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¡Encontramos al sucesor de Adolfo Suárez!

¿Recuerdas la canción "vota CDS, vota libertad, Suárez es el Centro Democrático y Social"? Sí, Adolfo Suárez, el del aeropuerto de Barajas. Pues aquel partido nacido en 1982 sigue vivo y aspira a "todo".

Nuestro entrevistado (izq.), Ángel Antón, con al ex-presidente del Gobierno canario por el CDS Lorenzo Olarte.

Cuando Pedro Sánchez o uno de sus subordinados habla, uno se imagina que el PSOE va a acabar como el CDS (¿os acordáis del CDS?). Peor aún, uno se imagina un folleto en la playa a la que llegaba Charlton Heston al final de El planeta de los simios. En él se verá una cara de cantante melódico guaperas, el nombre de "Pdro Snchez" y un eslogan críptico: "No pudimos". Aunque no os lo creáis, el Centro Democrático y Social (CDS) ha resistido a los envites del tiempo como la tez de Isabel Preysler.

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Y sí, me refiero a ese partido moderado nacido en 1982 de las entrañas de la antigua UCD (Unión de Centro Democrático) y de mano del ex-presidente Adolfo Suárez (1932-2014). Eso ocurrió hace mucho, mucho tiempo en una galaxia lejana donde no había wi-fi y un selfie era un autorretrato de mierda. ¡Ay, atrás quedaron los grandes éxitos del CDS en las elecciones generales de 1986, con un millón ochocientos mil votos y diecinueve escaños, y, ay, de las municipales, autonómicas y europeas de 1987, con casi dos millones de votos, abundantes alcaldes y concejales, un gobierno autonómico (Canarias) y siete eurodiputados, ¡ay!

La alegría duró poco por el ascenso imparable del PP y su derecha-demoledora-aznarista que surgió en 1990 al grito del estruendoso rompecartas ​"no hay tutelas, ni tú tías" de Fraga como si fuesen orcos de Mordor. El PP les jodió el negocio agrupando a su alrededor a toda la ultraderecha moderada, la derecha ultra, la derecha moderada, la derecha-derecha y el centro derecha, que, al final, era lo que era el pobrecito CDS. Así, en 1991 se produce la primera debacle de muchas: unos míseros 700.000 votos en las municipales y autonómicas y la dimisión del Creador, Adolfo Suárez, la misma noche de los resultados.

Poco después, en el Congreso Extraordinario de Cantoblanco de año se escenifica la ruptura de cuando el Padre ya no está en casa… entre los hijos adolescentes y sus amigos, todo son hostias. A partir de ahí la deriva es total hasta acabar por presentar a Mario Conde, sí, ​ese Mario Conde, en las elecciones generales de 2000, donde el ex-presidente de Banesto y ex-presidiario por Banesto consiguió la terrible cifra de 23.576 votos. ¿En qué estabais pensando, locos miembros del CDS?

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Esta situación desembocó en la hecatombe nuclear: la fusión con el PP en 2005 que deja la marca del CDS libre ante la Ley de Partidos y un hecho que propulsó una serie de luchas entre las diversas facciones que reclaman su nombre. Para que nos entendamos: si ya ocurrió con los Beach Boys, cuando varios de sus miembros se enfrentaron entre sí y crearon, cada uno por su lado, 'The Beach Boys' o 'Beach Boys: Family & Friends', ¡cómo no iba a pasar con el CDS!

Por eso sorprende encontrarse en Facebook la siguiente agrupación de ​un partido que, según se explica en esa página, quiere surgir refundado a partir de la Asociación Centro Democrático y Social, "propietaria de la marca con vocación de servicio público". Según nos explican, su líder es Ángel Antón y Llapart, "antropólogo y mediador de Conflictos, entre otras titulaciones como mención especial en gestión de Marketing, lo que lo hace un fantástico estratega".

Al teléfono, Antón me cuenta que también ha trabajado en el mundo teatral, cosa que considero esencial para cualquier político. Su gestora le define en un mail "­-por su perfil, profesionalidad y capacidad de entrega-el sucesor del espíritu de la concordia de Adolfo Suárez, actualizado para el siglo XXI" y, charlando con él, lo confirmo: rezuma amabilidad, buen rollo, agallas y, un detalle muy importante, sigue vivo. Su filosofía de partido, me dice, se asemeja mucho al de Podemos, de hecho, añade que "si hubiésemos salido antes que ellos, posiblemente hubiésemos tenido su "superempujón"". La verdad es que "superempujón" es una buena forma de resumir lo que le pasa al grupo de Pablo Iglesias. Con este paralelismo el señor Antón me va desvelando más similitudes entre sus dos partidos:

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VICE: Al igual que Podemos, ¿no ustedes no son ni de izquierdas, ni de derechas?

Ángel Antón: Sí, no queremos usar ideologías.

Entonces no podemos decir, don Ángel, que tampoco este Centro Democrático y Social sea de centro…

¿Que sea de centro? Mmm… Una de las cosas que queremos es no hacer discursos de izquierdas o de derechas. Todos los medios tratan de que te posiciones pero es como si te obligaran a ti a decir "¿Eres del Barça o eres del Madrid?". No, tú dirías "a mi me gusta el fútbol".

Bueno, don Ángel, es que yo soy del Madrid antes de que me guste el fútbol.

O "¿quieres más a tu madre o a tu padre?"… [Aquí ya no me atrevo a decirle que quiero más a mi madre, aunque a mi padre le adoro también] Hay posturas de izquierdas que podemos asumir y posturas de derechas que podemos asumir. Nosotros no marcamos ideología, marcamos máximos y mínimos.

Máximos y mínimos, entre los que se encuentran no querer correr para desarrollar esta enésima mutación: "a este CDS no quiero que le pase lo anterior, por eso vamos sin prisas porque no queremos cometer los errores del pasado. Ahora estamos trabajando en nuestro Facebook donde ya está colgado el ideario de nuestro partido. La idea es ir presentándonos poco a poco por diversas circunscripciones pero aspiramos a todo". Lentos pero seguros, como el mundo en los ochenta, antes de que llegase Internet.

Cuando me despido del actual portavoz del CDS, tan resistente como amable, me entra la sensación de que el PSOE de Pedro Sánchez podría acabar así: tratando de refundarse a través de una serie de personas que hablen del espíritu de Felipe González, se declaren sin ideología y recuperen su nombre cuando los últimos estertores del Partido Socialista acaben integrándose en Podemos. Ah, y más tarde, Charlton Heston llegando a la playa.