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"Oh, oh, algo salió mal": Interacciones en internet para sanar tu corazón

Las huellas están ahí. Que se vuelvan fósiles, solo es cuestión de tiempo, y ya está sucediendo.

Desde comprar comida, stalkear a tus viejos compañeros de la primaria, hasta conocer a tu pareja, o incluso terminar con ella. No es novedad que casi todo puede ocurrir en la virtualidad. Donde incluso, podríamos encontrar a nuestro doble con solo arrastrar una de nuestras selfies al buscador de imágenes de Google.

Sí, lo probé:

Internet alberga millones de mensajes automáticos, e interacciones que dejan huellas. Éstos rastros de virtualidad quizás sean los fósiles que ayuden a los seres del futuro a comprendernos, como las pinturas rupestres nos sirvieron a nosotros para intentar entender a nuestros antecesores.

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Mientras tanto, hay días en los que pueden entregarnos respuestas existenciales, y reflexiones poéticas o al menos bizarras, que ni nuestro mejor amigo, terapeuta, o filósofo de turno, acertaría.


e v i d e n c i a _

Al terminar una relación tortuosa a la que queremos desterrar de nuestra historia, en un simple mensaje de Google podemos encontrar una solución épica:

Parece que esta vez será para toda la vida. Cerramos Tínder, damos de baja a las amistades eróticas, limpiamos nuestros celulares de fotos comprometedoras. Y cuando por fin nos hemos borrado del universo de los solteros, de repente, se termina:

También ahí, en la poesía de la web y sus mensajes automáticos, una solución que va al hueso parece gritarnos desde la pantalla:

Intentamos buscar respuestas, sobre qué hacer de nuestra vida. Pero a veces, simplemente, no hay término medio.

Y la única opción parece estar en un captcha:

Actualizamos nuestra foto de perfil, compartimos videos de gatitos tiernos. Reencuadramos imágenes, para que una aburrida reunión con amigos parezca una tremenda fiesta, y un pan con manteca aparente ser un desayuno gourmet en nuestras historias de Instagram. Con cada me gusta nuestra autoestima acaricia las nubes. Pero Google quiere ponerla a prueba:

En días felices, podemos encontrar arte hasta en la imagen satelital de un Googlemaps:

Las huellas están ahí. Que se vuelvan fósiles, solo es cuestión de tiempo, y ya está sucediendo.

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