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¡No tires tu sangre menstrual! Al parecer tiene muchas propiedades

Hablemos de un tabú: la menstruación. Con ella crecen las plantas y se hacen mascarillas faciales. Mujeres argentinas cuentan su experiencia y nos brindan su conocimiento
Foto por Paloma Navarro

Artículo publicado por VICE Argentina

Históricamente toda la sangre que vuelve a la tierra es una herida abierta, proviene de la guerra, es consecuencia de una masacre, de un conflicto, son hormonas muertas. Sin embargo, un cuerpo menstrual es capaz de dar una nueva ofrenda a la pachamama. Estamos hablando de la reutilización de la menstruación, de hormonas vivas que sirven para generar y regenerar otra cosa.

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Pocas mujeres nos preguntamos qué podríamos hacer con nuestra sangre, ya que socialmente nos enseñaron que la menstruación se desecha, es un tabú, es algo de lo que no se habla y mucho menos se ve, se toca, se huele. Nuestros recuerdos más cercanos se relacionan a un resto que hay que tirar a la basura.

La sangre menstrual es un fluido del cuerpo que tiene propiedades que en principio las mujeres desconocemos. Durante muchos años los científicos se han concentrado en estudiar la sangre que pasa por nuestras venas, pero ¿qué pasa con nuestra menstruación? cuando hablamos de sangrado menstrual creemos que lo único que estamos liberando es sangre en un 100 por 100, sin embargo, la menstruación está compuesta de agua, diversas células muertas del endometrio, lípidos y proteínas. Son pocas las personas que están estudiando su composición, gracias a la utilización de la copa menstrual, que permite la acumulación del sangrado. Antes no había más alternativa que la utilización de artefactos absorbentes, como los tampones o las toallas descartables, pero eso es parte del pasado.


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En VICE hablamos con algunas mujeres que no sólo practican la reutilización de la sangre menstrual, sino que trabajan con ella y evangelizan el conocimiento del cuerpo, el ecofeminismo, otra corriente feminista basada en el autoconocimiento.

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Cecilia tiene 34 años, es doula, terapeuta holística y da talleres y círculos en Somos Cíclicas para reconectar con el útero y el ciclo menstrual

Cecilia

Le doy la derecha a la copa menstrual, si bien no es lo que más me gusta a mi, es lo que te permite tocar la sangre y observar que la menstruación tiene un montón de agua, moco cervical (flujo) y saber que está compuesta por células madres, que tiene lípidos, proteínas y un montón de hormonas vivas, como la progesterona.

La sangre menstrual se puede reciclar y reutilizar con métodos alternativos y con métodos más ecológicos, cómo son las toallas ecológicas o la copa. Los otros métodos generan mal olor porque no circula el aire. En cambio, la utilización de métodos que permiten la oxigenación continua hace que concientices lo que el cuerpo expulsa. La bulba que no se oxigena genera picazón, hongos y demás.


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Los cuerpos menstruales tenemos la capacidad de limpiarnos mes a mes a través de la sangre. En principio, la sangre se puede usar como abono porque tiene una gran cantidad de células madres, es un nutriente natural, un abono orgánico, pero no se hace directamente con la sangre, lo que se hace es disolverla con medio litro de agua y ahí se tira a la planta. También con agua tibia se hacen compresas y se puede abonar el pelo, hasta se puede usar como mascarilla facial, para eliminar cualquier tipo de impureza. Algunas mujeres la usan como ejercicio de arte terapia, para dibujar. Muchas la cristalizan, la guardan, la secan y queda como si fuera una brillantina y la usan para ponérsela debajo de la lengua.

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Conectarse con lo prohibido es revolucionario. Recibir la sangre, abonarla, hacer un ritual, son limpiezas con uno mismo y es una alternativa ecofeminista, que entiende que el primer territorio a reconquistar es el cuerpo.

