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Feminisme

Estas extrañas parejas animales nos demuestran que el amor no está muerto

El homo sapiens podría aprender un par de cosas del reino animal.
ER
traducido por Elvira Rosales
Foto de los osos polares y gaviotas vía Pixabay; foto de pingüinos vía Public Domain Pictures. 

Si no crees que San Valentín es una estafa creada por las empresas fabricantes de tarjetas y chocolates, lo siento pero no puedo ayudarte. Tengo la firme creencia de que la humanidad como especie extinguió su potencial para el amor y la afinidad desde hace tiempo. (Antes de que preguntes, esto pasó en algún momento entre el rompimiento de Justin Timberlake y Britney y la invención de Tinder.) Si quieres una historia que te haga sentir bien sobre el romance de la temporada, es mejor que recurras al reino animal.

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Los animales no dejan sus calcetines por el suelo, no compran flores baratas y en definitiva no te miran como si quisieran estar en otro lugar. Y si alguna vez hablaste con los cuidadores del zoológico quienes cuidan y ayudan a formar estas relaciones amorosas durante sus guardias, sabrás que el amor entre animales es tan profundo que incluso los humanos se conmueven. O sea, los animales tienen tanto amor que ofrecer que a veces se enamoran de objetos inanimados. De manera que si estás preocupado por si tu novio o novia no te ama, ¿por qué no contrastas su afecto con los verdaderos estándares del amor: nuestros amigos peludos y plumíferos?

Aquí tienes algunas parejas de animales que nos demuestran que el amor no está muerto.

Thomas con uno de sus amantes y sus hijos. Foto de Wellington Bird Rehabilitation Trust vía Facebook

Thomas el ganso y su trío poliamoroso

En febrero, el mundo lamentó la muerte de Thomas, el ganso de 40 años del Wellington Bird Rehabilitation Trust en Nueva Zelanda. El famoso ganso surgió a la fama cuando formó una relación con un cisne negro llamado Henry, y la feliz pareja interespecie se quedó unida por más de 20 años. Fue entonces que una cisne llamada Henrietta entró a escena y reclamó el corazón de Henry.

O no, a juzgar por lo que ocurrió. A pesar de que Henrietta y Henry formaron un nido, Thomas se quedó. De hecho, ayudó a recibir al hijo de Henrietta y Henry, haciendo de padre para no menos de 68 de sus polluelos. Para deleite de los avistadores de aves locales, el throuple —como la gente poliamorosa llama a las relaciones entre tres personas— podía verse a menudo por el lago Waimanu con sus hijos.

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Por desgracia, Henry murió a la edad de 30 años y Henrietta cambió a Thomas por otra pareja, dejándolo solo para lamentar la pérdida de su primer amor. Thomas perdió la vista, víctima de cataratas, por su avanzada edad, pero siguió siendo un querido residente en Wellington Bird Rehabilitation hasta su muerte.


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"Gracias, Thomas, por demostrarnos que hay vida después de la vista", escribieron sus cuidadores en Facebook. "Fuiste una verdadera inspiración para el trabajo que hacemos y las cosas que podemos conseguir para los animales de nuestro centro".

Szenja, la osa polar lesbiana que murió por un corazón roto

Cuando SeaWorld San Diego trasladó a su osa polar de 21 años, Snowflake, al Pittsburgh Zoo & PPG Aquarium para propósitos reproductivos, probablemente no anticiparon la muerte de su única osa polar, la solitaria Szenja.

Habiendo dicho eso, el mensaje estaba claro para cualquiera que sepa lo mínimo sobre lesbianas: Snowflake y Szenja eran una pareja comprometida. Después de todo, han vivido y devorado carne cruda juntas durante 20 años y eran famosas entre los visitantes por sus jugueteos en el agua. (Incluso hubo una petición a SeaWorld para no separar a las "mejores amigas".)

De todas formas, SeaWorld San Diego continuó con las transferencia y Szenja comenzó a mostrar signos de salud dañada, incluyendo apatía y falta de apetito. Murió dos meses después víctima de lo que Los Angeles Times describió como una "breve enfermedad sin explicación".

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"Szenja murió del corazón roto", dijo Tracy Reiman, vicepresidenta ejecutiva de PETA, a San Diego Union-Tribunel. "Después de perder a su compañera desde hace 20 años, cuando SeaWorld trasladó a Snowflake al zoológico de Pittsburgh para que nacieran más osos polares miserables, Szenja hizo lo que cualquiera cuando perdió toda esperanza: se rindió”.

