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En todo el país hay santos y cultos siniestros que son independientes de la iglesia y que han ido adquiriendo popularidad en los últimos años. En ellos han encontrado consuelo no sólo adictos y delincuentes, sino también gente común y corriente. Millones de devotos tienen fascinación con tres figuras: San Judas Tadeo, conocido también como el santo de las causas perdidas; Malverde, el santo de los narcos; y la Santa Muerte.
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"La verdad es que somos adictos", declaró Sánchez con los ojos enrojecidos y dificultad para articular. "Él se lleva nuestros vicios e interviene por mi y el señor".
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"La verdad es que yo vendía drogas", declaró uno de los jóvenes que se ocupan de los quehaceres en la capilla y cuyo nombre también es Jesús, "Soy un francotirador, cabrón". Jesús contó una ocasión en que Malverde salvó su vida y lo mantuvo libre cuando un soldado de la marina le disparó. "Fue un milagro", dijo.El joven de 37 años se subió la camisa y señaló primero una herida de bala y luego una parte de su torso donde planea tatuarse a Malverde, justo arriba de un tatuaje de Jesús y debajo de un colgante con la imagen de la Santa Muerte. Él no cree que sea contradictorio venerar a Jesús y a los dos santos no reconocidos al mismo tiempo."Yo creo en todo porque todo existe. Lo bueno y lo malo", dijo.
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Los académicos dicen que la Santa Muerte surgió de la mezcla de los vestigios del catolicismo del siglo 17 y su predilección por crucifijos sangrantes, el culto de la santería que llegó del Caribe y la creciente fascinación de México por la muerte. Aunque ha estado presente en el estado de Veracruz por décadas , la Santa Muerte realmente se popularizó alrededor del año 2000. Primero se volvió popular en las prisiones y luego, entre la gente que vive del crimen. Ahora su encanto se ha expandido entre los mexicanos que se sienten desesperados de cierta manera.Uno de los primeros templos de la Santa Muerte se encuentra en la frontera entre la Ciudad de México y los barrios de Morelos y Tepito, que son conocidos por su actividad criminal y su mercancía pirata. Ellos ejemplifican algunos de los Problemas que el Papa prometió atender. No obstante, algunos parecen encontrar más esperanza en la pseudo santa esquelética que en la cabeza de la iglesia católica.
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