Este artículo fue publicado originalmente en VICE Colombia.Calzones con bordes de encaje, con flequillos, brillantes y con mensajes de buena se venden como pan caliente en esta época del año. Pero no son calzones para un lunes poco prometedor, no señor: estos siguen una tradición que ha pasado de generación en generación, recibir el nuevo año usando ropa interior de color amarillo con la esperanza de atraer buena suerte para los próximos doce meses.
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Cuenta la historia que el amarillo hace referencia al sol y a todos los favores que hace por el hombre, de ahí la idea de usar calzones del color de nuestro astro favorito para empezar el año. El agüero dice que si los usas el 31 atraerás buena fortuna, pero la letra chiquita dice que debes ponértelos al revés y después de las 12:00 a.m voltearlos para obtener mejores resultados.Esta ni siquiera es la más rara de las supersticiones. Entre las prácticas de este tipo que le aprendimos a nuestros papás están tragarse doce uvas (seis verdes y seis moradas) con las doce campanadas del reloj pidiendo un deseo por uva; darle una vuelta a la manzana cargando una maleta vacía para garantizar viaje el año siguiente; llenarse los bolsillos con lentejas para la prosperidad económica y alimenticia; abrazar a alguien del sexo opuesto apenas sean las 12:00 a.m. de la noche para encontrar el amor, y tener la billetera llena de dinero para cuando llegue la medianoche.Y con todo, nos quedamos con el de las bragas porque tiene algo de divertido, exhibicionista y (si se hace bien) sexy.Acá un breve recorrido fotográfico de los calzones amarillos más llamativos que me encontré paseando por las calles de la capital.
