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Mike Cahill nos explica ‘I Origins’ en un árbol

Una de las más esperadas en Sitges. Algunos la llaman drama-romántico-hipster, pero nosotros no usamos la palabra hipster (ni "gafapasta" ni "indie") y preferimos que sea el propio Mike Cahill quien nos explique su nueva peli de ciencia-ficción.

Foto por Yago Mariño

Sitges nos deja cosas muy claras: a) si no estás atento te conviertes en un hámster dando vueltas al auditorio del Meliá (a veces menos de 10 minutos entre proyecciones) y b) los nuevos cachorros del fantástico le han dado fuerte a los DVD de John Carpenter de los 80 y el 70% de las bandas sonoras incluyen sintes y guitarras eléctricas sampleadas. Hay otros que intentan salir del redil y, claro, se llevan lo suyo. Por ejemplo, Mike Cahill.

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Como montador había trabajado en esa joya que es Leonard Cohen: I'm Your Man y se ganó a los fans de género con su primera peli de ficción: Another Earth. Por eso todo el mundo en Sitges esperaba I Origins con ansia.Pero se ha salido del guion y ha creado revuelo. Para algunos, tras su paso por Sundance, es una película de amor hipster repleta de canciones de Radiohead. Otros se sienten directamente traicionados. Y a nosotros nos enganchó, pese a su tufillo 'new age' y -es cierto- lo machacón de su musiquita.

Usar la palabra hipster, como "gafapasta" o "indie", nos da pereza, somos más de buscar a Mike Cahill y pedirle que nos explique su película, que va de ciencia y religión. De camino nos encontramos con una de las protagonistas, Astrid Berges-Frisbey, que nos contó que Michael Pitt (su compañero en pantalla) es de los tipos más majos y profesionales con los que ha trabajado en su vida. Y también que Mike Cahill le envió el guion muy poco antes del rodaje y se enamoró perdidamente de la historia. Esto es un tópico, así que seguimos rascando. ¿Alguna anécdota de verdad?

"Hubo una secuencia (que transcurre en un ascensor) en la que Mike nos pidió ideas porque no la iba a rodar tal y cómo estaba en el guion. Así que todos los que estábamos allí aportamos cosas. Luego pidió 45 minutos a solas. Cuando volvimos había reescrito la secuencia. Eso te puede dar una idea de cómo es trabajar con él". Vale, ahora sí Astrid, gracias.

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Llega el momento de ver a Mike y charlar sobre su película, evitando en lo posible los spoilers que puede tener (muchos) una trama llena de giros. El director cuenta que siendo joven tuvo un sueño y al despertarse solo escribió una frase: "Los ojos de los muertos regresan en los recién nacidos". Venga, empecemos. ¿De dónde surge esta pasión científica en alguien que en la universidad estudió Económica? "Me encanta la Ciencia. Mis hermanos son científicos -biólogo molecular y neurólogo-, así que me interesa muchísimo. El arte tiene que buscar nuevos paisajes para contarnos historias y en realidad todo lo que es novedoso en el mundo se lo debemos a los científicos. Hoy sabemos mucho más del mundo que ayer, gracias a lo que ellos hacen. Tuve la oportunidad de trabajar en el laboratorio que John Hopkins tiene en Baltimore, y su equipo me dio buenos consejos. También los protagonistas de la película se pasaron por allí, hicieron extracciones de ADN y jugaron con ese tipo de cosas".

Sin desvelar nada, está claro que los ojos son los protagonistas, solo hay que mirar el cartel. ¿Por qué? "Fue en el momento en que me puse a estudiar la biométrica del iris. Me resultó muy interesante que el iris es la única parte del cuerpo que no cambia desde que se crea en el útero materno (…). Los ojos son la puerta del alma". Ahí está el toque 'new age' de I Origins.

Habíamos pensado que Cahill era una director de ciencia-ficción y ahora nos deja un poco con el culete torcido. ¿Ha pasado ya del género? "En realidad las películas de género nos permiten introducir elementos de fantasía y que se conviertan en realidad. Nos permiten tener una mirada más cercana a la humanidad. Cuando las películas de ciencia-ficción están bien hechas, acaban retratando cosas reales. Algunas tienen efectos especiales y otras no. No siempre tiene que haber monstruitos, ¿eh?. En mi película hay amor, de diferentes tipos y con sus múltiples matices. Y también hay pérdida. Habla de cómo es el duelo y de la sensación de no querer dejar atrás a nadie".

Y sigue con sus reflexiones científicas-espirituales:"La identidad, el uno mismo, es un tema que he hablado bebiendo vino con mis amigos hasta altas horas de la mañana. En Another Earth los personajes se miraban a sí mismos, peros separados por el espacio. En cambio en I Origins están separados por el tiempo. En el arte moderno, en nuestro siglo, se quitan todos los elementos para ver si la obra tiene la misma esencia. Pasa hasta con las canciones, quitas las letras o las notas musicales, pero ¿sigue siendo una canción? Vas quitando partes del todo y pierdes la identidad. ¿Qué hay que mantener para que sea un todo completo?".

Another Earth -que escribió junto a Brit Marling, actriz habitual en sus películas- trataba sobre un mundo que se acercaba al nuestro. En I Origins el iris de los ojos de la protagonista funciona "como si dentro estuvieran dos planetas que se acercan. Descubrí que había algo muy especial en el iris. Es bello y muy sorprendente al mismo tiempo". Y por eso uno de los ojos de Astrid Berges-Frisbey aparece en el cartel de la película. Y, de cara al futuro, ¿dará el salto al cine de grandes presupuestos? "De momento hemos hecho esta película, que es modesta pero que es como si fuera nuestro bebe. Tras Another Earth estaba ansioso por volver a rodar y no podía esperar más". Seguro que en Hollywood ya le han tentado. Aunque él no quiera confesarlo.