Le podría haber diagnosticado ansiedad, depresión o incluso estrés, pero no. Un médico de Llano de Brujas le dijo a su paciente —mujer, por si hacía falta aclararlo– que estaba "mal follada".

La joven acudió a la consulta del doctor para pedir una receta de los mismos medicamentos prescritos la noche anterior en el hospital Reina Sofía porque según el informe había padecido un desvanecimiento. El doctor la invitó a fumar y le dijo que no le iba a recetar las pastillas porque la harían engordar y además "tenía un tipazo".

La chica ha denunciado lo ocurrido en las redes sociales y las reacciones no se han hecho de esperar.

La Consejería de Sanidad ha informado que abrirá un expediente disciplinario si se confirma el trato denigrante y sexista por parte del facultativo. Si los hechos sucedieron según explica la chica no habría duda el médico erró en las formas. Sin embargo hay numerosos estudios que confirman los beneficios que tiene el sexo para nuestra salud: se reduce el riesgo de cáncer de próstata en los hombres o disminuye el riesgo de depresión en las mujeres. Pero… ¿Puede la escasez de sexo derivar en enfermedad? ¿Es posible somatizar esa ansiedad y convertirla en dolencias físicas? ¿Puede un médico diagnosticar que a alguien le falta sexo? Le preguntamos a Marian Ponte, psicóloga y sexóloga, si estar "mal follado" se puede convertir en una patología.

"En primer lugar, comenta Marian, estos comentarios tienen connotaciones de mitos machistas que se han generalizado y se suelen hacer cuando ves a una persona irritable. Lo curioso del caso es que hay más mujeres que hombres que nos lo decimos entre nosotras. Es cierto que el sexo da mejor humor, pero no significa que no hayan multi causas que puedan incumbir también en tu estado de ánimo. Si bien es verdad que la mayoría de las personas que tienen buena relación afectiva y una buena sexualidad (y lo puedo ver en mis pacientes) se sienten mejor y son más estables. Pero no porque estés de mal humor significa que eres una 'mal follada'".

La alimentación también es clave en este sentido. Según explica Marian a VICE la nutrición afecta a nuestro sistema hormonal, por lo que si hay una descompensación en proteínas también incide en nuestras endorfinas (los neurotransmisores involucrados en el sexo). Todo aquello que comemos está relacionado directamente con nuestro humor y nuestra vitalidad, por lo que si tenemos un conjunto de elementos saludables a nuestro alrededor: comemos bien, hacemos deporte, tenemos un mundo laboral estable y agradable, y nuestras relaciones de amistad, familiares y de pareja están bien, todo suma para que podamos tener una buena salud sexual.

"Un médico no debería recetar sexo, pero podría recomendar tener una vida relacional afectiva siempre y cuando especificarse los beneficios que le aportaría al paciente para su salud. En este sentido el profesional debería aportar datos médicos tales como la generación de endorfinas, las mejoras que puede provocar el sexo al corazón… para que la persona pueda decidir si le es conveniente o no".

Nos pone el ejemplo de una persona a la que se le acaba de morir un familiar cercano seguramente no le apetecerá tener sexo, por lo que no sería la mejor situación para exponerle ese consejo.

En su consulta Marian recibe a diario decenas de personas que han dado el paso y reconocen que tienen un problema con el sexo. Algunas de ellas son mujeres que se sienten mal con su cuerpo, con sus pechos, con su celulitis, y eso les impide disfrutar de su sexualidad. También trata pacientes con problemas de eyaculación, anorgasmia o aversiones sexuales. Aún así no hay un tratamiento igual cada persona porque según nos cuenta la sexualidad es psicosocial, es decir, requiere de un conocimiento más profundo del estado de una persona.

"Podemos tener muchos problemas: desde traumas, problemas hormonales, tomar fármacos… todo eso nos va a bajar el deseo y puede generar malestar, asegura.No significa que solo sea debido a la falta de sexo, sino a otras cosas que a veces pueden estar descompensadas". Relata que si estamos mal, queremos tener pareja y no conseguimos tenerla, y además no tenemos un lugar donde manifestar nuestro malestar y ansiedad, es más sencillo que nos sintamos mal y que muchas personas lo relacionan con el hecho de estar "mal follada", aunque no sea el diagnóstico correcto. Siempre hay múltiples causas que afectan a nuestra salud sexual y que pueden tener consecuencias psicológicas e incluso físicas.

Marian Ponte nos deja claro que no podemos reducir la sexualidad a genitalidad, porque estaríamos banalizando la riqueza que la sexualidad aporta. No solo a través del sexo podemos producir endorfinas. También las podemos generar mediante un abrazo, una mirada, una caricia… y todo ello tiene beneficios para nuestra salud.

Mejora el sueño, nos sentimos mejor, tenemos más buen humor, estamos más relajados, y nos facilita oxcitocina, la hormona cuya función está ligada al orgasmo. Así pues, tener una vida afectiva y equilibrada no depende solo del sexo.

"Te puedes sentir frustrada porque muchas cosas de tu vida no estén bien colocadas, si además estás con alguien y el sexo no funciona bien, o cuando tienes relaciones íntimas no son satisfactorias todo esto va a afectar tu vida emocional. Como muchas personas tienen carencias afectivas, el hecho de no poderse relacionar con alguien les afecta y evidentemente cuando alguien les hace sentir bien influye también en su estado de ánimo".

La sexóloga nos asegura que hay personas que viven con muy poco sexo o incluso sin él. También aclara que para algunos hay etapas en las que se vive con escasez pero luego vuelve. Hay quienes no lo viven como una frustración, depende de cada caso. "Hay personas que no viven como un problema el hecho de no tener sexo. Lo viven más con miedo que los otros opinen porque viven de otra manera".

Hay quienes utilizan la sexualidad como ansiolítico y como una forma de descargar el malestar interno que tienen y de alguna manera atenuarlo. Otras personas podrían utilizar la comida, (sobretodo el chocolate), el alcohol o incluso el deporte para quitarse de encima esa sensación. Según nos confirma Marian cada vez habría más adictos al sexo precisamente porque cada vez hay más gente que lo utiliza para evadir sus preocupaciones.

"Muchos adolescentes aprenden a utilizar la sexualidad para disminuir la ansiedad frente a los exámenes", explica. "También hay muchas mujeres que ante el dolor de regla se masturban porque así tienen menos dolor. Hay usos terapéuticos que funcionan muy bien, por ejemplo si una siente deseo de quererse y de disfrutar, masturbarse sería una opción que iría muy bien en este caso".

Estar irritable, susceptible o con ansiedad, no depende única y exclusivamente de si el sexo que tenemos es bueno o malo. Depende de muchas circunstancias que debemos cuidar para no acabar en este estado. Porque aunque el sexo ayuda a desestresarnos hay muchos otros elementos que debemos procurar tener en cuenta para tener salud y gozar de nuestra sexualidad.