La belleza y atemporalidad del Colorado rural

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La belleza y atemporalidad del Colorado rural

Allí un día parece dilatarse hasta lo impensable; una vida se prolonga una eternidad, salpicada de penas, alegrías y sentimientos inenarrables que se transmiten de generación en generación.

Trent Davis Bailey tenía siete años la primera vez que su padre lo llevó a visitar a sus tíos a North Fork Valley, en Colorado. Tiene recuerdos aislados de aquella visita, como haberse sentado a una mesa enorme para comer tomates, guisantes y kimchi del huerto de sus tíos.

Sus siete primos vivían en una tienda al pie de la montaña, rodeados de robles y arbustos de enebro, y se pasaban el día correteando y explorando, nadando en la acequia e imaginando que había animales salvajes ocultos entre la maleza. Por la noche, la luz procedente del interior dela tienda podía verse desde la distancia.

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Durante casi dos décadas, Bailey no regresó a North Fork debido a una serie de desavenencias entre su padre y su tío. Se instaló en Nueva York y se dedicó a la fotografía profesional, pero ni el tiempo ni la distancia lograron borrar de su cabeza el impresionante paisaje de Colorado, hasta el punto de que decidió ceder al impulso y regresar al lugar donde empezó todo.

El fotógrafo no sabía qué se iba a encontrar cuando viajó a la ciudad de Paonia en 2011. Al poco de llegar, entabló conversación con un agricultor de la zona y con un trabajador del metal que fue quien le introdujo en la comunidad local. Por la noche, dormía donde podía: en una tienda junto al río, en algún cobertizo o en el sofá de quien lo alojara.

Las visitas que Bailey hacía a Colorado podían ser de solo cinco días o prolongarse hasta seis meses. Allí comía higos recién cogidos, se dormía con el murmullo de los ríos y se despertaba con el sonido de los ciervos al pasar. Durante los viajes más largos, trabajaba en las granjas en tiempo de cosecha para ganar algo de dinero.

"La gente de aquí tiene un concepto del tiempo muy diferente", señala Bailey. "El tiempo en el campo pasa mucho más despacio". Un día parece dilatarse hasta lo impensable; una vida se prolonga una eternidad, salpicada de penas, alegrías y sentimientos inenarrables que se transmiten de generación en generación.

La madre de Bailey, jardinera de profesión, murió cuando él tenía solo cuatro años, pero en todos sus viajes Bailey ha encontrado trazos de su recuerdo en el paisaje agreste de Colorado. La propia historia de Bailey tiene sus raíces en las montañas, la tierra y la naturaleza indomable de esta región.

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Bailey no esperaba encontrar a ninguno de sus familiares en North Folk. Sin embargo, en su tercera visita se encontró con su tía en una cooperativa alimentaria por pura coincidencia. "Al verla, sabía que la conocía de algo", recuerda el fotógrafo. Al principio pensó que se trataba de alguien a quien había fotografiado alguna vez y que había olvidado, pero enseguida empezaron a brotar los recuerdos.

Desde entonces, Bailey se ha reunido en varias ocasiones con sus primos. Uno de ellos se dedica a la cría de cabras y otro es pintor de edificios; hay un músico, un experto en energía solar y un dependiente en un supermercado de la zona. También vio a su tío, hoy separado. Pese a que no lo reconoció en un primer momento, su voz le resultó familiar al instante. Era igual que la de su padre.

Bailey reconoce que el North Folk de ahora es distinto al que él recordaba de hace veinte años. Resulta más sórdido, menos romántico, aunque su esencia permanece intacta. Bailey no debe escoger entre hechos y ficción porque para él ambos son igualmente ciertos.

"Para mí es como mi casa", asegura el artista, que conoció a su actual novia, con la que vive en California, buscando setas en los bosques de Colorado.

Bailey no tiene previsto irse a vivir allí, aunque en varias ocasiones su familia le ha ofrecido una parcela en sus tierras para que se construya un hogar. No sabe si algún día lo hará, pero de lo que sí está seguro es de que seguirá volviendo a North Fork hasta el día de su muerte.

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Ellyn Kail

Traducción por Mario Abad.

Bill, Hotchkiss, Colorado, 2011

Spelt in Lance's Dryroom, Hotchkiss, Colorado, 2012

Karen, Hotchkiss, Colorado, 2014

Matt, Hotchkiss, Colorado, 2014

Scrim, Paonia, Colorado, 2014

Scrim, Paonia, Colorado, 2014

Carrots, Paonia, Colorado, 2015

Sunflowers, Paonia, Colorado, 2015

Angela, Lost Lake, Colorado, 2015

Black Canyon, Crawford, Colorado, 2015

Izzi y Cece, Hotchkiss, Colorado, 2014

Tarp, Paonia, Colorado, 2015

Dust Storm, Hotchkiss, Colorado, 2013

Skye, Paonia, Colorado, 2015