El punk ha muerto, tú eres el siguiente

En México existe una fecunda escena de hardcore punk underground, pero las divisiones entre los jóvenes seguidores del hardcore y los del crust son de las más grandes que puedan encontrarse en la escena punk de cualquier lugar del mundo.

A mí me encanta el crust, pero soy straight edge porque, para mí, el estilo de vida del crust-punk mexicano es demasiado destructivo. Me deprime ver a los crusts en los conciertos que organizo en Tijuana, y cuando viajo a DF con los grupos a los que represento. Para empezar, todos visten el uniforme crust reglamentario: los pantalones ajustados, la cresta, la chaqueta sin mangas llena de remaches y con la espalda pintada, el pelo en punta multicolor… A la gente de fuera de la escena le debe parecer increíble, pero cuando estás involucrado en el día a día de organizar conciertos, como yo lo estoy, acaba resultando fastidioso. La razón principal es que asocio su estilo con la cantidad de problemas que acarrea. A los crusts mexicanos no les importan los demás cuando van a un concierto. No dejan de tirarle objetos al grupo y provocar altercados en las salas. Cuando estoy organizando una actuación e intentando encontrar gente que ponga algo de dinero para sufragar los gastos de viaje de grupos como Extreme Noise Terror, lo único que recibo son gritos e insultos como “capitalista de mierda” por parte de una patulea de chicos de la calle siempre borrachos, drogados y montando broncas dentro y fuera de los conciertos. Son gente de mente estrecha en lo referente a la música que siempre me preguntan qué coño estoy haciendo yo ahí. “Tal como vistes, tendrías que irte a escuchar grupos neoyorquinos de machocore”, me dicen. Si eres straight edge, te estigmatizan. Lo de algunos de esos crusts en realidad es pura pose, viven con sus papás, pero otros son auténticos chicos de la calle sin hogar. Los más mayores tienen veintipico años y los más jóvenes, alrededor de 16. Piden dinero a la salida de los conciertos y llevan unas chupas tejanas con pinta de haber pasado de un crust muerto a otro desde los años 80. Supongo que lo que más me fastidia de ellos es que nunca se involucran en causas políticas o apoyan la escena organizando conciertos, ni siquiera pagando por entrar. Lo único que quieren no es “acabar con el sistema” sino ponerse ciegos y colarse en los conciertos por la puta cara. Eso, a mi entender, es contraproducente para el movimiento punk, no ayuda nada. Suelen beber Tecate, una cerveza local, y esnifan cola de bolsas de plástico en la parte de atrás de los conciertos, vagando por ahí con restos de cola en el labio superior, pegándosela contra las paredes y quedándose tirados en el suelo encima de sus propios vómitos. También le encanta el licor más fuerte y barato que se pueda encontrar. En México es el mescal, que cuesta 1 dólar la botella de dos litros. Es alcohol puro casi al 100% y te deja hecho polvo con apenas unos sorbos. A pesar de las manzanas podridas hay buena gente en la escena crust, la mayoría tocando en algún grupo. Yo, por ejemplo, tengo amigos en uno de los grupos crust más populares de México, Bumbklaat, pero hasta la fecha sólo he organizado un par de actuaciones de bandas de crust punk. Una fue de los americanos Drop Dead. Fue una pesadilla. Como era la primera vez que tocaban en México acudieron cerca de 400 personas, y hubo peleas toda la noche entre crusts y straight edges. En el otro concierto, el de Dystopia, hubo un tumulto. El público estaba realmente mezclado, con straight edges, punks, crusties y fans del metal, y ya antes de que saliera el grupo se dieron varias peleas por todo el recinto. Se presentaron 30 coches de policía y cancelaron el concierto. Los Dystopia ni siquiera llegaron a tocar. Afuera, en la calle, había sangre en las aceras, y las puertas de la sala estaban cubiertas de lapos. Dentro, el suelo estaba sembrado de botellas de mescal rotas. También están, por otra parte, los seguidores de grupos en una onda más cercana al hardcore de Nueva York, como Uprising A.D. y Tiempo de Afrontar. Ellos tienen sus propios problemas. El público que atraen incluye chicos verdaderamente violentos que llevan gorras y camisetas de béisbol, bates y tatuajes con “X” llameantes. Actúan como si fueran ex presidiarios y le dicen cosas como “vamos, negraco” a la gente con la que se quieren pelear. Para los crusts violentos es un tipo de música diferente, pero la misma actitud. Me da la impresión de que no están en el punk por los motivos correctos. Lo único que quieren es desahogar sus frustraciones con otros punks. Esa no es la razón por la que yo me metí en el punk. A mí me gustaba porque brindaba un refugio frente a la gente normal, y porque era una forma de rebelión contra una serie de cosas que yo percibía como adocenadas y aburridas. Es una vía de hacer algo constructivo, de viajar por todas partes, de conocer gente nueva e interesante. Si no fuese por el hardcore yo no estaría ahora escribiendo este artículo. ¿Qué le espera al hardcore mexicano en el futuro? Bueno, la escena está creciendo continuamente y ahora también viene a los conciertos mucho punk de postal. Además se han creado nuevas subdivisiones entre los distintos tipos de crusts y punks que añadir al barril de pólvora. No va a pasar mucho tiempo antes de que algo MUY gordo suceda. Recordad mis palabras. Estamos sentados encima de una bomba y el detonador ya ha empezado la cuenta atrás.

