La Plaza Taksim se convirtió en una zona de guerra

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La Plaza Taksim se convirtió en una zona de guerra

La policía se ha dedicado a disparar cañones de agua y lanzar gas lacrimógeno contra los manifestantes pacíficos.

Decenas de personas resultaron heridas en Estambul tras una semana de enfrentamientos entre la policía turca y los manifestantes contra el gobierno. Se dice que la respuesta de las autoridades en contra de los manifestantes fue exagerada, haciendo uso de cañones de agua y gas lacrimógeno para dispersar a la multitud en un parque ubicado en el centro de la ciudad. Algunas imágenes de los manifestantes que resultaron heridos han circulado por las redes sociales y según las informaciones de un diario local, algunas personas murieron a causa del gas lacrimógeno. Cientos de turcos ocuparon el Parque Gezi, en Taksim, y sus alrededores durante toda la semana. La noche del 27 de mayo, las excavadoras invadieron la pequeña isla de hierba y árboles en el centro de la Plaza Taksim y comenzaron a destruirla. Esto fue parte de un proyecto del gobierno para peatonalizar la histórica plaza (según muchos blogs, significa que quieren convertir uno de los últimos espacios verdes de la ciudad en un centro comercial). A ningún representante de la comunidad ni a ningún vecino se le preguntó la opinión sobre el plan, ideado por el Partido de Justicia y Desarrollo (AKP). Los planes incluyen la reconstrucción de un cuartel que fue demolido en 1940 y añadir aceras para que la plaza sea más acogedora. Cuatro días más tarde, después de que unos manifestantes no violentos ocupasen el parque y sobrevivieran a los ataques de la policía (que incluyeron gases lacrimógenos y cañones de agua), se puede decir que han conquistado una victoria temporal gracias a una decisión judicial. De hecho, el alcalde de Estambul, Kadir Topbaş, acaba de anunciar que nunca existió el plan de construir un centro comercial. Es un giro inesperado, pero no sucedió sin una batalla.

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Poco después de que los manifestantes empezaran a reunirse el lunes en el parque, empezó a correrse la voz a través de las redes sociales a medida que iban llegando más turcos pro-parque y anti-gobierno para sentarse frente a las excavadoras. Para el miércoles, la policía ya estaba metiendo las narices por ahí, y respondieron a los manifestantes no violentos con tácticas agresivas (una foto que llamó mucho la atención fue la de una chica con un vestido rojo siendo gaseada por un policía que llevaba una máscara anti gas). Esa imagen se convirtió rápidamente en símbolo de la "ocupación" del Parque Gezi. Las protestas también son un indicativo del descontento con el gobierno del primer ministro Recep Tayyip Erdogan. Se cree que en su tercer mandato como líder turco, el gobierno se ha vuelto más autoritario, han disminuido las libertades en cuanto a la venta de alcohol y algunas personas han sido advertidas por profesar muestras de cariño en público. Erdogan no tenía ninguna intención de iniciar un diálogo con la ocupación y el miércoles dio un discurso que dejó claro que la decisión sobre el destino del parque ya había sido tomada. Para entonces, muchos manifestantes habían establecido un campamento en el parque y estaban durmiendo en tiendas de campaña. En la madrugada del jueves 30 de mayo, la policía entró en el parque, disparando gas lacrimógeno y quemando las tiendas. Sin embargo, las excavadoras se detuvieron cuando los políticos de la oposición Sırrı Sureyya Önder y Gülseren Onanç se  posicionaron frente a ellas y pidieron ver los permisos adecuados. Incluso con la policía utilizando gas pimienta como si fuera repelente de insectos, la ocupación continuó, e incluso creció. El jueves, fotos de manifestantes leyendo a los policías se extendieron por todo internet, y los que estaban involucrados en la ocupación dijeron que estaban comprometidos con la no violencia.

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"[Las manifestaciones son] simplemente una reunión ecologista y pacífica sin un líder y sin objetivos excepto proteger un espacio público," dijo Utku Dorduncu, un financiero que acaba de regresar a Estambul después de vivir ocho años en Nueva York. "No voy a decir que la mayoría de los manifestantes son el público en general porque los 10.000 que se reunieron aquí el jueves por la noche eran estudiantes universitarios, recién graduados y trabajadores independientes. No eran los típicos que ganan el pan para sus familias, sino los que tienen el tiempo y la oportunidad de proteger los derechos de los ciudadanos." El jueves por la noche, una transmisión en directo desde el parque mostró un ambiente casi de festival, mientras círculos de tambores y grupos de rock tocaban. En FourSquare, 960 personas habían hecho check in en el Parque Gezi y los hashtags #DirenGeziParki (El Parque Gezi Resiste) y la cuenta de Ayaga Kalk Taksim (Levántate Taksim) se habían extendido por todos los Twitters turcos. Mehmet Ali Alabora, un actor turco y el presentador de un programa de televisión de sátira política (algo raro en la televisión turca) tuiteó en turco, "Amigos, todo esto no es solo por el Parque Gezi, ¿entendéis? Venid," y obtuvo cientos de retweets. "Es un grupo muy diverso," dijo Aysegul Yildirim, una estudiante. "Incluso hay un grupo llamado Musulmanes Anticapitalistas que se describen como islamistas." A medida que nuevas tiendas sustituían las quemadas, los temas de discusión entre los ocupantes incluían los polémicos planes de construir un tercer puente sobre el estrecho de Bósforo, las leyes que restringen el consumo de alcohol y la reciente demolición del Teatro Emek. En el parque había pancartas que decían "Hombro con Hombro Contra el Fascismo", "Taksim es nuestro, el Parque Gezi es nuestro", "El gobierno debe dimitir" y "El pueblo no se inclinará ante ti" junto a un dibujo del primer ministro Erdogan con un sombrero de sultán.

