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¿Esta es la cultura que espera a los madrileños?

Desde el wifi gratis de Esperanza Aguirre a las batallas navales que propone Carmona en los estanques. Todo vale, cualquier extravagancia: es un prometer hasta meter.

Hace unos días se inauguró en la Universidad de Alicante una exposición que lleva por título 'Prometer hasta meter: año electoral'. Evidentemente, no se refiere al sexo. El juego de palabras con esa expresión tan popular (y jocosa) tiene que ver con el lavado de cerebro con el que cada campaña los políticos intentan conseguir nuestro voto. Todavía confían en que con los 15 días que dura la campaña van a ser capaces de cambiar la (mala) imagen que tenemos de ellos. Algo que se han ganado a pulso con los cuatro años que preceden a cada cita electoral.

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En la muestra se puede ver cómo los humoristas gráficos se carcajean de frases huecas y de las salidas de tono de nuestros políticos. Muy divertido, pero también un poco triste. La verdad. Como afirma el vicepresidente de los caricaturistas de nuestro país, Juli Sanchís, con cada campaña "llega el momento de prepararnos para que los políticos den rienda suelta al populismo, con mucha palabrería vacía, promesas imprecisas, griterío descalificador y escasos compromisos".

Este año, por ejemplo, se lleva eso de realizar un ejercicio de regeneración democrática, limpiar las instituciones, acabar con el mal endémico de la corrupción y purificar el Estado de Derecho. Es la moda, porque se han dado por fin cuenta de que al pueblo no se la pueden dar con queso. Y que ya está bien de tanta basura en los órganos de Gobierno. Es un must de esta campaña, junto a las bajadas de impuestos y rollos sobre los billetes del transporte público que, en realidad, por mucho que bajen nunca van a compensar los tarifazos a los que nos han sometido durante los últimos años.

En este ejercicio de demagogia -que es como arrojar un vaso de agua al mar-, Esperanza Aguirre es una auténtica campeona. La 'lideresa' va lanzando globos sonda, sin ningún tipo de compromiso, ya que utiliza fórmulas sintácticas con las que se cubre bien las espaldas. Como por ejemplo: "Estoy considerando implantar wifi gratuito en todo Madrid. ¿Qué os parecería?". Publicó hace dos días en Twitter. Pues bien, "estoy considerando" y el final con una pregunta dejan todo en el aire. Pero qué más cosas tiene Esperanza preparadas a nivel cultural para los madrileños.

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Sin ir más lejos, el miércoles, a la entrada de los toros, prometió a sus votantes más jóvenes -off the record- que con ella de alcaldesa, la 'fiesta nacional' iba a estar a buen recaudo. Más tranquilos, porque como dijo, si gobierna en Madrid estará permitido todo lo que no esté prohibido. Y lo dijo también por Twitter. Una de las últimas cosas que ha hecho Esperanza ha sido probar las bicis eléctricas que dejó como legado (quizá el único bueno) Ana Botella. Dándose un paseo por Madrid Río, la obra faraónica de Gallardón que hipotecó el Ayuntamiento de la ciudad, con Rajoy y Cifuentes, fomentando la cultura de la movilidad sostenible. O al menos debe ser eso lo que ella piensa. Sin abandonar el Partido Popular en Madrid, el actual alcalde de Getafe y aspirante a revalidar el cargo, Juan Soler, ha decidido, en un acto cultural, regalar condones con su cara impresa para animar a sus votantes a… acudir a las urnas. Y reivindicar, de paso, el arte de la impresión digital.

El que tiene muy claro por dónde va a caminar la cultura si llega a Alcalde de Madrid es Antonio Miguel Carmona. Su objetivo es que las concentraciones de agua del Retiro y de la Casa de Campo dejen de ser solamente el hogar de peces mutantes para convertirse en auténticos espacios escénicos. Es lo que él ha denominado "llenar de cultura las aguas" (sic). Que no toda la cultura tiene que estar entre las cuatro paredes de un teatro.

Lo que quiere es representar combates navales en estos dos pulmones verdes de la ciudad. Con barcos y todo, como se hacía en la antigua Roma cuando se denominaban Naumaquias. Carmona, aficionado a propuestas extravagantes, trata de recuperar una tradición que en España no se practica desde finales del siglo XIX. Un valiente. Y un defensor de las tradiciones, que tampoco se olvida del idioma. Por eso ha propuesto crear El Palacio del Español. Quiere transformar un mercado de frutas y verduras del barrio de Legazpi en un gigantesco centro (30.000 metros cuadrados) para el estudio de nuestra lengua. Seguimos con las obras faraónicas, y eso que creíamos que las vacas gordas ya habían pasado.

En Podemos se lo han tomado un poco más en serio y esta semana convocaron en el Círculo de Bellas Artes a las gentes de la cultura que les resultan más afines. Con el apoyo de actores como Juan Diego Botto o Alberto San Juan y de distintos intelectuales, lo que propuso el partido que lidera Pablo Iglesias para la Comunidad de Madrid fue una nueva ley que permita: "Flexibilizar la tramitación de licencias para la apertura de centros de arte, salas de cine, salas de teatro de pequeño y mediano formato, salas de conciertos, galerías u otros espacios multidisciplinares". Es decir, todo lo que los últimos gobiernos regionales y municipales han arrasado.

Porque sí es verdad que en Madrid existen centros públicos, están las instalaciones, ¿pero hay dinero para una programación digna? Y en cuanto a los cines, el panorama de la Gran Vía o la Calle Fuencarral es desolador. Los que antes fueron lugares de referencia para los cinéfilos, son ahora grandes locales cerrados o directamente se han convertido en espacios de grandes cadenas de ropa. También se habló desde Podemos de crear una Consejería de Cultura y Comunicación y de acabar con el monopolio de Telemadrid como portavoz oficial de lo que haga el mandamás de turno de la Comunidad. Textualmente: "Queremos para Telemadrid una BBC. Que deje de emitir películas de vaqueros y tenga una producción propia". A ver si es verdad si llegan al poder.

Y Ciudadanos, la última fuerza en su sumarse a la carrera por el poder en Madrid, ¿qué? De momento no hay muchas noticias. Quieren realizar una auditoría para ver qué es lo que hay que cambiar y luego tomar medidas. Lo dicho, nunca pillarse los dedos con una promesa a destiempo. Atrás ha quedado aquello que Tierno Galván le dijo a los rockeros de los 80, como él los llamaba: "El que no está colocado, que se coloque y al loro!". Eran otros tiempos para la cultura. Aunque habrá que estar muy atentos, todavía queda una semana de campaña y los candidatos están en el momento de 'subidón'. A partir de ahora, todo vale para conseguir un voto. También la cultura.