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El gobierno se quiere cargar un tercio de los canales de la tele

¿Dónde verá ahora mi tía La traicionera, Corazón indomable o Soy tu dueña si desaparece la cadena Nova?

Foto vía iStock

Hay que agradecer al cambio a la TDT el número de amigos que decidieron no hacer ese cambio y que se deshicieron de sus anticuados aparatos de televisión y nunca volvieron a comprarse uno. Ahí siguen, un poco despistados cada vez que en una conversación alguien se pone a hablar de El Hormiguero o de Sálvame Deluxe. Aunque tampoco es que se hayan pasado a la lectura, el auge de la afición a las series en España también va ligado a este fenómeno, ya que muchos de los que no tienen televisor siguen enganchados a las pantallas de sus portátiles cuando llega la noche, viendo lo que se acaban de descargar de internet.

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Aparte de este efecto colateral, es realmente difícil que el despliegue de la TDT en España se hubiera hecho peor, modificando los planes sobre la marcha y sin un proyecto realmente potente. También es cierto que el lanzamiento de todos estos nuevos canales coincidió con la crisis económica y con el posterior desplome de la publicidad en televisión, lo que quizá provocó que los nuevos canales no llegaran nunca a desarrollarse y que básicamente la tele actual se convirtiera, en lugar de en un amplio abanico de contenidos interesantes y novedosos, en un enorme bucle de series, películas y documentales con algunas mínimas excepciones. ¿Cuántas veces se puede llegar a ver el mismo capítulo de Dos hombres y medio sin suicidarse? Pronto lo sabremos, pero ahora nos enfrentamos a un nuevo capítulo de despropósitos que puede dejar la TDT todavía más coja.

Hace solo unos días, el Tribunal Supremo instó al Ministerio de Industria a que obligara a los operadores privados de televisión a cerrar nueve canales de TDT antes del próximo 6 de mayo. Atresmedia tendría que cerrar tres y el resto de propietarios, Mediaset, VeoTV y Net TV, dos cada uno. Esto implica que van a desaparecer uno de cada tres canales de los que actualmente vemos en casa.

El origen de todo esto es la concesión en 2010 por parte del gobierno de Rodríguez Zapatero de estas nueve licencias sin realizar ningún tipo de concurso público. El gobierno actual, aunque ha tenido tiempo y oportunidad de hacerlo, ha decidido no mover un solo dedo y dejar que la situación llegue hasta este momento ni tampoco plantear ningún plan de futuro a las cadenas.

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Estas se quejan de la poca seguridad jurídica que inspira esta falta de decisiones y de todas las inversiones que van a perder, por eso han pedido ayuda al Tribunal Constitucional. También han denunciado frente a la sociedad la reducción del pluralismo en la televisión que provocará esta medida.

En parte las cadenas tienen mucha razón, aunque quizá donde menos la tienen es en lo del pluralismo. Las cadenas que corren peligro de desparecer son las menores de entre las menores. Hablamos de Boing, Energy, La Siete o Nitro. Auténticos contenedores de bodrios enlatados que no aportan demasiada “pluralidad”, sino más bien entretenimiento para mentes con necesidad de descansar.

Otras pérdidas que podrían producirse dan más pena, en especial de La Sexta 3 o Xplora, que cuentan con una programación algo más cuidada e interesante para ciertos públicos, sobre todo la dedicada a cine.

Todo el mundo relacionado con la televisión está en pie de guerra, debido primero a la mala praxis del gobierno de Zapatero y luego a la inacción del de Rajoy, los españoles nos quedamos con nueve opciones menos en nuestras pantallas. Uno de los medios dedicados a las noticias de este mundillo, el portal Vertele.com ha decidido incluso crear una petición en Change.org, para presionar al gobierno y conseguir que tome decisiones rápidas, subsane los errores formales que provocan el problema y solucione esta situación de forma definitiva.

Según la gente de Vertele, hay un montón de colectivos perjudicados por la medida, primero los ciudadanos que ven reducida la oferta televisiva y que se pueden sentir engañados tras hacer el gasto para adaptarse a la TDT. Y después también la industria televisiva española, que no pasa por su mejor momento y que volverá a sufrir, siendo previsible también una pérdida de puestos de trabajo.

Es cierto que la pérdida de las reposiciones de Aída, CSI Las Vegas o La que se avecina puede importarle poco a mucha gente. Aunque ¿dónde verá ahora mi tía La traicionera, Corazón indomable o Soy tu dueña si desaparece la cadena Nova? Que se lo explique el ministro de industria… En fin, eso es lo de menos, el problema es que un gobierno que se supone que está tan preocupado por la economía esté mareando cada día a sectores tan vapuleados ya como el audiovisual y no deje de molestar a los ciudadanos, que ya no saben ni siquiera qué va a salir cuando pongan la tele. Como si no tuvieran suficientes problemas.

@juanjovillalba