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Cuando el actor Okan Bayulgen llegó al parque esa noche para leer Las desventuras del joven Werther de Goethe, el número de manifestantes ya había alcanzado los 30.000 según algunas estimaciones. Y después llegó el infierno. Elif Cerrahoglu, una estudiante de 20 años, describe la escena: "Todo estaba tranquilo, la gente se había reunido en una manifestación muy tranquila. Sobre las 5 de la madrugada me di cuenta que la gente estaba intentando levantarse para huir. Después vi a la policía y se desató el caos. No estábamos en el centro, así que pudimos salir de ahí fácilmente, pero miles de personas fueron golpeadas. Una chica comenzó a gritar, "¿Por qué nos hacéis esto?" y empezaron a pegarla delante mío."

Yigit Guneli, un programador de 26 años, dijo que los manifestantes que se las apañaron para permanecer en el parque hasta las 7 de la mañana fueron rociados con agua. “Aunque no creo que fuera simplemente agua,” añadió, “A los que les tocó sintieron como si su piel estuviera ardiendo.” A pesar de todo, la mañana del viernes Yigit estaba desafiante: “Esta noche vamos a resistir y seremos mucha más gente,” dijo. “Si la policía no hubiera reaccionado de esta manera creo que seríamos muchos menos.”

Después del ataque de la policía por lo menos cinco personas fueron llevadas a la UCI con heridas en la cabeza y algunos manifestantes vieron como los transeúntes que intentaban ir a trabajar también sufrían el ataque de los sprays de pimienta y del gas lacrimógeno. En cada esquina había grupos de policías y se avisó por Twitter a los ocupantes que se reagruparan. La policía puso vallas para cerrar el acceso al parque pero la protesta ya se había extendido por las calles circundantes. “Solamente nos queda intentar evitar que el parque quede desocupado y seguir resistiendo,” dijo Utku Dorduncu el viernes por la mañana.

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A la mitad de esos cuatro días de protesta, un grupo se reunió en la Plaza Taksim pese a los tres intentos violentos de la policía para dispersar a los manifestantes. Según los ocupantes, los policías atacaban con sprays de pimienta a cualquier que se acercara a la plaza, incluso a los peatones que salían del metro. “Están atacando a mujeres, niños, gente mayor, a todo el mundo,” dijo Utku. “Y en reacción a eso nosotros permanecemos pacíficos, compartiendo máscaras de gas i agua. Esto no es ni fuerza desproporcionada, esto es brutalidad.”

Los informes oficiales del gobierno dicen que hasta ahora han sido heridos un total de 12 manifestantes. La cámara de medicina de Estambul ha declarado que seis personas han sufrido serios traumatismos craneales y ha verificado que la pierna del profesor está rota. Pero algunos testigos con los que VICE ha hablado dicen que el número de heridos es mucho mayor. Amnistía Internacional ha condenado “el uso de fuerza excesiva, incluyendo spray de pimienta, contra protestantes pacíficos en un parque en el centro de Estambul”.

El viernes se estaban planificando más protestas cerca del parque –pese a que no se sabía dónde y cómo se convocarían en el marco de esta agresión policial– así como una manifestación en Ankara, la capital, para apoyar el creciente movimiento de Ocupa Gezi. Pero aparentemente, las autoridades ya han tenido suficiente de este conflicto pese a las duras declaraciones que Erdogan había hecho anteriormente. Un tribunal ha ordenado detener los planes de construcción hasta que hayan sido revisados y el alcalde Topbaş declaró que nunca se demolería el parque. Queda poco claro por qué no pudo hacer estas declaraciones con anterioridad, antes de la violencia.

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Por el momento los detalles son escasos, pero os traeremos más información –incluyendo más datos de testigos, fotografías y vídeos – cuando la tengamos. Mientras, puedes seguir los enfrentamientos utilizando el hashtag #occupygezi en Twitter, que es el que utilizan los manifestantes para organizarse e informar desde las calles.

Este artículo fue actualizado a las 18.37 el viernes 31 de Mayo para hacerlo más comprensible.

Podéis ver más fotografías de Nazim aquí.