Un pedófilo habla sobre qué se siente ser el blanco de justicieros
Foto superior vía Barcroft / Getty Images.

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Un pedófilo habla sobre qué se siente ser el blanco de justicieros

Todd Nickerson se siente atraído por los niños, pero dice que nunca ha abusado de ninguno.

Este artículo se publicó originalmente en VICE Canadá.

Todd Nickerson es un virgen de 43 años.

El diseñador gráfico, que tiene el cabello rubio oscuro hasta los hombros, un poco de calvicie al frente, y una prótesis en la mano derecha, vive solo en una casa móvil cerca de Savannah, Tennessee. Durante mucho tiempo permaneció encerrado y aislado, porque escondía un secreto: se sentía atraído por los niños.

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Nickerson es un pedófilo.

Por definición, significa que le excitan los niños prepúberes (en su caso, las niñas). Sin embargo, Nickerson le cuenta a VICE que eso no significa que sea un abusador de niños y subraya que nunca ha seguido ni seguirá sus impulsos.

"Tuve que sobreponerme a muchas mentiras que dice la sociedad, esta idea de que estás condenado a cometer el crimen", comenta en una entrevista telefónica. "Tuve que decirme a mí mismo: 'No, no, no lo estás, tienes control sobre eso'. No somos esclavos de nuestras hormonas".

Debido al estigma que rodea a la pedofilia, es difícil saber a cuántas personas afecta, aunque los expertos han estimado que es del 0.5 al 2 por ciento de la población general. Pero no todas las personas que cometen crímenes sexuales contra los niños son pedófilos. De hecho, según estudios, entre el 40 al 75 por ciento no lo son. Sin embargo, cuando se trata de pornografía infantil, cerca del 80 por ciento son pedófilos.

"Hay personas que son pedófilas, saben que se sienten atraídas por los niños, y nunca tocan a un niño, nunca descargan ningún tipo de pornografía infantil, nunca rompen ningún tipo de ley", dice James Cantor, un psicólogo clínico y científico del comportamiento sexual radicado en Toronto que ha estudiado la pedofilia durante 20 años.

"También funciona al revés, hay personas que abusan de niños, que cometieron crímenes y victimizaron a alguien a pesar de que sexualmente prefieren a los adultos". Según Cantor, a estas personas se les conoce a veces como delincuentes sexuales sustitutos. Usan a los niños para reemplazar una pareja sexual adulta.

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El doctor James Cantor es un destacado experto en pedofilia. (Fotograma vía "Age of Consent").

Esta distinción rara vez se discute en público, en parte porque nadie siente mucha simpatía por un pedófilo. Recientemente, los autodenominados "cazadores de pedófilos" como Creep Catchers han enviado un mensaje al etiquetar a la mayoría de las personas que humillan en línea como "pedófilos".

Ryan Laforge, presidente de Surrey Creep Catchers, le dice a VICE que en su opinión, un tipo que quiere andar en bicicleta con un adolescente es tan pedófilo como alguien que le pide fotos desnudo.

"Tengo mayores preocupaciones que perder el sueño con ese detalle menor", comenta.

Laforge y justicieros como él operan mediante la publicación de perfiles en Craigslist y sitios de citas, en los que pretenden tener al menos 18 años y más tarde informan a los adultos que expresan interés en ellos que en realidad son menores de edad, por lo general entre los 14 y 15 años. Durante las conversaciones subsiguientes, envían fotos de personas que parecen jóvenes, tomadas de voluntarios. Las personas en las imágenes en realidad son mayores de 18 años, pero la mayoría de las veces eran más jóvenes cuando se tomaron las fotos, aunque no hay un estándar establecido sobre la edad.

Cantor dice que el rango de edad ideal para un verdadero pedófilo sería de los 10 años para abajo, mientras que los hebéfilos se sienten atraídos por los niños de alrededor de 11 a 14 años.

Las personas que se sienten atraídas por los niños en los últimos años de la adolescencia, entre los 15 y 16 años, son técnicamente efebófilos y no se considera que tengan ningún tipo de trastorno mental. Con base en las tácticas utilizadas por los justicieros, la mayoría de las personas que atrapan son hebéfilos o efebófilos, dice Cantor.

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"Parece que pocos serían considerados pedófilos".

Los informes de los medios de comunicación que a menudo confunden a los pedófilos con los abusadores de niños exacerban la confusión.

Pero Nickerson dice que hay muchos pedófilos que no tienen interés en herir a los niños.

Su propia comprensión de que era un pedófilo llegó con el tiempo.

