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Si Manuela Carmena llega a alcaldesa, Madrid dejará de dar asco

Manuela Carmena es la candidata de Ahora Madrid, un grupo ciudadano con miembros de Podemos, Equo y colectivos sociales como el Patio Maravillas. Poner fin a la desigualdad y ganar felicidad individual son sus principales objetivos.

El voto es secreto pero, desde la aparición de Manuela Carmena como candidata a la Alcaldía de Madrid, el voto es un secreto a voces. Muchos aseguran en voz alta haberse reconciliado con el circo electoral para acudir a las urnas el próximo 24 de mayo. Esto es, en parte, porque Manuela es una señora ajena a la política, con carisma y currículum acojonante que lidera una agrupación ciudadana de izquierdas con miembros de Podemos, Equo y colectivos sociales como Patio Maravillas. Y es, en parte también, por miedo a que salga elegida otra señora que, cuando le multan por aparcar en el carril bus, se da a la fuga tirando la moto de un policía.

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Sobra decir que Manuela Carmena es una candidata atípica. La exmagistrada, cofundadora de Jueces para la Democracia y siempre vinculada a la defensa de los derechos humanos, nos cuenta con modestia que se jubiló para hacer divulgación del derecho. No quiere fanfarronear con los millones de actividades solidarias que realiza en su tiempo libre. Cuando intentamos hablar de esas proezas, cambia de tema y nos ofrece magdalenas hechas por ella en una tienda de Malasaña en la que vende ropa para bebés confeccionadas por presos.

VICE: ¿Cómo estás viviendo tu candidatura a la Alcaldía de Madrid?

Manuela Carmena: Con la sensación de que pierdo tranquilidad pero también con mucha sensación de responsabilidad y de que a veces uno tiene que renunciar a su comodidad para conseguir que mejoren las cosas. No me gustan las liturgias electorales que tienen que ver con el culto a la personalidad y ver mi foto en todas partes. Los eslóganes, los mítines… Todo eso me desagrada, pero de alguna forma pienso que todos nos tenemos que sensibilizar para hacer una sociedad en la que quede claro que no puede ser el capitalismo liberal el que domine.

Aunque no te guste la liturgia electoral, tendrás que hacer campaña.

Sí, pero a mi manera. El proceso electoral es algo muy serio que debe ser cuestión de debate. En los actos electorales que estamos haciendo, que los llamamos encuentros, intento explicar que es como cuando tú buscas a una profesora para tus hijos. Quieres saber esa persona quién es y qué ha hecho, ¿no? Pues los ciudadanos y personas que nos van a dar su voto deben preguntarnos lo mismo. Lo realmente importante es lo que has hecho antes, tus historias y antecedentes, porque hacer un programa electoral es muy fácil.

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Normalmente la gente como tú no se mete en estos berenjenales.

Claro, de entrada no te gusta pero es que si no hacemos nada los que estamos en contra de por dónde van las cosas pues no ayudamos, ¿no? Y entonces, pues ya está, lo he decidido porque hay que reivindicar una sociedad en la que la solidaridad y la empatía sean valores muy por encima de ganar dinero. Me genera tanto rechazo una sociedad cruel que hay que dar la talla. Los valores de este neoliberalismo… No sé, me repugnan. Pienso que puede ser todo el mundo mucho más feliz siendo buena gente y ayudándose unos a otros.

De momento, ¿qué es lo más gratificante de este lío en el que te has metido?

Yo sigo haciendo mi vida, voy en el metro, hago la compra… Y me gusta que la gente se me acerque y me cuente sus cosas y me diga que tiene esperanza de que esto pueda cambiar y que haya una candidatura distinta. Me entero de aspectos de sus vidas o problemas con el Ayuntamiento y, a veces, al plantearte el problema ya te ofrecen la solución. Te reconozco que eso es muy gratificante. De todo lo que escucho, me sorprenden especialmente ciertas cuestiones de corrupción en servicios del Ayuntamiento, que yo ni lo hubiera imaginado.

