Ron y pop tarts: nuestras mochilas de emergencia son una mierda

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Ron y pop tarts: nuestras mochilas de emergencia son una mierda

Comparamos la mochila de emergencia recomendada por las autoridades con lo que algunas personas sacaron consigo cuando tembló.
Paula Thomas
fotografías de Paula Thomas

El terremoto del 19 de septiembre nos recordó que debemos estar preparados para cualquier emergencia. En una ciudad en donde los sismos nos tienen durmiendo con un ojo abierto, las autoridades han recomendado tener a la mano la "mochila de 72 horas" que te ayudará a sobrevivir durante los primeros tres días en caso de un desastre. Idealmente, esta mochila debe tener artículos de aseo, abrigo, alimentación y comunicación. Debe ser espaciosa, con bolsillos y pesar aproximadamente ocho kilos.

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Los artículos con los que contaría una mochila de emergencias ideal serían los siguientes: agua, un botiquín, bolsas plásticas, barras de cereal, una manta, papel higiénico, ropa extra, una copia de tus llaves, un silbato, encendedor, cinta adhesiva, una linterna y un radio de pilas.

Más o menos así es como debería verse el contenido de una mochila de emergencia:

Pero la vida real no funciona así. Incluso después del sismo de 8.2 grados ocurrido unos días antes, pocas personas en realidad contábamos con una de estas mochilas. En cambio, la mayoría de nosotros volteamos a nuestro alrededor, agarramos nuestro celular y salimos a ver cómo la ciudad se doblaba ante el terremoto. Y cuando el piso se calmó y tuvimos la oportunidad de volver a nuestras casas por artículos vitales, demostramos no tener idea de lo que en realidad se necesita para enfrentar un desastre. Aquellos que no vivimos el terremoto de 1985 no tenemos una verdadera cultura de prevención porque nunca habíamos experimentado un sismo con estas consecuencias.

El martes pasado, después del temblor, cientos de personas se reunieron en el Parque México en la colonia Condesa para reunirse con sus familiares y amigos mientras esperaban a ver qué sucedía con sus hogares. Aunque algunas de estas personas llevaban mochilas preparadas, listas para salir en caso de emergencia, otras simplemente regresaron a sus departamentos y recogieron algunos víveres para pasar la noche fuera de casa.

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Estas son las cosas que algunas personas sacaron de su casa para sobrevivir tras el sismo.

Quizá falta pensar en alimentos, pero llevar tus documentos es una idea brillante, sobre todo si tu edificio está moviéndose.

Amria Vanessa, 33 años
Tiene una maleta en la entrada de la recámara.

Está bien si quieres sobrevivir a base de parecetamol. Y nunca está de más una película familiar por si tienes que caer con alguien que todavía utiliza un DVD.

Susana, 42 años
Tiene una maleta junto a la entrada de su casa.

Este sea quizá la más útil de todas las mochilas de emergencia. Fruta, cacahuates, una linterna y una radio de baterías, pañales y gel antibacterial.

José Antonio, 66 años
Tiene una maleta en la entrada de su casa.

Básico pero efectivo. Siempre es bueno pensar en tu perro, y en tu cabello.

Enrique, 35 años
No tiene ninguna maleta preparada. Esto es lo que agarró al regresar a su casa después del temblor por si debía pasar la noche fuera de su casa.

Comida, identificación y medicina. Puede que las pop tarts no calienten como una manta o alumbren como linterna, pero sin duda son una buena ficha de cambio.

Enrique Pablo, 23 años
No tiene ninguna maleta preparada. Esto es lo que agarró al regresar a su casa después del temblor por si debía pasar la noche fuera de su casa.

Esta es la mochila que haces con la confianza plena de que algún amigo te dará asilo.

Jorge, 26 años
No tiene ninguna maleta preparada. Esto es lo que agarró al regresar a su casa después del temblor por si debía pasar la noche fuera de su casa.

¿Neta, ron? ¿Por qué te molestarías en regresar a tu casa por un balón de rugby?

David, 30 años

No tiene ninguna maleta preparada. Esto es lo que agarró al regresar a su casa después del temblor por si debía pasar la noche fuera de su casa.