MIRA: Terapia de cannabis
La analogía resulta adecuada, pues ha habido momentos en que me entraban ganas de enlatarlo todo y dejarlo, convencida de que no funcionaba, para luego volver arrastrándome a la consulta con el rabo entre las piernas.Me he sometido a terapia para tratar episodios de depresión, ansiedad, trastorno disfórico premenstrual (TDPM), psicosis y disociación, manía o trastornos alimentarios y otras cosas cuya categorización no está muy clara entre los expertos. Ni mucho menos pretendo insinuar que conozco cómo funciona la terapia para cada tipo de trastorno y soy consciente de que las personas reaccionan a los tratamientos de salud mental de forma distinta. Sin embargo, a base de ensayo/error, he aprendido una serie de cosas que me habría gustado que alguien me dijera antes de empezar mi largo periplo terapéutico.
Someterse a terapia no es fácil
Busca un profesional que te vaya bien
Otros profesionales son más fríos y clínicos, y dejan que proyectes lo que quieras. Te sientas abatida en su sofá, con la nariz congestionada y la respiración alterada por el llanto tras haber sacado a la luz detalles viscerales de algún trauma, y ves su rostro es como un espejo. Casi te entran ganas de decirle, "Perdona, ¿has escuchado la miserable historia que acabo de contarte?".Si la persona que te visita está aún formándose y se limita a leer un guion o a encogerse de hombros cuando le haces preguntas de tipo personal (me ha pasado dos veces), no dudes en decirle a tu médico de cabecera que te gustaría que te visitara otra persona
Si la persona que te visita está aún formándose y se limita a leer un guion o a encogerse de hombros cuando le haces preguntas de tipo personal (me ha pasado dos veces), no dudes en decirle a tu médico de cabecera que te gustaría que te visitara otra persona. Teniendo en cuenta que hay muchas posibilidades de que el tratamiento de diez semanas termine de forma abrupta antes de lo previsto, te mereces sacar el máximo partido de él.Esas ganas de cambiar de terapeuta pueden llegar en cualquier momento, y si algo he aprendido, es que hay profesionales que son capaces de ayudarte a resolver un problema y, en cambio, no son los más adecuados para arrojar luz sobre otro. Una vez, tras una ruptura dolorosa, me di cuenta de que había ciertos aspectos relacionados con la sexualidad que quería tratar y de que mi terapeuta —un hombre heterosexual especializado en relaciones— no estaba entendiendo la esencia de lo que intentaba transmitir. Al final le di plantón y no concerté la siguiente cita.Si algo he aprendido, es que hay profesionales que son capaces de ayudarte a resolver un problema y, en cambio, no son los más adecuados para arrojar luz sobre otro
Querrás caerles bien, pero tienes que superar ese sentimiento rápidamente
Del mismo modo, cuando disfruto de un periodo de estabilidad mental, de camino a la consulta, a veces me asalta la preocupación por si la aburro y me pongo a rebuscar en mi memoria a corto plazo para rescatar cualquier anécdota absurda que me haya ocurrido y de la que pueda surgir una conversación.Pero del mismo modo que ellos no han de gustarte, tú tampoco has de gustarles a ellos. Si no te enfrentas a esta realidad, esta acabará por cambiar vuestras dinámica de trabajo, entorpeciendo cualquier posible avance. Los psicólogos están para ayudarte, no para que los entretengas, y no imagines que por el hecho de que seas tú quien da cuenta de todos los detalles escabrosos se está produciendo algún tipo de desequilibrio de poder.Del mismo modo que ellos no han de gustarte, tú tampoco has de gustarles a ellos. Si no te enfrentas a esta realidad, esta acabará por cambiar vuestras dinámica de trabajo
No le ocultes cosas
Puede parecer obvio, pero cuanto más les facilites el trabajo, más rápidamente llegaréis a la raíz del problema
Hazle saber desde el principio lo que esperas del tratamiento
Cuando termine la sesión, no recordarás qué te habían dicho que te podía ayudar, o al menos no de los detalles
En cuanto salgas por la puerta, intentarás recordar todo lo que habéis hablado… y no podrás. Tendrás el recuerdo borroso y sentirás rabia y desconcierto a partes iguales
Has de tener claro que tu terapeuta no va a decirte qué hacer, sino darte consejo
Tu relación con los demás cambiará
Las personas con las que salgo o tengo una relación están encantadas porque usan mis sesiones para tratar cualquier problema que pueda surgir entre nosotros
Haz los deberes, aunque te parezca que no sirva para nada
Creerás que te están espiando
Todos mis terapeutas sabían a qué me dedicaba en cada momento. Ahora, cada vez que escribo un artículo sobre sexo o salud mental, me los imagino leyéndolo y comparando mi yo real con mi yo de internet, quizá planificando su próximo ensayo sobre psicología. Mi terapeuta podría estar leyendo esto ahora mismo. Si es así, que sepas que ahora estoy disponible los miércoles, misma hora."Una vez un psicólogo mencionó algo que yo nunca había sacado a colación en nuestras conversaciones"
Cuando mi terapeuta me dice que se va a ir tres semanas de crucero, la semana antes de que se vaya pienso, Qué egoísta. Y ¿qué espera que haga yo? ¿Cuidar yo sola de mí misma?
No puedes visualizar tu vida si no eres dueña de ella
Pero, por otro lado, ¿por qué no iba a seguir con la terapia? No recuerdo haber estado tan bien durante tanto tiempo como ahora. Hay gente que se pasa la vida entera tomando medicamentos; yo los voy tomando y dejando. ¿Qué le importa a la gente en lo que me gaste mi dinero o cómo gestione mi salud? Las pocas veces que he dejado el tratamiento en estos diez años, he sufrido una recaída, y cuando por fin conseguía encontrar una terapeuta, me costaba mucho más recuperarme y volver al punto en el que estaba.Mi mayor temor es pensar que estoy a un paso de la locura, de ese trastorno grave del que ya no hay vuelta atrás. Sé que existe la posibilidad de que pierda pie con la realidad, de que mi mente cree cosas que no existen. Lo tengo muy presente. Por eso pago a una profesional que sepa de qué habla y me reafirme, que me diga que soy una persona normal y que no estoy enferma todas las semanas.Tal vez un día pueda dejar la terapia, pero por ahora me siento cómoda con la idea de hablar de mí misma durante 20, 30 o 40 años más.@hannahrosewensTal vez un día pueda dejar la terapia, pero por ahora me siento cómoda con la idea de hablar de mí misma durante 20, 30 o 40 años más