Hace unos meses viajé a Ámsterdam para explorar las maneras en que la ciudad utiliza su sello como capital del sexo de Europa. Mi primera parada fue, obviamente, el Distrito Rojo, donde pasé unos días fumando hachís y hablando con dueños de sex shops mientras encontraba una buena historia.
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En esos lugares comencé a fotografiar los artículos más extraños que estuvieran a la venta. Finalmente hice una colección de 60 fotos que creo muestran exactamente qué tan creativos pueden ser los humanos cuando los orgasmos están en juego.
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En esos lugares comencé a fotografiar los artículos más extraños que estuvieran a la venta. Finalmente hice una colección de 60 fotos que creo muestran exactamente qué tan creativos pueden ser los humanos cuando los orgasmos están en juego.
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Esto es parte de la colección.Conoce más del trabajo de Sergei aquí.