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Cultură

Tratamos de entender la nueva tendencia adolescente, el #CondomChallenge

Los adolescentes usan apps que todavía no se han inventado, construyen relojes, se ponen condones llenos de agua en la cabeza y lo llaman el #CondomChallenge.

Figura A.: Un adolescente (Foto vía @Beenehunter)

Los adolescentes –esos odiosos y viles seres humanos– volvieron a hacer de las suyas y su nuevo invento está trendeando en Twitter. Voy a ser honesto con ustedes, se los voy a decir tal cual: lo que están haciendo es ponerse un condón lleno de agua en la cabeza, y hasta tiene su propio hashtag, es: "#CondomChallenge".


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No entiendo qué están haciendo los adolescentes y ustedes tampoco deberían entenderlo. ¿Saben por qué? Porque somos adultos y no nos importan sus manías. Pero tenemos que entenderlo porque podría decirse que es el nuevo Ice Bucket Challenge y obvio recuerdan en Ice Bucket Challenge, ¿no? Primero fueron los adolescentes, después las celebridades y luego –casi un mes después de que el Ice Bucket Challenge se pusiera de moda y quedara en el olvido– tu mamá lo hizo en el patio de tu casa y luego el video apareció en tu feed de Facebook. Eso sí lo recuerdas, ¿verdad? Los gritos agudos y la transparencia de la blusa. Pues va a volver a pasar.

Les estoy advirtiendo con 30 días de anticipación que van a tener que ver un video de sus madres poniéndose un condón en la cabeza.

Júntense todos, siéntense y escuchen con atención mientras un hombre al que le pagan por explicar la demencia de los adolescentes sin saber qué mierda hacen les dice qué se traen entre manos: el #CondomChallenge es un acto que consiste en un adolescente gritón –al que llamaremos "el condonizado"– que se sienta en una tina y otro adolescente –al que llamaremos "el condonizador"– que se para detrás del gritón con un condón lleno de agua amarrado como un globo. Después, el condonizador deja caer el condón sobre la cabeza del condonizado y el condón no explota –los condones, a pesar de los horrores que te hayan contado o que hayas vivido en carne propia, son 99 por ciento irrompibles– y el condón se queda un rato tambaleándose sobre la cabeza del condonizado –que sigue gritando– hasta que revienta. Agua por todos lados. Gritos adolescentes que deterioran poco a poco las esperanzas de una generación completa. He aquí un ejemplo:

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La primera reflexión sobre este artículo va a ser: "Qué bueno. Llevamos décadas luchando para que nuestros adolescentes no rechacen los condones y otros métodos anticonceptivos. Esta nueva generación de adolescentes demuestra el progreso en la educación sexual. Llenan los condones –como sus almas llenas de esperanza– con agua y juegan con ellos. Ya no le temen a las fundas de hule en forma de pene. ¡Bien por ustedes, adolescentes! ¡Sexo seguro, Namaste!".

Las segunda va a ser: "Es asombroso. Los adolescentes tienen un enfoque muy apático sobre el uso del condón. Acabo de buscar en Google las estadísticas de embarazos en adolescentes y resulta que son pésimas. Los adolescentes fértiles conspiran para embarazarse. Y helos aquí, riendo en una tina con un condón sobre la cabeza. Su forma de ver el sexo es estúpida y deberían prohibirles tenerlo. Deberían castrarlos con químicos desde ahora y hasta que cumplan 50 años".

La tercera y la cuarta van a ser: "¿Saben quiénes no pueden llenar de agua un condón en una tina? Los adolescentes en países subdesarrollados que no tienen acceso ni a condones ni a agua potable". Y: "¿Alguno de estos idiotas sabe que puede morir asfixiado? Yo, por mi parte, no pienso llorar cuando a un adolescente se le atore un condón mojado en la garganta, se quede sin oxígeno y muera. Y luego se preguntan por qué tantos jóvenes mueren apuñalados. Los adolescentes son estúpidos.

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En efecto, los adolescentes son estúpidos pero también son expertos para predecir el futuro. Estos seres inventan, utilizan y desechan palabras y tendencias antes de que nosotros sepamos de su existencia. Los adolescentes llevan años usando Snapchat, ya se aburrieron de él y ya superaron Vine. Oh, los adolescentes con sus ojos vidriosos llenos de vida y su energía y curiosidad infinita. Los adolescentes usan apps que todavía no se han inventado, construyen relojes y se ponen condones en la cabeza. Son una generación moldeada por internet. Los huesos frágiles de sus manos se calcificaron y se endurecieron alrededor de un iPhone o un Android. No saben cómo era la vida antes de que existieran los teléfonos sin pantalla táctil. Y ahora toman nuestra reliquia del pasado – "Ja, idiotas, ¿en serio se ponen esta cosa en el pito?"–, la llenan de agua y la dejan caer sobre sus cabezas.

Uno de estos adolescentes idiotas va a descubrir la cura del VIH y otro se va volver millonario por financiarla. Uno de estos idiotas que trae puesta una sudadera OVO va a ser el próximo presidente o el primer astronauta en pisar Marte. Y nosotros vamos a ser esqueletos hechos polvo viéndolos desde la tierra con nuestras mentes cansadas y ausentes que apenas comprenden el concepto de #CondomChallenge. Seremos como monos bailando con condones mojados en la cabeza para la diversión de los adolescentes que aplauden y nos avientan plátanos como premio. El #CondomChallenge habrá dejado de existir mucho tiempo atrás y nosotros, viejos y enloquecidos, seguiremos utilizando Facebook como tarados. Miraremos al cielo, escupiremos en la tierra y diremos llenos de veneno: "Adolescentes, esos estúpidos adolescentes".

@joelgolby