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¿Dónde están las protestas sociales en agosto?

El calor se mezcla con la crisis.

El verano español es una estación anestésica. Parece que todo duele un poco menos. La gente se va a la playa de vacaciones y, el que no, se va al pueblo huyendo del mar de asfalto de las grandes urbes. En Madrid deja de hablarse español por unos días y la Puerta del Sol deja de acoger a indignados mientras se llena de estatuas humanas y Bob Esponjas que reparten globos a los niños alemanes.

Pero, a pesar de todo, en agosto, el Ibex 35 sigue cotizando y la prima de riesgo tampoco descansa. Con todo el pueblo en Babia, es el momento perfecto para que los políticos tomen las medidas más impopulares.

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Para el Gobierno, que sólo se ha cogido una semana de vacaciones, se acabaron los viajes largos. Este año, el Presidente del Gobierno y los ministros no podrán alejarse a más de una hora en avión de Madrid, todo sea que tengan que volver de urgencia para recortarnos algo más.

De entrada, este periodo estival ya cuenta con la mayor subida de precios en el ámbito universitario. Esperanza Aguirre puede ser muchas cosas, pero de tonta no tiene un pelo. Si el año pasado le costó casi una docena de huelgas recortar en educación, esta vez lo ha hecho cuando los estudiantes están en la playa o preparando los exámenes de septiembre, por lo que no se han convocado movilizaciones. Tan sólo el colectivo "Juventud Sin Futuro” emitió un comunicado en el que rechazaba la medida de la Comunidad de Madrid de duplicar el precio del máster en sus universidades públicas y anunciaba que en septiembre “lo denunciará en las facultades y en las calles”. Lo que vuelve a traernos a la cabeza la Primavera Valenciana, un posible ensayo de lo que está por venir.

Los colectivos asociados al 15-M también se relajan en verano, aunque no tanto como los sindicatos, cuyo líderes tuvieron que volver de vacaciones cuando el rey les pidió una audiencia, “un honor” para Ignacio Fernández Toxo de CCOO.

Mientras, los movimientos sociales están preparando nuevas movilizaciones para septiembre bajo el Plan de Rescate Ciudadano, una iniciativa que aglutina a los actores del 15M (entre ellos Democracia Real Ya, PAH y los Yayoflautas) en la lucha por los derechos a la vivienda, la educación y la sanidad públicas, la transparencia y contra la precariedad laboral y el rescate a los bancos. Todo un reto altruista y solidario por el que, más pronto que tarde, algún delegado del Gobierno los llamará “perroflautas”, antisistema o, incluso, delincuentes.

El sueldo fijo y el tiempo del que disponen los sindicalistas para luchar contra los recortes sólo les da para copiar las nuevas fórmulas de protesta que ha inspirado el 15M, éstos sin nómina ni mucho menos pagas extra. Lejos de plantear una alternativa sólida a los recortes del Ejecutivo, los sindicatos siguen encasillados en convocar manifestaciones, ahora, a través de la Cumbre Social, una plataforma auspiciada por UGT y CCOO que prepara una marcha a Madrid en septiembre y una posible jornada de huelga general, para que no se diga que no hicieron nada.

Dicho esto, aún quedan dos semanas de verano y no queremos estropeártelas. Por ahora, todo debería ser cañas y tapas. Y si no eres uno de los cinco millones de parados, aprovecha antes de que nos suban el IVA en septiembre.

Como dijo nuestro querido Presidente, Mariano Rajoy, “feliz verano a quien pueda”.