¿Qué cosas tienes más ganas de hacer si llegas a ser alcaldesa?

Muchas cosas. Por supuesto abordar el tema de la emergencia. El hecho de que haya niños que pasen hambre es una responsabilidad tremenda. Y hacer escuelas infantiles de coste cero para que pueda acceder todo el mundo, los niños del barrio de El gallinero o cualquier otro. Desde pedagogos a economistas, todos saben que la igualdad de oportunidades empieza en la formación. Quiero cambiar el estilo. De alguna manera, quisiera que nos abramos y que la gente encuentre en el Ayuntamiento una cordialidad que le haga ser consciente de que está para ayudar y no para poner problemas.

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No es habitual ver políticos con tanta sensibilidad por lo social.

Me parece importantísimo conseguir que desaparezca la enorme desigualdad de Madrid en este momento de deficiencia de alimentos tremenda. Mira, ayer me encontré en el metro a una persona de la asociación de voluntarios Casa Solidaria y me pidió que fuera con ellos a las cenas que dan en Tirso de Molina y estuve allí y cuando te sitúas donde están los sectores más perjudicados por esta crisis, los que han sido verdaderamente víctimas, te das cuenta de lo importante que es abordar esa emergencia.

¿Cómo son esas víctimas reales de la crisis?

Pues por ejemplo ingenieros y personas que tenían un estatus fenomenal como empleados pero que han ido cayendo, cayendo, cayendo, y ahora mismo están sin ningún ingreso. Cuando una persona que tiene ingresos cero te cuenta como vive, te das cuenta de lo que es la necesidad de que desde el Ayuntamiento esas situaciones se resuelvan y puedan tener la dignidad que todo ser humano tiene por el hecho de ser humano.

No estoy seguro de que nuestros gobernantes sepan que existe esa realidad.

Eso es porque no tienen una vida normal. El político es el primero que tiene que estar en la calle con las manos metidas en la realidad y no sentado en su despacho. Si fueran por la calle verían lo sucísima que está sin necesitar cuarenta inspectores para darse cuenta. No sé, baja a la calle. Un Ayuntamiento no es más que una comunidad de vecinos muy grande. A lo mejor, hay que compartimentar alguno de los distritos de Madrid para que los ciudadanos puedan conocer mejor a los concejales y haya una relación más directa con ellos.

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¿Qué cosas de Madrid no soportas?

Que se entienda al ciudadano como súbdito. Me espanta la burocracia, que es una especie de grasa mala que impide que lo público funcione y que funcione al servicio de los ciudadanos. Ese desinterés por lo público y esa especie de ensoñación desde equipos neoliberales en las empresas privadas y no en lo público. Las autoridades tienen que ser ejemplares y hacer pedagogía con sus actos. Si no lo hacen, los ciudadanos se desinteresan y se contagian de ese desprecio de lo público.

Las autoridades locales no son las únicas que deberían ser más ejemplares.

No. Por eso cuando escuchamos al ministro de Exteriores hablando de los emigrantes fallecidos en el Mediterráneo y sus circunstancias, dice "esa pobre gente". Como si fueran otros. ¡No, no! Si es que esos son los dueños del mundo. Cada uno de los seres humanos somos ciudadanos y los que nos gobiernan son nuestros servidores. Me desespera.

¿Cómo valoras al resto de candidatos a la Alcaldía de Madrid?

Por sus perfiles profesionales se ve que son personas inteligentes y bien preparadas. En lo que se refiere a la señora Aguirre me parece difícil de entender que una persona en cuyo equipo ha nacido y se ha desarrollado la corrupción, con un número importante de imputados y personas en la cárcel, tenga el atrevimiento de seguir queriendo gestionar la política. Lo de las personas corruptas no es que tenga que haber siempre unas cuantas, igual que hay unas morenas y otras con la piel más clara. No. Hay causas de la corrupción y hay una forma de hacer política que hace que surja. Y esto es lo que ha pasado con la manera de gobernar del PP. Lo estamos viendo todos los días.

