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Cultură

Diosque, íntimo y desatormentado

El cantautor tucumano vuelve a ser de las suyas de la mano de Diosque II, avatar silvestre que presentará este sábado en la intimidad de Zelaya
Fotos del ensayo

Artículo publicado por VICE Argentina

“Caballeros, fue un privilegio haber tocado con ustedes esta noche”, podría haber declamado cualquier apóstol de la clandestinidad ante los ojos de un país, en una noche fueguina del miércoles 13 de junio de 2018. Cruzar Buenos Aires en la víspera de la media sanción, una marea de vivos verdes inundó los subtes y lo volvió imposible y gratificante: la historia pasó frente a vos y lo hizo bien despacio mientras ganaba las escaleras de la línea B. Arriba la marea se desintegró y rebotó por departamentos y colectivos hasta el Congreso, pero, ciudad porfiada, atrás del Abasto corre una callecita cortada donde se puede aflojar. Se llama Zelaya y guarda, tras un portón y portero eléctrico mediante, una sala homónima a medialuz y calor donde Juan Román Diosque ensaya su avatar de invierno: Diosque II.

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Para el que lo conozca y lo siga, Diosque es D10sque. Extraño y sencillo, corto y profundo, kitsch y existencial, tucumano y universal. Imaginemos, amigos de TyC Sports, a un Sampaoli con los cables sin cruzar y los volantes retrocediendo bien: podría parecer que trastoca de manera insultante, la naturaleza criolla de un equipo, pero no va que empezamos a levantar la ceja cuando nos damos cuenta, asustados, felices, desconcertados, heridos, que es un genio del mal y que ahora no podemos escapar del universo que nos plantea. Bueno, una cosa así. “Eso es problema tuyo”, dijo Juan riéndose, pero no sobre el planteo táctico, sino sobre dónde se coloca para escribir letras como esta:

“Yo no busco efectos de niveles de lectura diferentes, si la encontrás es problema tuyo. Es algo que evidentemente a mí me me gusta vivir del otro lado. Intento que en mi música convivan un montón de cosas. Por ejemplo, tocar la guitarra, es algo que no hacía en vivo hace rato y me gusta mucho. Por eso estamos aprovechando para tocar con más silencios de por medio en un relato de intimidad. Esa es la idea”, explicó JRD, acompañado en su Diosque Ii por Aquiles Cristiani en teclados y sintetizadores y Eduardo Ferrer en coros y percusión.

Si, como remarcaron sus compañeros, el auditorio pequeño favorece la desnudez de la canción y expone hasta la respiración del que está al lado, las letras de Juan Román van a pasar a primer plano, algo que no era tan frontal entre la mucha (y buena) producción de sus discos anteriores. ¿De dónde vienen esas letras? el hombre insinuó algo de su escritura: “Soy un pésimo lector, por eso me siento cómodo con la poesía, porque me encanta poder abrir un libro en cualquier lado y continuarlo donde sea.. Estoy leyendo El Libro del Desasosiego, de Fernando Pessoa. Y últimamente sucede que siempre que leo escribo bastante…¡sin robar!”.

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Desatormentado e íntimo

Diosque II lleva a cualquiera que haya sacado “Post Crucifixión” de pibito a pensar en la trilogía con la que Pescado Rabioso trompeó los 70. De la banda sonora para la violencia política Desatormentándonos a la psicodélica crucero de Pescado 2 a la desembocadura en puerto de paz de Artaud en tres años -21 a 23 (!) de Spinetta. Si hay algo de eso en esta morning phase de Diosque, él respondió: “Me siento un poco más serio que antes, eso le decía hoy a María, mi pareja. Hay cosas personales, como la muerte de mi madre y otras más, que han pasado y entonces tengo como una lucha interna este joven alegre que soy y esta turbulencia, que veo como un aprendizaje, de manera optimista y hacia otro enfoque. Estoy escribiendo mucho, que es lo único que sé hacer…. bah, creo. Entonces Diosque II se trata un poco de hacerme al lado del sonido de los dos discos anteriores (Constante, Llanerio) y hacer las canciones como siempre las hice, sin una producción concreta”:

En ese plan de menos es más y de lupa sobre lo minúsculo y lo vital, el músico se topó con Zelaya: “Me gusta mucho, imaginate: vine una vez antes, casi sin conocer este lugar y cuando me dijeron que había una sala cerrada, techada y dije ‘¿quéee?’. Además, me sucede algo raro que es que, aunque me encanta la ciudad, últimamente me siento aturdido por la intensidad. De todo. ¡Espero que no sea para siempre! Si eso tiene que ver con este proyecto, no sé, dejaré que alguien lo diga. Para mí la música puede estar en golpearse el pecho y cantar una melodía tanto como en enchufar una guitarra. Sí siento una evolución. Para mi mis mejores temas son siempre los últimos, aunque tenga mis favoritos….¿que cuáles son esos favoritos? Estem… los que vos te imaginás”.

*Diosque II se presenta en Zelaya el sábado a las 21