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Cemento contra los pinchos antindigentes de Londres

A primera hora de esta mañana, varios activistas vestidos como obreros de la construcción vertieron cemento sobre las púas metálicas instaladas en el exterior de un establecimiento Tesco Metro de Regent Street y prometieron volverlo a hacer.

La guerra contra los pinchos instalados en algunos puntos de Londres para evitar que los indigentes se instalen ha alcanzado nuevas cotas, pasando de las protestas con carteles reivindicativos a la acción radical. A primera hora de esta mañana, varios activistas vestidos como obreros de la construcción vertieron cemento sobre las púas metálicas instaladas en el exterior de un establecimiento Tesco Metro de Regent Street y prometieron volverlo a hacer.

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El partido Left Unity ha organizado una manifestación bajo el lema “Homes Not Spikes” (hogares y no pinchos) para hoy mismo, pero alguien me avisó de que a primera hora también habría protestas, así que fui para comprobar si era cierto.

Mientras iba por el West End, de camino a mi destino, entendí por qué este tema había levantado ampollas; había gran cantidad de personas sin techo por la zona, buscando cobijo en las puertas de los comercios. Cuantas más tiendas instalaran estos elementos disuasorios, menos lugares habría para buscar refugio durante la noche.

En los últimos años se ha producido un aumento  del número de indigentes en Inglaterra y los programas de acogida y ayuda a estas personas tienen grandes dificultades para ofrecerla, a lo que se suman las interminables listas de espera para optar a una vivienda de acogida del ayuntamiento.

Algunos opinan que estos pinchos son una buena solución, ya que evitan a los indigentes los riesgos que conlleva dormir a la intemperie. El problema es que esas personas no escogen dormir en la calle, por lo general, así que quizá la mejor solución pasaría por pedir al gobierno que deje de propiciar políticas de vivienda que benefician a los adinerados, en lugar de empeorar una situación que ya es suficientemente mala.

Llevaba un rato esperando frente a la puerta del Tesco cuando aparecieron un par de chicos con ropa de alta visibilidad.

Llevaban cubos llenos de cemento, como descubrí poco después. Volcaron el contenido sobre las púas. El cemento cayó sobre el saliente con un ruido sordo. A continuación, los activistas intentaron esparcir el material con listones de madera sin mucho éxito, ya que había empezado a solidificarse.

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Me acerqué a ellos mientras se alejaban por una calle lateral y le pregunté a uno qué estaban haciendo exactamente. Me explicaron que querían tapar los pinchos con cemento, para volver a dejar los salientes lisos. “Han puesto pinchos en sitios donde la gente busca un lugar un poco cómodo y seco para descansar”, dijo uno de ellos. “Son sitios a los que acuden los menos favorecidos. Le damos a Tesco nuestro dinero y así es como nos tratan”.

“La gente sin hogar están entre los más vulnerables de la sociedad con el programa de austeridad de los ‘tories’”, añadió otro activista. “Han hecho recortes en la financiación a casas de acogida. Hay crisis dentro de las crisis. Cada vez hay más gente en la calle, más gente que recurre a los bancos de alimentos. Y ahora los comercios instalan estos pinchos. Es una forma degradante de tratar a un ser humano”.

Después de nuestra conversación, se prepararon para un segundo asalto. En esta ocasión echaron cemento en polvo directamente de la bolsa y lo mezclaron con agua, al fresco. El resultado fue una chapuza medio polvo, medio agua, que caía del saliente hacia la acera.

Les dije que lo que estaban haciendo se considera vandalismo. “Para serte sincero, nos da igual. Si aparecen más pinchos en otras partes de Londres, haremos lo mismo”, fue su respuesta.

Luego se marcharon, sin más, con los cubos a la espalda.

El nuevo aspecto de los salientes después del trabajo de los activistas.

Desde Tesco han recalcado que las púas no se instalaron para evitar que durmieran allí los indigentes, sino que servían para impedir que la gente se sentara a fumar y beber porque espantaban a los clientes. Pues lamento comunicar a los dueños de Tesco que ahora el aspecto de su supermercado sí que espantará a la clientela.

@SimonChilds13 / @tomjohnsonuk