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Balls Deep

Las guerrilleras de Kurdistán

Pocas cosas perturban más a la mente masculina que una mujer armada. Los kurdos en el norte de Irak lo saben y han decidido sacarle provecho a esto en su lucha por construir un estado kurdo que abarca partes de Irak, Irán, Turquía y Siria.

Pocas cosas perturban más a la mente masculina que una mujer armada. Los kurdos en el norte de Irak lo saben y han decidido sacarle provecho a esto en su lucha por construir un estado kurdo que abarca partes de Irak, Irán, Turquía y Siria. Al pelear junto a sus contrapartes masculinas en una región que ha visto pocos avances en términos de los derechos de las mujeres, las peshmerga del Movimiento de Liberación Kurdo se construyeron una reputación en los setenta y ochenta como endiabladas seductoras con la desenvoltura asesina de Leila Khaled.

Tras tomar el control del norte de Irak después de la primera guerra del golfo, los kurdos han pasado las últimas dos décadas despojándose de su pasado guerrillero, construyendo una economía estable y en crecimiento dentro de su pequeño territorio autónomo y, en general, disfrutando el no estar involucrados en la actual guerra en Irak. Sin embargo, en las montañas junto a Irán y Turquía, la lucha por esa Gran Kurdistán continúa.

Los sucesores de las viejas milicias rebeldes del Kurdistán iraquí son una mezcla de ejércitos guerrilleros maoístas, cuasi-maoístas, y no-vamos-a-aceptar-que-somos-maoístas. Tenemos al PKK, el PJAK, el KCK; todos con estrategias, territorios e ideologías diferentes, pero con el mismo objetivo y, en secreto, el mismo personal. Más importante aún, todos defienden la igualdad de género, justo como quería Mao. Desde el comandante de más alto rango hasta la persona que pela las papas o el francotirador en la línea de fuego, hombres y mujeres hacen todo por igual.

Tomamos al más joven de estos grupos guerrilleros, el PJAK, el partido Vida Libre para Kurdistán, y manejamos hasta su puesto de control en la frontera con Irán para ver cómo sus guerrilleras ayudan a su gente a responder esa gran pregunta kurda que ha asediado a la política en Medio Oriente desde hace un siglo. Y con suerte encontrar una respuesta a nuestra propia pregunta kurda: ¿Cuál es la maldita gran pregunta kurda?