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Cultură

The Police Tapes te quita la nostalgia por el Nueva York de los setenta

La gran manzana podrida era un infierno.

Cuando la gente habla de películas clásicas que reflejan lo aterradora que era la Ciudad de Nueva York en los setenta, siempre mencionan películas de ficción como Taxi Driver, Midnight Cowboy, The French Connection, y muchas otras. Sin embargo, no tienes idea de lo terrible, brutal y corta que era la vida en la gran manzana podrida de aquellos días, a menos de que hayas visto el sobresaliente documental, The Police Tapes.

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Filmada en 1976 por el legendario dúo Alan y Susan Raymon (esposos), The Police Tapes sigue a los oficiales del Precinto 44 en el sur del Bronx; una zona que en esos momentos tenía la tasa de criminalidad más en la ciudad. Durante tres meses, acompañaron a los oficiales mientras se enfrentaban a ciudadanos frustrados por constante decadencia urbana. Entre redadas a departamentos y cacerías nocturnas, los policías hacían su mejor esfuerzo por conservar su cordura en una ciudad al borde del colapso.

¿Ubicas cómo la gente siempre piensa que la época dorada de Nueva York fue en los setenta? Adivina qué: era un infierno. Y los Raymonds lo tienen todo en video. Este domingo se proyectó la película, Bronxsploitation en Spectacle Theater Williamsburg, Brooklyn.

En honor a ello, platiqué con Alan y Susan. Aunque los cineastas son responsables de producciones legendarias como su cinta debut de 12 horas y un clásico de PBS, An American Family An American Family, y de haber ganado desde oscars hasta premios Peabody, The Police Tapes sigue siendo muy especial para ellos. Esto es lo que me dijeron sobre la película que los hizo rondar por las calles del Bronx a las tres de la madrugada.

VICE: ¿Cómo surgió The Police Tapes?
Alan Raymond: Después del éxito de An American Family An American Family y el enorme entrenamiento verité que vino con ella, dijimos: “Nunca volveremos a trabajar para alguien más”. Queríamos producir, y los únicos que nos dieron una oportunidad fueron los de TV Lab en la estación neoyorquina de PBS, el Canal 13. Tenían a personas como Nam June Paik, Ed Emshwiller, DCTV, TVTV… todos ellos íconos de la contracultura haciendo películas..

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¿Cómo la filmaron?
Usamos estas videograbadoras que apenas comenzaban a llegar a Estados Unidos de Japón. La primera fue la PortaPak. Creo que Nam June Paik trajo el equipo original de Japón, el que usamos para la película. El equipo estaba montado con cinta de aislar. Cuando empezamos a hacer las pruebas, nos dimos cuenta de que ni siquiera funcionaba de día. Teníamos esta imagen rara en la que el verde de los árboles se veía blanco. Así que tuvimos que pensar en algo que pudiéramos hacer de noche. Algo como un film noir.

Susan: Alan decidió que haríamos una película policiaca porque era un género relevante para la televisión, y el único show policiaco en televisión era Barney Miller, que era una comedia bastante estúpida.

¿Cómo hicieron para que los policías aceptaran?
Alan: Fuimos a cuartel de la policía y de inmediato nos dijeron que no. Como esto fue antes de Cops y todos esos programas, no tenían un punto de referencia.

Susan: Además, tenían esta imagen negativa de los sesenta, de ser llamados “cerdos”, y parecíamos gente de la contracultura, así que no nos sorprendió demasiado.

Alan: BPero resultó que tenía un amigo de la prepa que se volvió policía y él me sugirió que hablara con este hombre llamado Anthony Bouza, quien era el jefe en el Bronx.

Susan: Bouza conocía la historia. Sabía que el lugar se caía a pedazos. Y la prensa nunca iba al sur del Bronx. Uno podía ver los incendios desde la carretera. Así que Bouza estaba feliz de tener a alguien ahí, y sabía lo que íbamos a ver. Así que aceptó.

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Durante las entrevistas en la película, Bouza realmente explica las razones detrás del deterioro del Bronx. Era increíblemente elocuente para un jefe de policía. No hay muchos policías que citen a Aristóteles.
Susan: Fuimos afortunados de conocerlos. Conoces a personas que trabajan en una situación pública, y saben que todo está saliendo mal y ellos quieren que tú lo sepas.

Si sólo todos los policías fueran así de honestos.
Alan: Sí cuando llegamos a la estación con nuestras cámaras, nos enfrentamos con la realidad número dos: La Muralla Azul del Silencio. Nadie quería estar en la película. Así que nos quedamos ahí parados durante dos semanas. Ni siquiera mi amigo de la prepa quería aparecer en cámara.

¿Cómo lograron convencerlos?
Susan: Había un oficial probando patrullar él solo. Era algo que nadie se atrevía a hacer porque era demasiado peligroso. Sabíamos que habría lugar para nosotros, así que el sargento le preguntó si nos dejaría acompañarlo y dijo que sí. Salimos una noche completa con éste oficial y no pasó nada hasta el último minuto. Vio como un güey se robaba un auto. Lo arrestó y lo echó en la parte de atrás con nosotros. El güey se puso violento y nos pateó en la cabeza.

Dios.
Alan: El oficial lo tuvo que noquear con su linterna. Este fue nuestra primera prueba de fuego.