Nickerson, que nació sin su mano derecha, cuenta que un amigo de la familia abusó de él cuando tenía siete años. Cree que ambos factores podrían haber contribuido a su sexualidad (la investigación demuestra que los pedófilos tienen más probabilidades de ser zurdos).

"Pienso que en algún nivel me identifiqué más con mi abusador que con los varones de mi familia. Él era muy gentil y claramente estaba interesado en mí", explica Nickerson.

Todd Nickerson dice que abusaron de él cuando era niño. Foto enviada.

Recuerda estar en el sexto grado, junto con tres o cuatro chicos de su clase, discutiendo qué niñas les gustaban.

"A los otros chicos de mi grupo les gustaba una chica en particular que era la más desarrollada de nuestra clase. No me atraía en absoluto", dice. "La chica que me gustaba era la niña pequeña y menos desarrollada".

No obstante, al tener 12 años, no pensaba mucho en eso. La revelación llegó cuando tenía 13 años y estaba en casa de sus abuelos. Recuerda estar sentado dibujando en la sala cuando el vecino de sus abuelos los visitó con su hija de siete años.

"Miré hacia arriba y esta niñita estaba parada junto a mí, viéndome dibujar. Entonces me llegó de golpe, 'wow'", aclara. "En ese momento me di cuenta. Era un poco diferente a sentirse atraído por la chica menos desarrollada de tu clase".

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De acuerdo con Nickerson, lo que siguió fue un período de profunda negación, incluyendo visitas a la iglesia donde rezó para que Dios "me quitara esto".

El pedófilo Todd Nickerson, en el quinto grado, dice que se sentía atraído por las niñas menos desarrolladas cuando él era un pre-adolescente. Foto enviada.

Luego, cuando tenía 18 años, dice que se enamoró de una niña de cinco años a la que cuidaba, la hija de un amigo de la familia.

"Ella se quitaba la ropa y corría por la casa", cuenta. "Esa chica fue la única vez en mi vida que me enfrenté a la tentación real".

Nickerson dejó de cuidar niños y se fue de la ciudad, al darse cuenta de que ya no podía fingir que sus deseos no existían. En vez de esto, mantuvo la guardia en alto para no engañarse a sí mismo creyendo que un niño podía corresponder sus sentimientos.

"Había días en que tenía pensamientos suicidas, en los que me despertaba y eso era todo en lo que podía pensar".

Nickerson también ha intentado —sin éxito— tener relaciones adultas. Cuando tenía 20 años, dice que salió con una mujer que era seis años mayor que él, pero no había química sexual. En la universidad, que comenzó a la edad de 25 años, cuenta que no salió con nadie en absoluto.

"Cuando dos adultos están flirteando, hay un intercambio implícito y señales no verbales, pero no soy bueno para leerlas porque simplemente no me siento atraído por ellas". Cuando se graduó, Nickerson confiesa que entró en pánico.

"Se me ocurrió que a pesar de que había aceptado mi atracción, durante un tiempo tuve la idea de que podía casarme y formar una familia y tener una vida normal", comenta. "Me di cuenta de que eso nunca sucedería".

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Nickerson dice que experimentó distintas etapas de duelo, incluyendo una depresión seria. Para empeorar las cosas, un primo había encontrado algunos apuntes de un diario en los que Nickerson admitía ser un pedófilo, así que sabía que era sólo cuestión de tiempo antes de que el resto de su familia se enterara.

"Había días en que tenía pensamientos suicidas, en los que me despertaba y eso era todo en lo que podía pensar", dice.

Desesperado por algún tipo de consuelo, se refugió en Girlchat en 2005, un foro en línea para pedófilos que en su mayoría están a "favor del contacto": la idea de que las leyes de consentimiento deben cambiarse para que el sexo con menores sea legal. Aunque dice que ese punto de vista lo hacía sentirse incómodo, la mentalidad de "culto" lo absorbió.

"De alguna manera me entregué. Fue un poco como decir: Esta es mi gente".

Al cabo de un año, cuenta que él mismo se expuso en el foro, al revelar su nombre verdadero.

"Tenía la mentalidad de que iba a morir pronto de todos modos, que iba a quitarme la vida. Realmente no me importaba". Dice que fue liberador y que incluso creó una página autobiográfica en línea en la que admitía que era un pedófilo; la compartió con sus padres.

"Realmente no querían abordar el tema", explica. Eventualmente, sin embargo, dijo que llegaron a aceptarlo. "Mis padres sabían que no iba a lastimar niños". Actualmente dice que no está cerca de los infantes, ya que la mayoría de los niños de su familia han crecido.

