azules, amarillas…

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¿Qué significó personalmente este proyecto?

Obviamente la realidad no es tan simple. Cuando me mudé de país, de continente y de idioma, el tema de la identidad se volvió más complejo. Este proyecto me ayudó a retomar la costumbre de crear, que había tenido que dejar de lado; a trabajar con un computador prestado y un software rudimentario, en mis ratos libres. Me permitió observarme desde afuera y retomar el contacto con la acción creativa y con mi identidad creadora.

Esa compilación tomó inicialmente la forma de un libro, que decidí reconvertir en un proyecto transmedia: publicar una sonrisa al día por 365 días, y ver las reacciones de los lectores: ¿qué puede haber de universal en la evocación de mi archivo de sonrisas particular? Decidí empezar esa publicación el día de mi cumpleaños veintiocho, a poco más de un año de haber llegado a Francia, en el blog the365smiles.

Puedes seguir a Juli en Instagram.

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