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La batalla entre YouTube y los medios convencionales

Los ingresos de las celebridades de internet se están viendo afectados por un choque de culturas masivo, y esto sólo se va a poner peor.
DS
traducido por Daniela Silva
PewDiePie, cartel hecho por Anonymous demonstrators (Foto: Anonymous9000) y algunos cómplices

Los medios de comunicación convencionales últimamente no han estado muy bien que digamos. La programación que sale a diario se hace por razones extremadamente legítimas y se inclina mucho a la política ya sea liberal o conservadora y simplemente no ha sido confiable. La confianza del público en los periodistas y en los presentadores de televisión está en su punto más bajo de la historia y con mucha razón.

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Durante casi una década, esta generación ha decidido por sí misma a quién quiere escuchar, y las redes sociales ya han superado a la televisión como fuente de noticias para los jóvenes de 18 a 24 años. Esto no es nada raro ya que es mucho más fácil que la gente de Facebook, YouTube y Twitter se relacione con chicos y chicas como tú y yo, lo cual es mucho más difícil para los medios de comunicación convencionales que aparentemente han estado mintiendo durante los últimos diez años.

Sin embargo, hace poco los medios de comunicación han comenzado a responder, amenazando la autonomía y los ingresos de las personalidades que se han establecido en internet.
PewDiePie alcanzó la fama por medio de uno de los aspectos más fascinantes de la cultura de YouTube: el deseo de la gente de ver a otras personas jugar video juegos. Valentina Palladino de Ars Technica propone que esto se puede deber a algo llamado "neuronas espejo", esencialmente, que una parte de nuestro cerebro se ilumina al ver que alguien más hace algo que disfrutamos, existe casi la misma posibilidad de que la misma conexión empática se forme entre el espectador y el presentador. Estas personas son como nosotros. Juegan, se pedorrean, les gustan los memes. No son como los que dan las noticias que no tienen nada que ver con nosotros. Por lo tanto, los televidentes se relacionan con ellos no como celebridades, sino casi como amigos, como esos amigos de chat que todos hicimos cuando apenas empezaba el Internet.

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El problema es que los medios tradicionales se juzgan a sí mismos y a otros por estándares y métricas totalmente diferentes, esto ha creado una dicotomía interesante. Es por eso que cuando alguien como PewDiePie, héroe para muchos, contrata a dos hombres indios a través de Fiverr para bailar y mostrar un cartel que dice "Muerte a todos los judíos" y luego publica el video en su canal, la reacción de los noticieros y la de los fans de Pew es considerablemente diferente.

Que PewDiePie se burle del Holocausto no significa nada para sus fans, sólo es una broma más. Sin embargo, en canales de noticias como el Wall Street Journal, expresaron su desaprobación sobre el tema: en primera, cómo se le ocurrió hacer algo así, y en segunda, cómo es posible que sus fans lo hayan apoyado tanto.

Por supuesto, una reacción así es normal; no tienes que ser un genio para pensar que la gente no debería hacer bromas antisemitas. Sin embargo, no es raro que el WSJ esté confundido por la reacción de sus fans, ya que estrellas como PDP tienen una relación muy diferente con sus seguidores a la que WSJ tiene con sus lectores. Cuando una figura pública es tu amigo, le das el beneficio de la duda, al igual que lo harías con un amigo en la vida real. Incluso si lo que hizo está completamente jodido, harás todo lo posible por quitarle la responsabilidad.

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La herramienta principal que se utiliza aquí es la palabra "contexto", esa es la carta de liberación para las estrellas de YouTube que hacen bromas que nunca serían aceptables en los medios de comunicación convencionales. Sin embargo, de alguna manera, sientes que no sólo es el contexto de las palabras de las que están hablando, sino también el contexto de YouTube como un fenómeno. De cualquier manera, la mayoría de las veces el lema del contexto no funciona; sólo expone la ignorancia deliberada de estas personas, que muchas veces se niegan a asumir la responsabilidad de sus acciones. ¿Y por qué deberían hacerlo? Lo que la prensa convencional tenga que decir de ellos en gran medida es irrelevante; sus fans seguirán suscribiéndose, sus anuncios seguirán generando millones de ingresos y su trabajo y dinero no se verán afectados.

