Hablemos de un club de la pelea.Antes de llegar al Manup Standup, o MUSU, el promotor del evento me aseguró que “uniría el kung fu y el hip hop”, y el poster en la entrada hablaba del “kung fu enloquecido”. Estaba seguro de que esas aseveraciones eran puro alarde, hasta que vi al primer cabrón caer al piso. OK, estos güeyes se están pegando en serio. Esa noche de agosto, la escena de peleas underground en Nueva York se convirtió en una película de los setenta de los hermanos Shaw, mezclada con Dolemite; no midieron la violencia. Lo cual fue algo bueno, porque todos los presentes estábamos ahí para ver justo eso.
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