El intransferible mundo de las pipas de basuco

FYI.

This story is over 5 years old.

Noticias

El intransferible mundo de las pipas de basuco

Ba-su-co. Se escribe con S y no con Z como muchos dicen, porque es la abreviación de "base sucia de cocaína", si es que la cocaína no es lo suficientemente sucia ya.

Ba-su-co. Se escribe con S y no con Z como muchos dicen, porque es la abreviación de "base sucia de cocaína", si es que la cocaína no es lo suficientemente sucia ya.

"Para el consumo de basuco se utilizan artefactos caseros realizados directamente por los usuarios", me cuenta la española Ester Aranda, licenciada en Química y Trabajo Social. "Como cualquier parafernalia doméstica, cada consumidor tiene su propia ingeniería y ritual de fabricación".

Publicidad

Ester sabe lo mucho que pesa en términos de salud pública las formas en las que las personas consumen sustancias psicoactivas. Desde el Centro de Atención Sociosanitaria de Baluard, Barcelona, en el que trabaja desde 2007, ha estudiado la relación entre el consumo de sustancia y el VIH, así como la transición de la vía inhaladada a la inyectada en consumidores de heroína y cocaína.

Una de sus preocupaciones es la informalidad en el consumo, en especial del crack, que en España se da a través de botellas y pitillos. Ester me explica el riesgo que estos materiales causan a la hora del consumo, aparte de los daños potenciales que genera la sustancia en sí: "los principales peligros asociados al consumo en este tipo de pipas son la inhalación de partículas de plástico y de bacterias resultantes del reciclaje de los materiales. Asimismo, por la corta distancia en la zona de combustión, se generan fácilmente quemaduras en los labios y el sistema respiratorio y existe el riesgo de contagio de enfermedades transmisibles asociado al ritual de compartir la pipa".

Con esto en mente, hablamos con muchos consumidores bogotanos acerca de cómo hacían sus pipas. Y a pesar de que ya no las hacen ellos, al menos algo tienen claro los habitantes de calle con los que conversamos: todo se comparte menos la pipa. Nos las mostraron y en general son parecidas, pero cada uno la apropia un poquito, de alguna manera. La cuidan como el bien más preciado, un bien que odian, pero que no pueden dejar.

Publicidad

*Sebastián Serrano contribuyó para este artículo.

"Yo mi pipa no se la suelto a nadie. Acaba uno echándole candela a las babas de alguien más y hasta se le pega una venérea".

"El papel aluminio y la ceniza que uno le echa hacen como un hornito ahí adentro. Si no paila, se quema todo el basuco y la idea no es esa, la idea es que se derrita".

"Esta es la primera pipa que se inventaron aquí en Bogotá hace 30 años. Antes de eso solo estaban el pistolo (cigarrillo de tabaco con basuco) y el maduro (cigarrillo de marihuana con bausco)".

"Uno nunca se despega de su pipa. A la larga esa se convierte como en la mujer de uno".

"La diferencia entre el pistolo y la pipa es mucha: Cuando usted se echa el primer pipazo, ahí es que conoce al basuco de verdad".

"¿Usted por qué cree que esta es la única droga que no se exporta?"

"Yo compro la pipa nueva y después de una semana usándola la vendo. Vale más porque ya esta llena de terapia, que es esa resina negra que se va acumulando a medida que uno va fumando".

"Si el basuco es la muerte, fumar terapia es el infierno".