Ahora eso está cambiando.

Después del error de Pewd los acuerdos que tenía con Disney's Maker Studios, que originalmente fue creado por YouTubers, se terminaron. Desde que Disney compró Maker en 2015, la compañía ha estado llena de despidos de personal y críticas por parte de los YouTubers, y el movimiento para excomulgar a PewDiePie sólo provocó más escandalo. Muchos en YouTube y en el Internet en general, empezaron a alborotar a la prensa por resaltar la indiscreción de Pewd y a Maker por cortar lazos con él.


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Más allá del trato que tenía con Marker, el propio PewDiePie parece no verse afectado por la controversia; a estas alturas, es demasiado famoso como para que incluso una broma del Holocausto lo hunda. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de otros canales con influencias que no son tan grandes.

Muchos canales han empezado a quejarse de que sus vídeos están siendo desmonetizados. Dicen que esto se debe a que YouTube ponga reglas más estrictas sobre lo que se considera polémico: si un video es inapropiado, las marcas no quieren publicar sus comerciales ahí. Pero la definición que tiene el sitio para la palabra "controversial" parece haber cambiado. Cualquier alusión a la religión, la violencia, el lenguaje inapropiado y el sexo ahora son indeseables. El modelo establecido de meritocracia (si tienes opiniones, ganas dinero) parece estar cambiando, y algunos YouTubers están buscando renunciar.

H3H3, el marido y la esposa de YouTube, que se perfilaron a principios de este año, se han visto involucrados en un debate con el Wall Street Journal y el periodista Jack Nicas. A finales de marzo, Nicas escribió una historia en la que afirmaba que YouTube está monetizando videos ofensivos y racistas y mostrando marcas como anuncios de CocaCola antes de contenido escandaloso. Como resultado, Ethan Klein de H3, así como muchos otros YouTubers famosos, afirmó que sus videos se habían desmonetizado sin ninguna advertencia, lo que les hizo perder una gran cantidad de ingresos. Luego hizo un video en el que afirmaba que Nicas había falsificado evidencias en su informe y había copiado imágenes de anuncios mostrados antes de videos ofensivos, pero posteriormente lo bajó y se disculpó por la conclusión precipitada a la que había llegado (aunque la disculpa estaba dirigida principalmente a sus fans y no Nicas). La conspiración fue desmentida en cuestión de horas.

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Tampoco son los únicos afectados directamente que se unen a la conspiración. Los videos como el que mostramos arriba ofrecen sus propias tomas de por qué los medios de comunicación convencionales querrían poner en peligro los ingresos de los YouTubers. ¿Son celos, malicia o una trampa? Para estas personas, es impensable que la cobertura principal del drama de YouTube sean solo informes periódicos. Debe ser algo más grande.


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Los dos estarían bien por separado, pero ahora se están empezando a tirar riña. La controversia ya empezó, y esto crea problemas potenciales para las dos partes. Mientras que antes a los YouTubers no les importaba lo que decía el Wall Street Journal, ahora sus ingresos se ven afectados, y esto los obliga a poner atención. Y es probable que la batalla se ponga peor. Las celebridades están cambiando, pero no las que hacen tutoriales de maquillaje o graban su vida diaria, o las estrellas de Instagram, o cualquier basura de ese tipo. Se trata de personas con millones de fans que se ponen políticos y llaman farsantes a los periodistas, así como en una guerra entre lo viejo y lo nuevo. En última instancia, el ganador será elegido por lo que a la gente le preocupe más: la amistad o el escándalo. Sigue a Joe Bish en Twitter.