SeaWorld ha negado que Szenja muriera de un corazón roto.

Nigel el alcatraz y su amante artificial

En otra historia de amor desde Nueva Zelanda, este mes fue testigo de la pérdida de Nigel, un alcatraz común australiano que se enamoró de una réplica de un alcatraz de concreto. Las aves de imitación fueron colocadas por los cuidadores que esperaban alentar al resto de los alcatraces para que poblaran la isla, pero Nigel fue el único que escuchó el llamado del amor.

En 2013, Nigel llegó a Mana Island e inmediatamente comenzó a cortejar a una de las 80 esculturas que había en las costas. Intentó acariciarla, construir un nido e incluso hablaba con ella. Aún después de que tres alcatraces de carne y hueso llegaran a la isla, Nigel siguió fiel a su compañera inmóvil. "Nigel era muy leal a la colonia", dijo el jefe del Departamento de Conservación, Chris Bell, quien encontró su cuerpo en medio de su familia de concreto.


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Aún después de su muerte, Nigel enfrentó el escarnio público por haber escogido esa pareja. "Ni siquiera las aves de concreto te quieren, Nigel” dijo un usuario en Twitter. “Deja de sufrir por un ave que no está interesada”.

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“Este es quizá el PEOR tuit que alguien haya tuiteado jamás", respondió otro usuario. “Bien hecho”.

¡Sin importar lo que pienses acerca de una relación entre un alcatraz australoasiático y una réplica de concreto, reflexiona: ¿Cuándo fue la última vez que alguien acarició tus plumas sin que lo pidieras?

Grape-kun el pingüino y su novia de anime

En 2017, el pingüino de Humboldt Grape-kun se conviritó en la atracción del Tobu Zoo en Japón cuando se enamoró por completo de una figura de cartón de un personaje de anime. Cuando la introdujeron en el reciento de Grape-kun después de que una pingüino real lo hubiera botado, Hululu sólo estaba pensada para promocionar la serie japonesa Kemono Friends, donde interpreta la personificación antropomorfa de un pingüino. Pero Hululu y Grape-kun econtraron el amor.

Después de pasar semanas con el corazón roto, Grape-kun creó una conexión con Hululu. Incluso comenzó a mostrar el típico comportamiento de apareamiento con Hululu, como estirar sus alas alrededor de ella. Cuando los cuidadores intentaron retirar a Hululu durante un tifón para asegurarse de que no saliera volando, la desesperación de Grape-kun los obligó a regresarla pronto. Los visitantes comenzaron a reunirse alrededor del recinto para tomar fotos de Grape-kun mientras miraba amorosamente a su novia de cartón y hasta crearon fanart de la pareja.

Si bien una amante de cartón es para siempre, por desgracia los pingüinos de Humboldt no. En octubre del año pasado, el Tobu Zoo anunció la muerte de Grape-kun a los 20 años: "Agradecemos sinceramente a todos los que lo apoyaron hasta hoy", dijo el zoológico en Twitter. "Gracias también a Hululu, quien lo cuidó hasta el último momento”.

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Foto vía Public Domain Pictures

Las gaviotas lesbianas de los 70

En 1977, los científicos Molly y George Hunt publicaron una investigación sin precedentes que introdujo al mundo la idea de la homosexualidad entre animales. Luego de notar una pareja de gaviotas hembras que tenían su nido en la costa de California, se dieron cuenta de que la pareja estaba criando polluelos juntas y no eran las únicas.

Más investigaciones demostraron que el 14 por ciento de las parejas de gaviotas en la isla eran hembras comprometidas en una relación monógama y muchas de ellas criando sus propios hijos. (Las gaviotas hembras salen en busca de machos para procrear, pero siempre regresan con su pareja del mismo sexo para cuidar a los polluelos.)

Por desgracia, eran los 70 y el mundo no estaba listo para las gaviotas lesbianas. Los políticos conservadores intentaron coartar su financiamiento del fondo nacional de Estados Unidos y un grupo civil anunció que, en contraste con las gaviotas blasfemas de la Costa Oeste, "el 100 por ciento de las gaviotas de Nueva York eran heterosexuales”.

La reacción del público no detuvo a los científicos de asegurar que las gaviotas lesbianas no eran extrañas;las parejas observadas fueron capaces de permanecer en relaciones comprometidas y criar su propia descendencia. “Las parejas hembra-hembra se quedaron juntas año tras año. Y aquellas fecundadas pudieron criar perfectamente a sus polluelos", dijo George Hunt a Quartz algunas décadas después. "La extrema derecha estaba muy nerviosa”.