Susan: Cuando los oficiales se enteraron, tuvimos que llenar un reporte y naturalmente dijimos que el heroico oficial nos había salvado la vida.

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Alan: También entendieron que estábamos filmando un evento muy fuerte y no se metieron con ello.

Entones eso los hizo quedar bien con los policías.
Susan: Fue cuando las compuertas se abrieron. Vimos todo: muertes, homicidios, francotiradores… Las Panteras Negras estaban en su escondite y los policías no llevaron a ver el lugar después de que los atraparon. Aparecían güeyes en La lista de los más buscado de Estados Unidos y nos decían: “Vengan con nosotros, ¡hoy saldremos ahí!”

Alan: Saltaban del coche para responder a algo, y a veces para decirnos: “Entren al edificio con nosotros”. O a veces decían: “No creo que esto sea seguro. Podría haber un hombre armado. Esperen en la calle”. Así que ahí estábamos, esperando bajo un poste de luz en una esquina del Bronx a las tres de la madrugada. Fue un poco aterrador.

Susan: Una vez que sobrevives a 90 días de eso, puedes ir a cualquier lugar.

¿Qué impacto tuvo eso sobre ustedes como cineastas?
Susan: Ahí fue cuando empecé a pensar que deberíamos hacer películas sobre problemas sociales y es lo que hemos hecho desde entonces. Nos convirtió en periodistas más agudos porque vimos las complejidades de la situación. No hay una solución fácil para lo que está ocurriendo aquí. Y es tu derecho y tu privilegio mostrarle al mundo que se trata de un problema serio que necesita de su atención.

En toda la película se ve como aumenta la tensión entre la policía y la gente, y hay una parte en la que éste policía tiene un arranque y saca a una mujer histérica de su auto, la somete contra el piso, y le grita: “¡Cállate!” ¿Hubo algún momento en el que sintieran que la policía se excedía con sus acciones?
Alan: Esa es una pregunta complicada. El papel de los cineastas documentales no es juzgar a las personas. Es mirar como espectador. Estoy seguro que muchos de los que ven esa escena dicen: “Me alegra tanto que haya sacado a esa mujer del auto, haya golpeado su cabeza, y le haya dicho que se callara”. Y la otra mitad dirá: “Dios mío. Brutalidad policiaca”.

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¿Quién tiene razón?
Alan: Creo que tienes que ver la situación como una combinación de distintos elementos. Pero cuando vas a una proyección, como espectador, llevas contigo tus propias creencias, prejuicios, todo… y entonces la película, que en teoría es un espejo de la sociedad que se refleja sobre ti, desata una serie de reacciones.

Filmaron durante 90 días, editaron todo, y se lo presentaron a PBS Nueva York. ¿Qué pasó después?
Alan: : ¡Salió en la estación de Nueva York y los directores de PBS estaban furiosos! “¿Están dejando que gente con cámaras y sin años de experiencia periodística salgan a las calles y después lo sacan al aire?” Tienes que entender como funcionaban las cadenas de noticias. Era un escenario en el que todos se sentían amenazados por los productores independientes, porque empezaba a surgir todo este asunto sobre la democratizador de los medios. El chiste fue que hicimos The Police Tapes y ganó un duPont, un Peabody, y un Emmy después de salir en la estación de Nueva York, y entonces PBS dijo: “No queremos sacarlo”. La excusa fue que se trataba de un video en formato pequeño y que no cumplía con las especificaciones.

Susan: Pero fue sólo otro intento por frenar el acceso a los independientes. Lo hermoso de la historia es que Pamela Hill de ABC News vio los premios y dijo: “Bien, ya ganaron la corona triple. Quiero comprar su video y ponerlo en ABC News como uno de nuestros Closeups. ¿Podrían hacerlo de 50 minutos?” Esas llamadas no se reciben todo el tiempo. Era su primera adquisición independiente. Y después, para nuestra suerte, nos contrataron como productores durante tres años.

Es increíble que hubiera tanta oposición a lo que estaban haciendo.
Alan: También hubo un poco de controversia en las prensa. Y nos agarraron un par de veces diciendo: “Al carajo con CBS News y su tradición”. El equipo verité había invadido a las cadenas de noticias.

Y la subsecuente invasión cambión la televisión de forma muy significativa. The Police Tapes fue una gran influencia para Hill Street Blues y _Cops _y,__ junto con An American Family, ayudó a esa transición televisiva hacia lo real.
Susan: Eso es algo que realmente no nos importa. El hecho de que hayamos inspirado The Real World no es nada de que estar orgulloso.

Alan: Creo que a lo largo de los años ha erosionado las percepciones del público sobre lo que un buen documental debe ser. Los programas policiacos actuales son horribles. Mantienen ese escenario de “nosotros contra ellos”, así como la idea de que existe una clase criminal que necesita ser vigilada. Son muy simplistas en términos de su punto de vista sobre la ley y el orden, y me parecen iguales que ese terrible programa de MSNBC, Lockup, que básicamente sataniza a todos aquellos que están en prisión; muchas de estas personas están ahí por razones mucho más complicadas de lo que aparentan. Creo que es una visión muy simplista sobre el crimen y castigo en Estados Unidos.