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La chica que se cagó en un supermercado en Holanda el mes pasadoEs mejor perder un amigo que un intestino
La explicación más simple para las cacas en el supermercado es que a esta gente se le estaba saliendo el topo. Aunque no me la creo. Lo más lógico sería pedirle a un empleado que nos deje usar el baño. En el video, la chica se echa una caca y le enseña el resultado a su amiga. Si necesitas ponerte en cuclillas en el pasillo de las verduras porque tu recto ruge, no le presumes tu caca a tu amiga. En vez de eso, te haces bolita en una esquina e inventas una excusa, como que viste un ratoncito y querías verlo de cerca o algo así.
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La mierda es un fuerte símbolo de venganza. Un símbolo institucionalizado: en shitexpress.com puedes pagar para que le entreguen mojón en una caja a la persona que odias. Tal vez las mujeres de estos videos estaban inconformes con su pizza porque la imagen de la caja tenía más tomates y albahaca que el pan congelado de adentro. Tal vez compraron especias y resultó que estaban caducas. Si ese es el caso, ¿por qué esta forma tan fétida de vengarse? Una queja en la página de Facebook de la pizza les garantizaría un año de productos gratis. ¿Será que la venganza de Moctezuma le atrae tanto a la mente del consumidor y a sus intestinos? Lo dudo.Otra mujer que se echó una caca en un supermercadoUna decisión consciente
Si estiramos el pragmatismo al infinito, se podría decir que una pila de caca en el piso es igual que una lata rota de frijoles. Los dos se ven feos y alguien va a tener que limpiarlos. Con una lata rota de frijoles, todos pierden. Con la caca, al menos alguien sale del supermercado con una sonrisa en la cara y una sensación de alivio en los intestinos.Un experimento de ruptura
La realidad social está construida con millones de reglas básicas como "respeta a tus mayores" y "no te cagues en el supermercado". Para descubrir las partes más sofisticadas de nuestros intercambios sociales, el sociólogo Harold Garfinkel inventó los famosos "experimentos de ruptura" en los que se rompen las reglas sociales para analizar la reacción de la gente. Es posible que estas cagonas de supermercado estén haciendo una aportación a la sociología.
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Derechos humanos
Técnicamente, los supermercados sin sanitarios públicos están violando los derechos humanos, en especial desde que la ONU aceptó la resolución 64/292 sobre el "derecho humano al agua y saneamiento". Tener que suplicar para usar el baño de los empleados es una experiencia humillante impropia de la humanidad. Por ende, con un poco de creatividad, cualquiera podría llegar a la conclusión de que es mejor ponerse en cuclillas entre los pasillos de comida para perros y productos de limpieza. Si no hay donde encadenar tu bici, la recargas en un árbol, ¿o no?
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Trastorno disociativo
Hay quien cree –ya sea que padezca o no algún trastorno sicológico– que vive en otra época. ¿Qué tal si las cagonas de supermercado creen que viven en la Edad Media? En 1530, Erasmus escribió: "De ser posible, un hombre educado debe evitar mostrar partes del cuerpo que se relacionan de forma natural con un sentimiento de vergüenza". Y: "De ser posible, uno debe alejarse de otras personas cuando la naturaleza llama".Escribió esto en un libro de buenos modales, un libro que dictaba al hombre cómo debía comportarse, lo cual indica que en esa época, la gente se sacaba el pito en la calle y cagaba en cualquier momento y en cualquier lugar.Sonambulismo
El sonambulismo provoca que la gente haga cosas normales en lugares incorrectos. Seguro en algún punto viste a tu hermanito orinando en un bote de basura a las dos de la mañana. Al menos yo sí. Vestirse y caminar al supermercado porque en tus sueños el baño está ahí es un poco exagerado pero no imposible. Sin embargo, la mayoría de las mujeres en los videos miran a su alrededor antes de liberar el topo en el pasillo o presumir el producto de su esfuerzo a una amiga antes de salir de la tienda, lo cual invalida esta hipótesis.Conclusión/discusión
Hay muchas otras posibles hipótesis. Por ejemplo: necesitan atención, quieren ahorrar dinero en agua o papel higiénico, o perdieron una apuesta. Las posibilidades son infinitas. No obstante, este artículo debe considerarse el primer intento de explicar una conducta humana muy particular que no podemos darnos el lujo de ignorar.