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Pero, a pesar de todo, los madrileños han seguido votando a esta señora.

Eso es porque si desde los partidos políticos en lugar de fomentar la renovación se fomenta el miedo eso ayuda a que se consoliden actitudes conservadoras muy negativas porque son las actitudes del pesimismo radical. Decir "esto es malo pero a ver si lo bueno va a ser peor". Personajes tan pesimistas y con estructuras tan negativas son los que asustan a las sociedades. El conservadurismo es la expresión del pesimismo y el pesimismo es lo que resta vida a la sociedad.

Y frente a eso, ¿qué ofrecéis Ahora Madrid?

Personas que sean inventores sociales, llenos de imaginación y de capacidad de innovación para hacer que nuestra sociedad sea mejor, en el que haya un marco en el que la felicidad individual aumente un poquito. Es un objetivo tan importante que merece la pena. Si queremos que Madrid sea una ciudad viva, libre, nueva y que genere brillo o que arrastre intereses o posibilidades, con el pesimismo no se puede.

Sorprende que no seáis un partido, sino una agrupación ciudadana.

Eso es muy interesante. Hay personas que forman parte de Podemos, otras de Equo, otras de la agrupación ciudadana Ganemos y otras que no están en nada, como es mi caso. Lo que nos une es hacer una política alternativa a Madrid en el Ayuntamiento de Madrid. Una estructura que se ha unido para hacer una cosa concreta que es la gestión municipal. Y en un marco concreto, que es ante estas elecciones y en esta situación electoral. Esto es importante porque otras formaciones no hablan de cosas que tienen que ver con Madrid sino del programa general de su partido. Nosotros, como estamos ubicados en el tiempo y en el lugar de una manera muy concreta, somos muy especiales y creo que muy adecuados para este momento.

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Habéis conseguido lo impensable. Que varios colectivos de izquierdas unan sus fuerzas.

Yo me incorporé cuando el proceso de formación estaba ya prácticamente concluido pero las que personas que han permitido esta candidatura llevan trabajando años y me parece maravilloso y encomiable el trabajo que han hecho. Y me parece ejemplar, porque si se ha llegado a acuerdos no ha sido sentándose en una mesa y diciendo "tantos tú y tantos yo", sino fundamentalmente trabajando juntos que es lo que da estabilidad a un grupo.

Está representado el Patio Maravillas, que viene del movimiento de okupación.

Conozco bien ese colectivo que, además, no ha nacido de la noche a la mañana. Está relacionado con personas con las que trabajé en mis épocas de jueza de vigilancia penitenciaria y que se distinguen por un nivel de solidaridad extraordinario. De esas buenas gentes que hay en el mundo que realmente hay que seguir su ejemplo y escucharles y trabajar con ellos, como Javier Barbero que le conocí cuando ambos hacíamos lo posible para que las personas que iban a morir de SIDA no murieran solas en una cárcel. En fin, gente que me inspira reconocimiento porque la conozco desde hace mucho y sé que son personas llenas de bondad y solidaridad.

Dudo que en las tertulias políticas de la tele encuentres esa misma bondad.

Yo insisto mucho en que no quiero que haya confrontación personal y que la política tiene que ser un proceso de buscar mucho más las sinergias que los enfrentamientos. Cuando participo en esas tertulias normalmente, a nivel individual, no suelen tener muchas estrategias de confrontación conmigo pero, para evitar razonar, lanzan un tópico y otro tópico y otro tópico. Y cuando quieres razonar ya no te escuchan. Aunque yo les reitere una y otra vez que soy independiente, sacan a relucir esta relación fantasmagórica de que Podemos quiere imitar las estructuras sociales de Venezuela. Esa idea es un disparate, claro, pero se ha convertido en un tópico que impide razonar en los debates.

Ya has dicho que eres optimista. ¿Crees que podrías llegar a la Alcaldía?

No tengo ni idea. No soy politóloga. Pero esto es un poco David y Goliat. Y, bueno, es que David ganó a Goliat.