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El cártel de Sinaloa tiene más aviones que la mayor aerolínea de México

La flota del cártel es incluso comparable a la de muchas aerolíneas internacionales, aunque muchas de las aeronaves del cártel son más pequeñas.

Boeing 727. Foto: abdallahh/Flickr

Este artículo se publicó originalmente en Motherboard nuestra plataforma dedicada ala ciencia y a la tecnología.

La carrera de Jorge Gustavo Arévalo-Kessler como piloto de aviones para la aerolínea privada del cártel de Sinaloa terminó con un arresto en la Ciudad de México y la admisión de culpa ante un juez federal de Estados Unidos.

Alemán de nacimiento, Arévalo-Kessler obtuvo la ciudadanía mexicana y llegó al rango de capitán en la Fuerza Aérea Mexicana, donde trabajó como instructor y entrenó a cientos de pilotos. Pero su carrera posmilitar fue un tanto distinta.

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Recibió una oferta para volar con Emirates Airlines y podría haberse retirado con una pensión, pero en lugar de eso se fue a trabajar con Joaquín "El Chapo" Guzmán transportando fardos de efectivo y cocaína desde y hacia Venezuela, Panamá y México.

"Muchos privilegios le han sido otorgados dada su educación y habilidad para pilotar aviones", dijo Gray Miller, juez de distrito, durante la sentencia de Arévalo-Kessler. "Quiero decir, él ha pilotado aviones de combate, aviones comerciales, jets pequeños y grandes. Por desgracia, como dijo, estaba cegado por la codicia".

Arévalo-Kessler fue condenado a 11 años en una prisión federal con cargos de conspiración para el lavado de dinero y tuvo pocas palabras en respuesta a la sentencia, de acuerdo con una transcripción del juicio en 2011 que fue hecha pública el año pasado.

La flota del cártel es incluso comparable a la de muchas aerolíneas internacionales

"Y en todos esos negros días he estado pensando y rezo y le pido al Señor que se me acerque y me hable con la verdad", dijo Arévalo-Kessler. "Y la única cosa que le quiero hacer saber, su señoría, es que tengo tiempo para pensar en lo que hice. Lo que hice estuvo mal".

Arévalo-Kessler fue un piloto importante en las operaciones aéreas del cártel de Sinaloa, que por número de aviones puede competir con las aerolíneas principales de México. El tamaño de su flota es, por un amplio margen, mucho mayor que la de Aeroméxico, la principal aerolínea comercial del país.

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La flota del cártel es incluso comparable a la de muchas aerolíneas internacionales, aunque muchas de las aeronaves del cártel son más pequeñas, destinadas a cumplir su rol de viajar desde y hacia pistas de aterrizaje remotas y clandestinas.

Esta información llega con una investigación realizada por El Universal, cuya redacción obtuvo datos de los aviones confiscados por las fuerzas federales mexicanas entre 2006 y 2015. Los números son incluso sorprendentes para el propio cártel de Sinaloa, la organización de narcotráfico más acaudalada del mundo.

Cessna 525 CitationJet. Foto: Adrian Pingstone/Wikimedia Commons

México ha confiscado 599 aviones y helicópteros vinculados con el cártel de Sinaloa exclusivamente, según la información del diario. Eso es casi cinco veces el tamaño de la flota de Aeroméxico, aunque insistimos, la mayoría de las aeronaves del cártel de Sinaloa son de pequeñas dimensiones, entre las que destacan Cessnas (las más populares), Gulfsteams, Pipers y otras.

Un complejo nexo de empresas fantasma, privadas y "escuelas de entrenamiento" encubren su verdadero propósito.

Considerando que este número es exclusivamente de flota aérea confiscada, no activa, el total absoluto es probablemente mayor y podemos esperar que el cártel reponga sus pérdidas tras estos operativos. Aunque no todos los aviones del cártel son de dimensiones pequeñas, pues Arévalo-Kessler admitió ante autoridades mexicanas que había volado un Boeing 727 para el cártel.

Según El Universal, "Si fuera una empresa legal, el cártel también competiría como la compañía aeroportuaria más lucrativa del país, operando 4.771 pistas de aterrizaje clandestinas de entre 500 metros y un kilómetro de longitud, enclavadas en el corazón de las sierras en los estados norteños".

El cártel de Sinaloa es una organización internacional, pero está principalmente situada en el noroeste de México y centrada en los alrededores del estado de Sinaloa. De acuerdo con el diario, las pistas de aterrizaje y despegue están muy concentradas en Sinaloa, pero también hacia la frontera entre Baja California y California.

Pero lo que muestra el caso de Arévalo-Kessler es que el cártel de Sinaloa no requiere ser legal para competir con las aerolíneas del mundo. Una oferta de trabajo de parte de Emirates (una de las mejores del mundo) y una carrera en la Fuerza Aérea Mexicana le dieron escasas oportunidades de trabajar directamente en los aviones. Así que se fue a trabajar para el Chapo.

Ilegal o no, el cártel ha probado ser capaz de reclutar talentos de primer nivel.