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Archivo Vice: Jorge Campos, diseñador de modas

Platicamos con "El Brody" sobre los coloridos uniformes que acostumbraba usar.

Foto por Marco Tulio Valencia. Cuando se habla de Jorge, nunca tarda en llegar la afirmación de que es el mejor portero mexicano de todos los tiempos. Campeón con Pumas y héroe nacional con la Selección Mexicana de Futbol, también tuvo otra ocupación durante su época como portero: la de diseñador. Quizá no recordemos sus atajadas, cómo salía del área chica, su manera de volar o incluso el penalty que paró en aquel partido contra Bulgaria en el 94, pero nunca podremos olvidar los uniformes, de su propio diseño, que este surfer acapulqueño vestía en cada partido. Ahora Jorge trabaja, entre otras cosas, narrando partidos en televisión. En medio de su muy saturado itinerario, nos regaló unos minutos para platicar sobre su época de diseñador. VICE: Hola. Buenos días, Jorge.
Jorge Campos: Hola. Oye, tengo que estar ahorita a las 11:00 en la televisora. ¿A las 11:00? No nos da mucho tiempo.
¿Tú traes coche o algo? No.
Entonces, hacemos la entrevista en el camino. Sí, vamos.
[A un taxista] ¿Estás ocupado?
Taxista: Estoy esperando a alguien.
Jorge: [Detiene otro taxi] Necesito que me lleves por Periférico hacia allá y que sólo me cobres 50 pesos.
Taxista: [Risas] Naciste en Acapulco. ¿Cómo fue crecer en ese lugar?
Nací en Acapulco, Guerrero, pero realmente me crie en un rancho con mi abuelo. Tuve una infancia de rancho. Es algo que recuerdo con mucho cariño. Recuerdo en la familia de mi papá tenían vacas y caballos, y, como crecí rodeado de ganado y de caballos, solíamos montar mucho. Cumpliste 20 años en 1986. Acapulco estaba reventando en fiestas, desmadre y drogas.
[Risas] Drogas no sé. Nunca supe. Platícame.
Realmente, sí: Acapulco es la fiesta, el lugar donde te diviertes, el turismo, las americanas, pero mi papá siempre fue muy estricto con nosotros, y no salíamos. Todo el mundo nos decía: “Hey, ¿qué hacen en Acapulco y la fiesta?”. Él siempre nos cuidó mucho. Conocía el ambiente. ¿Qué hacías que tenían que andarte supervisando? Te portabas muy mal, de seguro.
No, no, no. Para esa época, yo ya estaba en Pumas. Salí de LaSalle y me fui al equipo de Pumas. No era como que saliéramos a diario o que fuéramos todos los días a la costera. Realmente, estábamos del otro lado, donde ahora es lo que llaman Punta Diamante. Antes éramos los pueblos de allá. Ahora somos los pueblos de Punta Diamante. Ahora es diferente, pero sí, mi papá siempre fue muy estricto. Mi mamá también era así, pero era porque sabían cómo era el ambiente. Los protegían mucho.
Demasiado. Platícame un fin de semana.
Los viernes nos íbamos con mi abuelo y mi papá al rancho, montábamos, jugábamos fut, la playa y todo eso. Durante todo el fin. Muy calmado y saludable.
Sí.

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"Parece piñata, el pobre", decía mi mamá cuando veía a Jorge parando penales y dominando el área chica.

¿Cómo afectó la manera en la que creciste tu etapa de diseñador?
Mi niñez fue una influencia. Como ya te dije, me la pasaba en actividades así de rancho, y eso hizo que prefiriera las cosas del campo, del mar, de la playa, los colores de los atardeceres y los colores del mar.