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En la universidad, Todd Nickerson dice que no fue capaz de mantener ninguna relación adulta. Foto enviada.

Pero poco tiempo después, un grupo de justicieros llamado Perverted Justice, que se asoció con Dateline para filmar To Catch A Predator, se infiltró en Girlchat y encontró la información de Nickerson. La hicieron pública y pusieron su nombre y sus fotos en un sitio llamado Wikisposure. Dice que también llamaron a la gente de su localidad y esparcieron mentiras, como que poseía pornografía infantil o que distribuía folletos con su rostro.

Nickerson perdió su trabajo en Lowe's. Su padre también perdió su empleo cuando sus jefes se enteraron del asunto.

"Literalmente hicieron mi vida tan miserable como pudieron", dice. Según Nickerson, la humillación pública duró años.

Temía ser atacado físicamente, pero eso nunca sucedió. También afirma que los policías nunca lo acusaron de ningún delito.

Sin embargo, Nickerson cuenta que un aspecto positivo de que publicaran su información es que pudo salir de Girlchat. Ahora es moderador de Virtuous Pedophiles, un grupo cerrado de apoyo en línea para pedófilos que dicen estar comprometidos a no cometer delitos. Uno de los organizadores le dijo a VICE que el grupo tiene actualmente 1,845 miembros.

A la luz de sus experiencias, Nickerson dice que hay que tener cuidado con los justicieros. Es por ese motivo que hace eco de las preocupaciones de las autoridades que dicen que los justicieros no se rigen por normas y no tienen una ética a la cual apegarse.

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"Pueden decir lo que quieran. Si alguien va a encontrarse con un menor, no es realmente una persona completamente inocente ni nada parecido", admite. "Pero sé que en algunos casos [los justicieros] abusarán de la gente, la obligarán a hacerlo. No sabemos que no lo están haciendo".

Todd Nickerson no tiene problema en revelar su estatus como un pedófilo no criminal. Foto enviada.

Pero también cree que perpetuar el estigma de los pedófilos puede poner en peligro a los niños.

"Los verdaderos pedófilos tienen esa idea metida en la cabeza, empiezan a creer los mitos. Se convierte en una profecía autocumplida para ellos", dice. "La sociedad piensa que somos la escoria de la tierra", añade Nickerson.

El doctor Cantor refuerza esta teoría. Dice que muchas veces las personas cometen delitos después de mucho tiempo de intentar abstenerse.

"Con frecuencia saben que hay algo, que son diferentes, y no quieren actuar en respuesta a ese deseo, pero se convencen a sí mismos de que no es tan malo, que una circunstancia particular es una excepción, que un niño en específico está más desarrollado y sabe más sobre lo que está pasando", explica.

Una vez que la persona ha sido arrestada, sin embargo, sirve como una llamada de atención, y se puede buscar tratamiento, a veces tras las rejas.

Cantor dice que apoya la idea de querer prevenir el abuso sexual contra los niños, pero cree que las tácticas de humillación de los justicieros son contraproducentes.

"Si alguien está navegando la red en busca de un compañero inapropiadamente joven y de repente piensa 'Mira lo que estás haciendo', para mí esa es una oportunidad para que esta persona, que ahora ha sido confrontada, empiece a pensar… '¿Quieres hablar con alguien sobre esto? ¿Quieres que un terapeuta te ayude a lidiar con estos sentimientos que no puedes expresar de manera pública?'" comenta.

"En lugar de humillarlos públicamente, llevarlos más hacia el suicidio y la depresión, que básicamente sólo conducen a las personas hacia un lugar donde nadie puede apoyarlas". Las leyes de notificación obligatoria en Canadá, las cuales requieren que un terapeuta informe sobre un cliente que es pedófilo si cree que un niño está en riesgo, hacen que sea aún más difícil que los pedófilos hablen, observa Cantor.

Laforge admite que Creep Catchers podría llevar a los depredadores a esconderse. Sin embargo, piensa que esto es prueba de que se necesitan más personas como él, "hasta que no haya ningún lugar a dónde puedan ir".

Señala que puede respetar a alguien como Nickerson: un pedófilo que no comete crímenes y que es honesto sobre su condición para que todo el mundo a su alrededor lo sepa. Pero cree que Creep Catchers es necesario para las personas que no son tan comunicativas.

"Al menos la gente puede decir 'OK, ves a este tipo en la escuela, lo ves en un parque, lo ves en la alberca o algo así, al menos sabes que puedes vigilar mejor a tus hijos'".

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