En los momentos (cenas con conocidos que odio, navidades en familia, mi trabajo ayudando a retrasados mentales) en que alguien me ha hecho jugar al “qué harias si…” he pensado que ‘si tuviera mil millones de dólares’ me compraría tetas. Todas las tetas del mundo. No me malinterpretes. Soy feminista. En cuanto sea dueño de todas las tetas del mundo, obligaré a sus dueñas (y a algún dueño, en el caso de los travestis y los que han perdido apuestas) de llevarlas al aire todo el rato. Así dejarían de ser objetos de fetiche y romperían la hegemonía patriarcal de una vez y para siempre. Luego miro y veo que los putos franceses han llegado primero. Está vez con un tumblr que recopila, por meses, fotos de tetas tomadas con instagram. Tetas desnudas, tetas arropadas, tetas agarradas y tetas elevadas. En fin, entre el viernes, que fue cuando descubrí la web, y hoy, he visto tantas tetas que si Lolo Ferrari resucitara de su tumba ofreciendo enseñarme el video porno que ha hecho en el cielo con Tura Satana, creo que pasaría. Zuckerberg, siendo el adolescente eterno que es, imagino que si breastagram fuese un app, habría apostado por él mucho antes que por el instagram de los cojones.
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