Toda la paleta de colores de la playa.
Me decían el Surfer, el Acapulco. Ya sabes, mi costumbre de siempre andar en huaraches y bermudas y cosas así. ¿Qué piensas de toda la ideología relajada surfer?
Es algo que viví. Siempre los surfers son diferentes. El rancho, los caballos, el surf. Los surfers somos muy solitarios. Las olas y el mar son otro mundo. Personalmente, me gustan mucho, pero hace poco el Telegraph, de Inglaterra, puso tus diseños en la lista de los peores 10 uniformes de todos los tiempos.
Hasta ahora se dieron cuenta. [Risas] ¿Cómo comenzó eso de los uniformes?
Para mí fue algo especial. Me di cuenta de que el portero podía vestir algo diferente, así que comencé a experimentar. Todo el equipo debía estar vestido de la misma manera; por eso el uniforme. Pero el portero siempre tiene la oportunidad de hacer algo distinto con lo que sale a jugar. Distinto es poca cosa con respecto a lo que tú hiciste. 
Sí, normalmente los uniformes de portero eran muy austeros. Sobre tu etapa de diseñador, ¿cómo era el proceso creativo?
Realmente comencé en Acapulco. Empecé con los diseños con un amigo. Él surfeaba también y era el que me entendía. Ese fue el inicio. Nike llegó después. Con mi cuate yo nomás llegaba y les decía: “Haz esto. Pon esto”. Ya sabíamos qué era lo de los surfers. ¿Estabas una noche, y de repente se te ocurría todo un patrón? ¿O se te revelaban los diseños cuando dormías? ¿O buscabas tu inspiración en algo? ¿Cómo era?
Había bermudas muy parecidas. Eso era en lo que realmente me fijaba. Le añadía un rombo o un cuadro aquí. Empezábamos a revolver realmente, como cuando eres niño, inventando y buscando qué es lo que se veía bien. Yo no dibujaba bien, pero mi cuate, sí. ¿Quién era tu cuate?
Adolfo Ríos. ¿En serio? ¿Adolfo Ríos el portero?
No, me confundí. Digo, me acordé de este licenciado Adolfo Ríos. Mi cuate se llama Daniel Ríos.

Te acordaste de Adolfo Ríos, el portero.
Sí. ¿Cómo trabajabas con Daniel tu amigo?
Él dibujaba. Teníamos otro cuate que dibujaba. Él tenía la ropa sport, ACA Sport y así. Empezábamos: “Quítale”, “Esto, sí”, “Esto, sí”, “Esto, no”. Lo íbamos guiando en los diseños. Así se iban formando los uniformes. Ahí me estás platicando de una etapa indie. ¿Cómo fue tu entrada a Nike?
Cuando llegué a Nike, me dijeron: “Ah, fíjate, estas figuras que usas tienen un significado, estos colores significan tal cosa, y esto, otra cosa”. Algo más profundo. Con cierto simbolismo.
Cada uniforme que diseñaba tenía un significado. Algo de Acapulco, el mar, muy especial. Y me gustó más. Tenía diseñadores más profesionales. Fue algo nuevo para mí. ¿Por qué lo hacías? ¿Ganabas mucho dinero? ¿Te interesaba la moda?
Yo lo hacía por gusto; lo demás fue diferente. No tanto por lo comercial. Me gustaba cómo se veía. Era, más que nada, un sentir. Así comenzó todo.

Si lo sentías, lo hacías; si no, lo descartabas.
Así es. Pero a veces era sin saber. De hecho, ellos me decían que en mis diseños había muchas referencias a cosas que viví en el rancho. Como que coincidían. Pero de verdad que yo hice todo eso sin darme cuenta. Esos diseños están de vuelta. ¿Has pensado en regresar al mundo del diseño, hacer algún tipo de producto, telas mínimo?
Es difícil. Eso es mucho de estudiar, ver, pensar. Lo hacía en ese momento, y en esa época me atraía. ¿Pero, ya no?
La verdad, yo fui futbolista. Ni fui diseñador ni me considero un diseñador wow. ¿Fue como un accesorio a tus actividades de deportista?
Fue algo que me gustó e hice con gusto en ese momento. Pero no era tu trabajo.
No, no era mi trabajo. Mi trabajo realmente era jugar futbol y estar en la portería y nada más. No soy de esos que dicen: “Ahora voy a hacer esto. Voy a acaparar todo”. Siempre he sabido hasta dónde llegan mis límites. ¿Qué piensas ahorita sobre tus diseños?
Hice eso hace tiempo. Siento que lo saqué hace mil años. Me da risa, pero pienso que no está tan mal, ¿no? Para nada.
¿Piensan que estoy loco? No, no. [Risas] Los uniformes son muy populares. De hecho, buscamos unos jerseys en eBay y no encontramos nada. Ya no se pueden conseguir.
Tengo unos guardados por ahí. ¿Y luego?
Algunos son copias que todo el mundo las tiene, y me dicen: “Ah, aquí está la original”, y yo las veo y digo: “Esa no es original”. [Risas] ¿Te ha afectado la piratería?
No, yo sólo espero que la gente que lo hizo, que sí hicieron negocio, que, bueno… yo nunca pensé realmente en el negocio; era disfrutar el momento, pasarla bien y jugar con los colores que yo quería, y a eso me dediqué. ¿Alguna predicción para el partido de ahora?
Van a empatar.  Ese día, México perdió contra Holanda 2-1.