VÓMITO NUCLEAR

Crusties de Oaxaca en la onda de los padrinos del crust mexicano, Atoxxxico. Unos tipos cubiertos de mocos y empapados en alcohol que lucen crestas y que probablemente tienen más amigos entre los perros callejeros que entre los seres humanos. Vómito Nuclear tocan un crudo anarcopunk inspirado en Crass y sus letras hablan de luchar contra los cerdos.

myspace.com/vomitonuclear

BUMBKLAAT

Uno de los grandes nombres de la escena crust actual. Son como una versión más metálica de Nausea o Extreme Noise Terror y se les recibe como a reyes cuando vienen a México D.F. a provocar otro altercado. Perdón, a dar un concierto, queríamos decir.

myspace.com/klaatt

FALLAS DEL SISTEMA

Uno de los grupos a los que puede considerarse como padres fundadores del crust y el hardcore en México, Fallas Del Sistema proceden de Guadalajara y, al igual que sus contrapartidas británicas, ENT y Active Minds, abogan por la “acción directa”; que, para que lo sepan los punks de postal que estén leyendo esto, significa irrumpir en las clínicas donde se practiquen vivisecciones, romper los escaparates de las carnicerías, tirar pintura a la gente que lleva abrigos de piel y quemar coches de la policía.

myspace.com/fallasdelsistema

THE RED AWAKENING

The Red Awakening, de Tijuana, tocan un hardcore que suena como los Cro Mags dándose de hostias con varios grupos “youth crew”. Al igual que prácticamente todas las bandas de Tijuana, dan la impresión de haber estado metidos en el metal cuando tenían 12 años, de modo que cada vez que hacen una parada el efecto es el de una bofetada de “Stone Cold” Steve Austin.

myspace.com/theredawakeninghc

UPRISING A.D

Uno de los grupos más populares del circuito de Tijuana, los chicos de Uprising A.D. toman el sonido de Integrity/Clevo y le meten un jalapeño por el culo. Están en Honor Records, que parece tener el monopolio de todos los grupos de tíos duros de Tijuana. Lo de los Uprising no está muy lejos de lo que harían unos Pulling Teeth increíblemente supercabreados. Scott Vogel, de Terror, aparece en su EP de debut.

myspace.com/theuprisingtjhardcore

TIEMPO DE AFRONTAR

Los duros de Tijuana podrán tocar un hardcore metálico con unos cojones del tamaño de los de un toro, pero aun así parecen dóciles y pusilánimes en comparación con estos cabrones. Lo suyo es un sonido al estilo Boston realmente primitivo que parece grabado en un lavabo y con la voz filtrada a través de unos gayumbos encontrados en un vertedero.

myspace.com/xtiempodeafrontarx