Carolina tiene 32 años y trabaja en La Copita

Flor del cáctus de Carolina

Es algo que va creciendo con el tiempo. Yo uso la copa o las toallas de tela. En el caso de las toallas lo que hago es ponerlas en remojo y luego con esa agua riego las plantas. En el caso de la copa, que es lo que más uso, tengo una jarrita que la destiné a eso hace mucho tiempo, vuelco el contenido de la jarra junto con un litro de agua y con eso también riego las plantas, me focalizo en tres o cuatro plantas por el momento, me gusta ver el cambio que tienen, cómo responden. Empecé con un cactus, nunca había dado flor y durante dos ciclos la regué con mi sangre menstrual y floreció. Me acuerdo que en ese momento mi pareja estaba horrorizado, hasta que un día, un amigo bioquímico le confirmó que la sangre tenía muchos nutrientes, pero que la reutilización de la sangre menstrual es un tema tabú, y que quizás por eso les da asco.

Probé usarla en la cara y en el pelo, aunque te recomiendan una desintoxicación previa con los alimentos, ese mes me cuide un poco con las comidas y lo probé un par de veces pero no llegué a insertar esa práctica en mi cotidianidad.

Anabela tiene 27 años y trabaja como terapeuta menstrual

Foto de Cecilia

Empecé hace dos años a usar métodos alternativos para mi menstruación, tanto las toallas de tela como la copa. Al principio no tenía mucha información, entonces lo único que hacia era ofrendar la sangre a las macetas y plantas que tenía en mi casa. Después me formé como terapeuta menstrual y me pidieron que lleve sangre mía para poder trabajar en esas jornadas de formación, ahí estudié otros usos de la sangre. Para empezar me di cuenta que no toda sangre se puede ofrecer a las plantas porque no siempre tenemos una sangre sana y pura, entonces sólo ofrezco a una maceta con tierra para no matarlas. A veces pasa que tenemos problemas en el hígado, o en el riñón o estamos mal anímicamente, entonces eso hace que la sangre no esté del todo sana y no esté para ofrendar. Me gusta ser consiente de mi sangre menstrual, alimentarme bien, cuidarme.

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También hice arte con mi sangre. Trato de valorarla y celebrarla todos los ciclos. Observándola pude detenerme en la salud de mi cuerpo.

Sofía creadora de Mujer Pulpo, colectivo de facilitadoras, terapeutas y artistas. Ginecología natural, ayurveda, tantra y respiración

Foto por Sofía

Por un lado se utiliza como fertilizante por el grado de hormonas que tiene, con la copa o con las toallas naturales, hay que tener en cuenta que todos los rituales que se hacen con la sangre menstrual no se podrían hacer con los tampones o toallas descartables por la cantidad de químicos que tienen.

La sangre menstrual en si es la única sangre que no se derrama por una herida, es sangre de vida. Manifestarlo y ser consiente es fundamental. La sexualidad está muy tapada y esta sangre es parte de eso también. Es importante conocerla, saber que dependiendo del color nos damos cuenta cómo está nuestro hígado, nuestra salud en general. Dependiendo también de la cantidad de que nos venga, del tiempo que tarda en venir, etc. Aprender a leerla es un barómetro de la salud que nos guía para saber cómo equilibrarnos. Yo la uso cómo una medicina que me ayuda a entender lo que necesito.

Hay gente que decide tomarse la sangre menstrual así como viene y la realidad es que para volver a ingerirla hay que tener cuidado, es un proceso largo de purificación que primero tiene que hacer nuestro cuerpo. Primero son seis meses de purificación: se hace una limpieza de 50 días donde se desinfectan los órganos, durante esos días no se puede consumir harinas, ni azucares, ni alcohol, ni obviamente ningún tipo de droga. Tampoco se puede tener relaciones sexuales, es importante que no interfiera ninguna agente externo dentro del útero. Luego se desecha la sangre menstrual y a partir de la siguiente menstruación podría usarse. Se guarda y se hace un proceso de dilución durante cuatro meses que utiliza formulas de la fitomedicina. Por ejemplo, si tomás antibióticos no podrías hacerlo, porque la sangre ya estaría con químicos. Hay que informarse muy bien antes de hacerlo.

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